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viernes, 27 de abril de 2012

El fotógrafo del pánico




Valoración personal: 10/10.

Ficha técnica:

Título: El fotógrafo del pánico

Título original: Peeping Tom

Año: 1960

Duración: 109 min.

País: Reino Unido

Director: Michael Powell

Guión: Leo Marks

Música: Brian Easdale, Wally Stott

Fotografía: Otto Heller

Reparto: Karlheinz Böhm, Moira Shearer, Anna Massey, Maxine Audley, Esmond Knight, Michael Goodlife, Shirley Anne Field, Barlett Mullins, Jack Watson, Nigel Davenport, Pamela Green

Productora: Anglo-Amalgamated Productions

Género: Terror. Thriller. / Asesinos en serie.

¿De qué va?:

Mark Lewis (Karlheinz Böhm) es un fotógrafo que trabaja en un estudio cinematográfico como operador de cámara. Su mayor afición es grabar con su cámara de 16mm todo lo que le rodea. Lo que nadie sabe es que Lewis es un psicópata con un serio problema mental que disfruta grabando a sus víctimas femeninas justo antes de que éstas mueran asesinadas por él.




Comentario:

"El fotógrafo del pánico" es una película única. Para mí no es sólo una de las mejores películas de terror que se han hecho. También es una obra de arte y, dicho sea de paso, una de las mejores películas de la historia del cine. Sin embargo, cuando se estrenó, en 1960, fue tan duramente vilipendiada por la crítica que al director, Michael Powell, no le quedó otra que retirarla de las salas de cine. Además, se dice que esta película está maldita, en el sentido de que acabó con la carrera de su director.

En 1960, con films como "Psicosis", "Los ojos sin rostro" o la presente película, se produjo un punto y aparte dentro del cine de terror, ofreciendo historias terroríficas que bien podrían suceder en la realidad. Para la gente de aquel entonces, acostumbrada a relacionar el cine de terror con monstruos y demás elementos fantásticos, estas películas fueron todo un shock.

En "El fotógrafo del pánico" sabemos desde los primeros minutos de metraje quién es el asesino. Es más, la historia se centra en él.

El director nos pone en el lugar del psicópata desde la escena inicial, la cual es una de las mejores de la cinta. En ella, contemplamos un ojo abriéndose. A continuación, vemos lo que ese mismo ojo ve a través del visor de una cámara. Pronto nos damos cuenta de que estamos viendo lo mismo que ve el asesino que protagoniza la película: a una prostituta de mirada cansada, apagada, pensando que su cliente le ofrecerá lo mismo que le han ofrecido medio centenar de clientes más. Sin embargo, lo único que le ofrecerá ese nuevo cliente es la muerte, contemplando el rostro de ésta, lo que la sumirá en un estado de pánico antes de morir. Sin duda, me encanta esta escena introductoria. Una escena que es toda una declaración de intenciones por parte del director y que, además, nos muestra cómo será la estética del film, la cual se sirve una fotografía de fuertes tonos azulados y anaranjados, acompañados por un uso de las luces y las sombras de clara vocación expresionista.

"El fotógrafo del pánico" es un film en el que se nos presentan tantas reflexiones y hay tantas segundas lecturas, que bien se podría hacer un blog enteramente dedicado a analizar todas y cada una de esas interpretaciones. Además, a cada nuevo visionado, interpreto lo que he visto de una nueva forma. Eso sin contar con cómo se desarrolla en mi mente la cinta después de haberla visto. A mejor, por supuesto.

Mark Lewis es como la película en sí: un personaje único. Este hombre, de una edad en torno a los 30 años, se comporta ante los demás como una persona tranquila, timida y humilde. Es inevitable preguntarse cómo un tipo con un comportamiento así es en realidad un psicópata que disfruta grabando con su cámara a sus aterrorizadas víctimas.

Dicha incógnita se nos responderá con otra de las mejores escenas de la cinta, en la que veremos como Mark le muestra a su vecina, llamada Helen Stephens (Anna Massey), una serie de grabaciones que hizo su padre de él cuando era pequeño. De esta forma, nos perturbamos al mismo tiempo que Helen al ver cómo el desgraciado padre de Mark (interpretado por Michael Powell) asusta a su hijo hasta hacerle llorar día tras día. Según el propio Mark, su padre hacía eso porque estaba realizando un estudio psicológico sobre el miedo. Al haber tratado así a su retoño, Mark ha crecido desarrollando una fuerte y peculiar escoptofília (voyeurismo), convirtiéndose en una persona extremadamente cerrada que tan sólo obtiene placer a la hora de filmar cosas con su cámara. En especial a mujeres que no le importan en absoluto siendo asesinadas por su arma secreta, la cual se oculta en su tan preciada y querida cámara, a la que trata como si fuera su único amor o una parte más de su cuerpo.

Michael Powell consiguió no sólo ponernos en la piel de Mark mostrándonos lo que éste veía, sino también consiguió que sintiéramos cierta pena y simpatía hacia él. Al fin y al cabo, el auténtico villano del film es su padre, el verdadero culpable de que Mark sea así. Dicho de otro modo, "El fotógrafo del pánico" hace que nos pongamos de parte del psicópata que protagoniza esta historia, una sensación que incluso hoy en día sigue resultando inquietante, por mucho que nos hayamos insensibilizado viendo otros tipos de films en los que el malo es muy malo. En su día, esto fue, en parte, lo que hizo entrar en cólera a multitud de críticos de cine y lo que horrorizó a gran parte del público. Y es que lo que veían era algo horripilante; pero, aún así, seguían viendo lo que se mostraba en pantalla. Seguían viendo la película hasta el final. De esta forma, el espectador se convertía en una especie de mirón, presa de la curiosidad por ver qué es lo que le sucedería a Mark o qué es lo siguiente que vería a través del visor de su cámara, independientemente de la sordidez de lo que se mostraría.

En fin, hablaría más de este film tan sumamente complejo. De lo que me transmitió, de sus segundas lecturas, de su peculiar protagonista, etc... Pero entonces este artículo no tendría fin, y tampoco es eso. Terminaré diciendo que, tras ser retirado de cartelera a la semana de su estreno, fue en los años 70 cuando comenzó a formarse cierto culto a su alrededor. Hacia finales de esa misma década, el director Martin Scorsese lo rescató del olvido exhibiéndolo en un festival de cine.

A día de hoy, "El fotógrafo del pánico" no sólo es un film de culto absoluto y una obra maestra adelantada a su época que sigue siendo perturbadora, sino también una de esas películas que allanaron el camino del subgénero slasher. No la que destapó la caja de pandora, como bien señala Raül en uno de sus comentarios sobre los orígenes del slasher, pero sí que podría ser considerado, junto a "Psicosis", un claro antecedente de los giallo italianos de los 70 o de films más famosos como "Halloween", de John Carpenter. Como decía al principio de mi comentario, una película única. Una película imprescindible para todo aquel al que le gusten las películas sobre asesinos en serie y el buen cine en general.

Imágenes:






















2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las mejores películas de la historia del cine.

Anónimo dijo...

Buena crítica, amigo. Menos mal que un cinéfilo como Scorsese la rescató del ostracismo. Coincido en todo; planteamiento inquietante, atmósfera conseguida, iluminación cuidadísima, y una presentación contundente y clara. La volveré a ver. Un abrazo.