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miércoles, 23 de mayo de 2012

La gorgona




Valoración personal: 9/10.

Ficha técnica:

Título: La Gorgona

Título original: The Gorgon

Año: 1964

Duración: 83 min.

País: Reino Unido

Director: Terence Fisher

Guión: John Gilling (Historia: J. Llewellyn Devine)

Música: James Bernard

Fotografía: Michael Reed

Reparto: Peter Cushing, Christopher Lee, Richard Pasco, Barbara Shelley, Michael Goodliffe, Patrick Troughton, Jack Watson, Joseph O'Conor

Productora: Hammer Films

Género: Terror.

¿De qué va?:

La historia tiene lugar a principios del siglo XX, en un pueblo centroeuropeo llamado Vandorf, en donde se han producido una serie de asesinatos que nadie parece querer investigar. Lo más insólito es que todas las víctimas aparecieron convertidas en piedra. Los últimos en morir fueron unos jóvenes enamorados. La chica murió petrificada, y el chico, quien fue acusado de la muerte de su novia, se suicidó. El padre del muchacho, el profesor Jules Heitz (Michael Goodliffe), viaja a Vandorf para investigar dichas muertes y, de paso, limpiar el nombre de su hijo fallecido. Días después, también llegará al pueblo su otro hijo, llamado Paul Heitz (Richard Pasco). Tras realizar una serie de investigaciones, todo indica que el principal sospechoso es el Dr. Namaroff (Peter Cushing), quien parece ocultar un secreto relacionado con cierta criatura mitológica y, a su vez, la respuesta a todos los asesinatos.



Comentario:

Si bien la Hammer ya había actualizado a casi todos los monstruos clásicos del cine de terror, en especial a los de la Universal, llegó un momento en el que decidieron crear a uno propio. El elegido fue una criatura que no provenía del folklore popular europeo, sino de la mitología griega: la Medusa, esa mujer con serpientes en la cabeza, cuya mirada convierte en piedra a todo aquel que la mira directamente a los ojos.

Terence Fisher dirigió la película. Contó con un guión de John Gillin, quien, a su vez, partió de una historia que había sido presentada a la productora por el escritor John Llewellyn Devine. Y lo mejor de todo es que en esta producción salían, una vez más, Peter Cushing y Christopher Lee. Los dos juntos; toda una alegría.

La historia está muy bien planteada, aunque en algunos momentos nos de la sensación de que no lo está; pero, al final, todos los hechos acaban encajando perfectamente.

Podría decirse que en este film sí que hay ciertos elementos hitchcockianos, así como ciertas trampas de guión que confunden al espectador. Y no sólo lo digo por el comienzo, que recuerda al de "Psicosis" (1960, Alfred Hitchcock), sino también por las pistas falsas que se nos van presentando, las cuales desvían nuestra atención de lo verdaderamente importante. Lo mismo podría decirse del cambio de protagonistas que se produce. O, mejor dicho, los cambios, los cuales detallaré unos cuantos párrafos más adelante.

Me llamó la atención ese triángulo amoroso que se forma entre Carla Hoffman (esplendorosa Barbara Shelley), Paul Heitz (buena actuación de Richard Pasco) y el personaje al que podríamos considerar el villano de la historia, el Dr. Namaroff (como de costumbre, soberbio Peter Cushing). Y digo que podríamos considerarle el villano porque Paul, al igual que Namaroff, está cegado por el amor que siente hacia Carla, lo cual le lleva a actuar de una forma un tanto cuestionable, dejándose llevar impulsivamente por sus sentimientos. Un comportamiento impropio de un "héroe".

Sin duda, el mejor actor de todo el reparto es Peter Cushing. Su papel de Dr. Namaroff es muy parecido al del doctor Frankenstein en "La maldición de Frankenstein" (1957, Terence Fisher) y su secuela, "La venganza de Frankenstein" (1958, Terence Fisher), solo que aquí no sabemos qué es lo que oculta a los demás. Tan sólo lo intuimos. Un personaje enigmático e inquietante, sin duda. Destacaría la escena en la que coge un cerebro y lo vierte en un recipiente, y, justo a continuación, dice algo así como: "me sorprende que la obra más completa de Dios, el cerebro humano, sea la más desagradable a la vista". Sin duda, una frase propia de un mad doctor de la vieja escuela.

Otro film del que me acordé mucho viendo "La gorgona" fue de "Drácula" (1958, Terence Fisher). Y no sólo lo digo por ese duelo de espadachines que se produce al final, sino también por la forma en que los habitantes de Vandorf evitan a toda costa hablar de lo que más temen. En este caso, de la Medusa.

Como decía antes, distintos personajes se van cediendo el protagonismo a medida que avanza la historia. Al principio, parece que el protagonista va a ser el joven bohemio que aparece durante los primeros minutos de la cinta. Sin embargo, acaba muerto antes de que termine el primer cuarto de hora de metraje. En ese momento, el protagonismo recae en su padre, para luego recaer en el otro hijo de éste, y finalmente, durante la última media hora de metraje, en su tutor, el profesor Karl Meister (Christopher Lee).

La apariencia de este simpático personaje es muy similar a la que años después tendría el profesor Abronsius de "El baile de los vampiros" (1967, Roman Polanski). El único pero de la actuación de Lee es que se nota cierto esfuerzo por su parte por no quedarse encasillado en el papel de tipo serio.

Así mismo, resulta curioso que los papeles que normalmente tenían el dúo Cushing/Lee se inviertan. Lo que quiero decir es que en esta ocasión, Lee es el bueno de la historia y Cushing el malo, al contrario de lo que solía suceder. En mi opinión, Cushing mola más de malo. Mucho más.

La Medusa, interpretada por Prudence Hyman, no aparece hasta el final. De esta forma, su primera y única aparición bien visible resulta ser más impactante que si hubiera aparecido desde el principio. Y digo bien visible porque, a lo largo del film, su presencia es casi constante, aunque nosotros no la veamos claramente. Sólo hay que ver los primeros minutos de metraje, en los que una chica muere viéndola; o aquella otra escena, que, dicho sea de paso, es una de mis favoritas, en la que vemos su reflejo en las aguas de una fuente. En esas escenas sólo vislumbramos una silueta o una imagen borrosa de una mujer que no es precisamente una belleza.

Algunos podrían pensar que Fisher y Gilling no mostraron a la criatura desde el principio porque el público se petrificaría al instante de terror; pero no, el principal motivo por el que la ocultaron durante gran parte del metraje fue debido a las limitaciones técnicas y al pobre maquillaje a cargo de Roy Ashton (las serpientes que lleva en la cabeza son muy cutres). De todas formas, dichos problemas los resolvieron realizando un ejercicio de sugerencia más que notable. Por supuesto, también influyó mucho la atmósfera, la cual es inquietante. Lo mismo puedo decir de los escenarios, a cargo del gran Bernard Robinson, y de la genial banda sonora, compuesta por el no menos genial James Bernard.

En fin, es una pena que "La gorgona" no tenga la fama que se merece, pues no tiene nada que envidiar a otras joyas de la maravillosa filmografía de Terence Fisher. Muchos han dicho que este film combina todas las virtudes y características de las producciones de la Hammer, y, en parte, estoy muy de acuerdo. Estética y formalmente, estamos ante un film hammeriano 100%, que cuenta con una historia interesante y con un reparto no menos interesante. Una cinta imprescindible.

Imágenes:


























2 comentarios:

Raúl Calvo dijo...

Para mí esta película es el ejemplo perfecto de por qué la Hammer acabó cerrando. Repite exactamente el mismo esquema que les había funcionado con anterioridad, cambiando simplemente el bicho. Demasiado formulaica, no me acabó de entusiasmar.

Mustangcillo dijo...

No eres el primero que me dice eso sobre esta película, Raül. Pero, bueno, como suelo decir, es muy raro que a mí no me entusiasme una producción de la Hammer. Hasta "Drácula A.D. 1972" me encanta... Con eso creo que ya te he dicho todo, jeje.