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sábado, 12 de mayo de 2012

À Meia-Noite Levarei Sua Alma


Valoración personal: 6/10.

Ficha técnica:

Título: À Meia-Noite Levarei Sua Alma

Título original: À Meia-Noite Levarei Sua Alma

Año: 1964

Duración: 84 min.

País: Brasil

Director: José Mojica Marins

Guión: José Mojica Marins, Magda Mei, Waldomiro França

Música: Salatiel Coelho, Herminio Giménez

Fotografía: Giorgio Attili

Reparto: José Mojica Marins, Magda Mei, Nivaldo Lima, Valéria Vasquez, Ilídio Martins Simões, Eucaris Moraes, Robinson Aielo, Almir Barbosa

Productora: Indústria Cinematográfica Apolo

Género: Terror.

¿De qué va?:

Zé do Caixão (José Mojica Marins) es el dueño de una funeraria de un pueblo pobre, en donde la gente es muy supersticiosa y católica. Extremadamente ateo, Zé se dedica a molestar a los vecinos de la comunidad día tras día, ya que se cree superior a ellos. Además, está totalmente obsesionado con tener un hijo al que educará de tal forma que piense como él. Según Zé, la única forma de alcanzar la eternidad es que su sangre se perpetue de generación en generación. Como su mujer no puede tener hijos, piensa que no tiene sentido seguir con ella y que ésta continúe con vida, así que, finalmente, la mata. Lo peor es que también decide asesinar a su único amigo en el mundo para así hacerse con la mujer de éste, con quien se encapricha prácticamente de la noche a la mañana...



Comentario:

José Mojica Marins es un director único y peculiar. Tan sólo hay que leer su biografía para darse cuenta de ello. Por supuesto, sus películas no iban a ser menos, en especial aquellas en las que aparecía en pantalla el personaje con el que se le relacionaría de por vida: Zé do Caixão (traducido al español, sería algo así como José el del ataúd. En EEUU es conocido simplemente como Coffin Joe).

Visualmente, la apariencia de este personaje es tan simple como carismática. Además de lucir unas uñas bien largas y una espesa barba, porta un sombrero de copa y una capa de colores tan oscuros como su alma.

Como decía en la sinopsis, Zé es un tipo ateo hasta la médula. Al vivir en un pueblo en donde la gente, además de supersticiosa, es muy católica, se pasa los días burlándose de las creencias de los demás, como si lo que él piensa fuese lo correcto y lo que piensan los demás una completa tontería que no ha de respetar en absoluto. Su odio hacia la religión es tal, que hasta le vemos, en una de las escenas más recordadas, comer un trozo de carne mientras se celebra una procesión de Semana Santa, algo que, por aquel entonces, estaba muy, pero que muy mal visto. De todas formas, me llama la atención que rete a Dios o a los difuntos, a pesar de no creer en ninguna religión. Esto último me hace pensar en algo que me quedó claro desde un primer momento: no está muy bien de la cabeza.

Zé es un tipo despreciable y sumamente arrogante. Hace lo que le da la gana. Cuando y donde quiere. Sin importarle las consecuencias. De todas formas, nadie le planta cara, y los que lo hacen lo pagan bien caro, siendo golpeados por él casi hasta la muerte. La verdad es que este último aspecto es lo que menos me gustó de la historia. Aunque Zé tenga una pistola (algo que no veremos hasta el final), si todos los aldeanos se juntaran podrían darle la paliza de su vida. Pero, claro, puede que al ser tan católicos, el carácter de su agresor, el de un tipo que se atreve hasta a desafiar a Dios, les acobarde. Como si Zé fuera una especie de representante del mismísimo demonio, que está ahí por algún motivo que ellos no logran comprender. A pesar de todos sus deleznables actos, resulta curioso que este personaje se muestre como un firme defensor de los niños, o que haga cosas como pagarle el médico a los hombres a los que hiere.

Llegados a este punto, sobra decir que la auténtica estrella de la función es el personaje que encarna José Mojica Marins. En cuanto al resto del reparto, se podría decir que las actuaciones son bastante pobres. Sobre todo los extras reunidos en la taberna del pueblo, que se limitan a estar parados, viendo qué hace el amigo José en su papel de perturbado peligroso.

Algo que me llama bastante la atención son los rumores vertidos en torno al rodaje del film. Rumores como que la escena en la que Zé pone una tarántula encima de su esposa (ficticia, se entiende), en un momento en el que ésta se encuentra maniatada sobre una cama, fue hecha de verdad. Según se comenta, la actriz no se esperaba que José Mojica fuera a poner una tarántula encima suya, y que, por ende, los gritos y la mirada de desesperación de la pobre mujer eran reales. Así mismo, también he leído que el último día de rodaje llovió, y que ninguno de los actores quería trabajar ese día. Por lo visto, y según se dice, José Mojica les amenazó a punta de pistola con el revolver que sostiene al final de la cinta.  No sé yo, pero si esos rumores son ciertos, miedo me hubiera dado trabajar junto a este señor. ¡No me extraña que en Brasil las madres les digan a los niños que Zé do Caixão va a ir por ellos si se portan mal!

De todas formas, lo mejor de la película, aparte de que el protagonista absoluto sea un villano y no haya ningún héroe que se le oponga de principio a fin, es la atmósfera que se crea. Se hace un uso muy bueno de los pequeños escenarios y de los limitadísimos recursos con los que se contó (José Mojica estaba en la ruina en el momento de rodar el film). También se hace un buen uso de los claroscuros, mostrando, en algunos momentos, una clara tendencia expresionista. La atmósfera recuerda a las producciones de terror gótico estadounidenses, sobre todo a aquellas que hacía Roger Corman por aquel entonces. El hecho de mezclar ese ambiente gótico con cierto toque místico propio del Brasil de décadas pasadas resulta en una ambientación única, con cierto toque onírico.

En cuanto a las escenas a destacar, destacaría, aparte de la mencionada escena de la procesión, la introducción del film. En ella, vemos a Zé hablando sobre la vida y la muerte para luego ver a una bruja gitana que da muy mal rollo... Este perturbador comienzo es un claro homenaje a la introducción de algunos comics de terror estadounidenses de los años 50, como los de la editorial EC, en los que unos personajes bastante pintorescos y espeluznantes advertían al lector de lo que se iba a encontrar en las páginas de esas publicaciones (o sea, el terror absoluto). Además, hay otras escenas en las que se hacía un uso de la violencia inusitado. Hasta entonces, sólo se había visto un grado de violencia similar en algunas producciones independientes de origen estadounidense como "Blood Feast" o en grandes superproducciones como "Los pájaros".

Aunque la parte final de la cinta se me hizo un tanto aburrida y los efectos especiales que se usaron en ella son un tanto cutres y prescindibles, bien podría afirmar que "À Meia-Noite Levarei Sua Alma", aparte de ser la primera película de terror brasileña, es, en general, un film peculiar, bastante entretenido y, además, bien hecho. Una antesala a lo que José Molina nos mostraría en la continuación de la presente película, estrenada en 1967 y titulada "Esta Noite Encarnarei no Teu Cadáver"; secuela que superaría a la primera parte.

Imágenes:





















1 comentario:

Raúl Calvo dijo...

De este comenté la trilogia de Zé Do Caixao, muy interesante director, tan ficticio en su "vida real" como en la ficción (en sus pelis se autorepresenta como una especia de potentado del cine cuando estaba lejos de serlo en la realidad).