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lunes, 14 de mayo de 2012

Esta Noite Encarnarei No Teu Cadáver


Valoración personal: 8/10.

Ficha técnica:

Título: Esta Noite Encarnarei No Teu Cadáver

Título original: Esta Noite Encarnarei No Teu Cadáver

Año: 1967

Duración: 108 min.

País: Brasil

Director: José Mojica Marins

Guión: José Mojica Marins, Aldenora De Sa Porto

Música: Herminio Giménez

Fotografía: Giorgio Attili

Reparto: José Mojica Marins, Tina Wohlers, Nadia Freitas, Antonio Fracari, Jose Lobo, Esmeralda Ruchel, Paula Ramos, Tania Mendonça

Productora: Ibérica Filmes

Género: Terror.

¿De qué va?:

Zé do Caixão (José Mojica Marins) sigue vivo. Por lo visto, sobrevivió al ataque de los espíritus de aquellos a quienes asesinó cruelmente en el pasado. Tras una temporada recuperándose de sus heridas y apartado del mundo, regresa al pueblo en donde tiene su funeraria con la intención de cumplir su gran objetivo en la vida: tener un hijo. Recordemos que Zé piensa que su espíritu alcanzará la eternidad si su sangre se perpetua de generación en generación, a través de descendientes que mantengan sus ideales. Para ello, para concebir a lo que él considera el ser humano perfecto, ha de encontrar a una mujer que sea como él. Una mujer que odie cualquier religión y que no tema a lo que la mayoría de la gente teme, ni siquiera a la muerte. Por surrealista que parezca, varias de las mujeres del pueblo quieren tener un hijo con Zé, así que éste las somete a duras y macabras pruebas para seleccionar a la que mejor se amolde a sus gustos.



Comentario:

Tras el éxito de "À Meia-Noite Levarei Sua Alma", tres años después, en 1967, José Mojica Marins, portando su sombrero de copa, su oscura capa y luciendo sus características uñas largas, retornaba a las pantallas brasileñas en su papel de Zé do Caixão.

Nos encontramos con una segunda parte que supera a la primera. Técnicamente y argumentalmente hablando. La historia de "Esta Noite Encarnarei No Teu Cadáver" está mucho mejor planteada que la de "À Meia-Noite Levarei Sua Alma", y, además, se entiende perfectamente sin necesidad de haber visto previamente la anterior película. Es una continuación con cierto tono independiente. Estéticamente, el film luce mejor, la atmósfera está más conseguida y se nota cierta mejora por parte de José Mojica a la hora de efectuar diversos movimientos de cámara.

En esta ocasión, Zé procura llevar a cabo los delitos más atroces con más cuidado, sin que le vean terceras personas, a pesar de que continúe cometiendo ciertos actos despreciables sin importar quien le vea. Es por eso que usa su guarida secreta como si fuera una especie de cámara de las torturas. Al aparentar no salirse de los límites de la legalidad, se siente protegido por la ley. Tan sólo hay que ver la escena en la que un buen número de personas furiosas deciden ir a su funeraria y, al poco de comenzar a caminar, éstas se detienen ante la sola presencia de Zé, quien alega en su propia defensa diciéndoles que no tienen pruebas que le inculpen de asesinato, violación o de cualquier otro crimen grave que haya podido cometer tras su último juicio (en el que, por increíble que parezca, fue declarado inocente por falta de pruebas en su contra). Así mismo, resulta curioso que los que se atreven a plantarle cara no son lo que se dice buenas personas... Entre ellos están el forzudo del pueblo o el comisario, más preocupados por sus propios fines que por la seguridad de los vecinos de la comunidad.

Tenemos escenas visualmente más impactantes que las del film anterior, las cuales se suceden una detrás de otra. Sinceramente, "Esta Noite Encarnarei No Teu Cadáver" es, junto con "Häxan" (1922, Benjamin Christensen) y "Freaks" (1932, Tod Browning), una de las películas de terror en blanco y negro que más me han perturbado.

La escena de las tarántulas me pareció tan repugnante como aterradora. En ella, vemos a cinco mujeres descansando en una habitación, y a Zé observándolas a través del agujero de una puerta. Entonces comienzan a entrar decenas de tarántulas (de verdad) en el cuarto, subiendo por los cuerpos de las muchachas, quienes, nada más despertarse, entran en pánico. Lo peor es que luego las veremos en una situación similar, pero con serpientes en vez de tarántulas, y encerradas en un pozo cochambroso en vez de en el interior de un dormitorio.

Hay muchas otras escenas, como la del ácido o la de la piedra colgante, que debieron de ser realmente espantosas para el público de la época, tan poco acostumbrado a ver cosas así.

Pero si hay una escena verdaderamente perturbadora e inquietante esa es la del infierno. Esta escena puede resultar incluso cómica si uno se la ve por separado (doy fe de ello); pero al verla dentro de contexto, tras la primera hora de metraje apróximadamente, resulta tremendamente impactante y, a la par, estridente y difícil de digerir. En ella, José Mojica nos muestra a todo color su visión del infierno: un lugar gélido, en donde siempre está nevando ceniza, con paredes muy brillantes, de tonos rojos y verdes extremadamente chillones. A través de esas paredes asoman miembros de cuerpos humanos (brazos, cabezas, piernas... incluso tetas y culos), y en todas las estancias de ese peculiar averno vemos a hombres golpeando con látigos y tridentes a los cuerpos de almas en pena. Por encima de todos ellos se encuentra un Satanás que, además de vestir como un emperador de la antigua Roma, tiene la misma apariencia que Zé.

No me quepa duda de que la mayor parte del presupuesto se fue en la escena del infierno. La verdad es que me pregunto cuán lejos habría llegado este director de contar con mayores cantidades monetarias en sus producciones y con un reparto formado por actores profesionales. Numerosos directores de cine de terror reconocen haber estado influenciados, directa o indirectamente, por el trabajo de este singular director de origen brasileño. De hecho, Wes Craven afirmaba que se basó en Zé do Caixão a la hora de crear a Freddy Krueger, el villano de las películas de "Pesadilla en Elm Street" (tan sólo hay que ver las garras de ambos; unas más naturales que otras).

La intención inicial de José Mojica era realizar unas seis películas protagonizadas por su alter ego. Sin embargo, debido a multitud de problemas económicos y, también, a su impulsividad a la hora de lanzarse a dirigir films, se quedó en tan sólo dos películas. No fue hasta el año 2008, cuarenta años después, cuando fue estrenada la tercera y última parte de la trilogía de Ze do Caixão, titulada "Encarnação do Demônio". Al igual que sus antecesoras, ha resultado ser un film realmente perturbador para su época, no exento de polémica.

En fin, a día de hoy, hay muchas películas de cine de terror clásico que más que impactar causan sueño. Pero la intensidad con la que José Mojica plagó sus producciones fue tal, que el paso de los años no ha hecho mucha mella en ellas. Si estáis interesados en un tipo de cine de terror extraño, único y, sobre todo, distinto a lo que estáis acostumbrados a ver, bien podríais darle una oportunidad a "Esta Noite Encarnarei No Teu Cadáver".

Imágenes:


























3 comentarios:

Raúl Calvo dijo...

La tercera me gustó más, aunque esta está muy bien. Las tres son muy bizarras y fantásticas.

Raúl Calvo dijo...

Claro, ahora que lo pienso, la tercera la comentarás cuando llegues al siglo XXI, supongo.

Mustangcillo dijo...

La verdad es que cada peli de Zé es mejor que la anterior. Y sí, hablar de la tercera parte cuando llegue su momento es una de mis tareas pendientes en este ciclo de cine de terror.