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miércoles, 6 de junio de 2012

Las cicatrices de Drácula




Valoración personal: 6/10.

Ficha técnica:

Título: Las cicatrices de Drácula

Título original: Scars of Dracula

Año: 1970

Duración: 96 min.

País: Reino Unido

Director: Roy Ward Baker

Guión: Anthony Hinds (Novela: Bram Stoker)

Música: James Bernard

Fotografía: Moray Grant

Reparto: Christopher Lee, Dennis Waterman, Jenny Hanley, Michael Gwynn, Patrick Troughton, Michael Ripper, Christopher Matthews, Wendy Hamilton

Productora: Hammer Films

Género: Terror. / Vampiros.

¿De qué va?:

Los aldeanos de un pueblo centroeuropeo, hartos de soportar los ataques del conde Drácula (Christopher Lee), parten hacia su castillo con la intención de matarle y, así, poner fin a sus fechorías. Tras quemar gran parte de la fortaleza, retornan a la aldea. Una vez de vuelta, descubren, horrorizados, que sus seres queridos han sido asesinados en el interior de la iglesia por una horda de vampiros furiosos al servicio del conde. Algún tiempo después, llega al pueblo un joven procedente del país vecino. Desgraciadamente, acaba prisionero en el castillo de Drácula. Pocos días más tarde, llegará su hermano y la novia de éste en su búsqueda...



Comentario:

En Noviembre de 1970, tan sólo seis meses después del estreno de "El poder de la sangre de Drácula" (1968, Peter Sasdy), la Hammer estrenó su quinta incursión en el mito de Bram Stoker. "Las cicatrices de Drácula" reiniciaba la saga y, además, se estrenó en sesión doble junto a "El horror de Frankenstein" (1970, Jimmy Sangster).

La cinta comienza con una secuencia introductoria en la que vemos a un vampiro de mentira derramando sangre sobre las cenizas de Drácula. Tras esto, el conde resucita. Y digo yo: ¿qué necesidad había de comenzar el film con una escena en la que vemos cómo Drácula resucita, si estamos ante un reboot de la saga y, por ende, la historia empieza desde cero? "El poder de la sangre de Drácula" finalizaba con el conde reducido a cenizas, por eso muchos consideran erróneamente a "Las cicatrices de Drácula" su continuación.

En fin, de lo que no hay duda es de que "Las cicatrices de Drácula" es, en general, una película mucho más violenta y truculenta que las anteriores entregas. Las películas de Drácula de la Hammer fueron bastante populares a finales de los años 60 por lo sangrientas que eran en comparación a otras producciones de terror más descafeinadas. En "Las cicatrices de Drácula", dicha violencia es llevada al límite. Eso sí, al límite de lo permitido por la censura británica, la cual, a principios de los 70, ya no era tan estricta como antes. La escena de la iglesia llena de gente asesinada me parece impactante aún a día de hoy, con esos zooms enfocando las heridas faciales de los cadáveres. Lo mismo digo de aquella otra escena en la que vemos con todo detalle cómo un vampiro le destroza la cara a un pobre e inocente cura.

Pero si hay unas escenas verdaderamente impactantes, esas son aquellas en las que vemos hasta qué punto ha llegado el sadismo del conde. En un momento dado, una de sus criadas vampiresas le será infiel con un humano. A la mañana siguiente, Drácula se los encuentra a los dos juntos en la cama. Drácula, furioso y presa de los celos, coge un cuchillo y, cual psychokiller, comienza a apuñalar repetidamente a su súbdita. Otra escena de la misma índole es aquella en la que el conde azota con una espada al rojo vivo a su desdichado y horripilante sirviente, interpretado por un John Pertwee que parece ser el único actor de todo el reparto que actúa con ganas. A todo esto, Pertwee, aparte de ser una cara conocida en las producciones de la casa del martillo, fue el segundo Doctor Who (soy un fan de dicha serie, tenía que decirlo).

En esta ocasión, el Drácula interpretado por Christopher Lee se muestra mucho más hablador que nunca. El problema es que el actor ya estaba cansado del personaje, y actuaba con el piloto automático puesto, con cierta desgana, limitándose a repetir los gestos y movimientos que ya vimos en anteriores entregas. Su actuación resulta ser, pues, poco sorprendente.

De todas formas, aprovechando que reiniciaban la saga, los de la Hammer decidieron tomar conceptos de la novela de Stoker en los que los anteriores films apenas habían profundizado, como los poderes sobrenaturales de Drácula. En más de una ocasión se nos dirá que puede dominar a las bestias y, también, le veremos trepando los muros de su castillo cual Spiderman

En cuanto al resto de personajes tenemos, por tercera vez consecutiva, a un protagonista llamado Paul (con esa originalidad a la hora de poner nombres, no me extraña que algunos confundan unas entregas con otras). Este chico es un alegre follarín que protagoniza la primera mitad de metraje. La segunda mitad está protagonizada por su hermano y la inocente novia de éste.

El problema de estos tres últimos personajes es que están interpretados por unos actores que no le ponen muchas ganas a lo de meterse en el papel que les fue asignado. No niego que los personajes a los que dan vida sean más carismáticos y estén mejor definidos que los de "El poder de la sangre de Drácula"; pero, desgraciadamente, los actores que eligieron para dichos roles parecen poner tan poco de su parte que el resultado final deja mucho que desear... Al menos, a la chica se la perdona, por ser mona de cara y por sus dos grandes talentos que, al menos, entretienen al espectador y hacen que no se fije mucho en que está ante una actriz algo mediocre.

Una cosa en la que casi todo el mundo está de acuerdo es en que la película, a nivel técnico, es un poco cutre. Tenemos a vampiros gigantes que vomitan sangre y que se nota a la legua que están hechos de plástico, escenarios pobres y vacíos, y una escena final en la que no sabemos si Drácula es Christopher Lee, un extra envuelto en llamas o una de las fallas de Valencia en plena ebullición.

En conclusión, "Las cicatrices de Drácula" fue una película hecha con la intención de innovar; pero no innovó nada... Más bien es una especie de pastiche entre la novela de Stoker y multitud de elementos ya vistos en anteriores entregas, todo ello aderezado con un toque sanguinolento. Al menos, tiene escenas para el recuerdo, como las anteriormente reseñadas; cuenta con Christopher Lee en el reparto, que eso ya es decir mucho; y, lo más importante, no se hace aburrida a pesar de la cutrez técnica. Al fin y al cabo, es una película de la Hammer. ¿Cómo va a ser aburrida? Recomendada a todos aquellos que disfrutaron con las anteriores producciones hammerianas del conde transilvano.

Imágenes:

























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