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domingo, 22 de enero de 2012

Yo anduve con un zombie




Hace poco volví a ver "Yo anduve con un zombie", y he de decir que ha sido una experiencia bastante grata. Al fin y al cabo, estoy hablando de un film de serie B (cualquiera lo diría) de la RKO producido por Val Lewton y dirigido por Jacques Tourneur, quienes también estuvieron al cargo de "La mujer pantera", film inmediatamente anterior a éste, y una obra maestra del cine de terror que, estéticamente, nada tiene que envidiar a la presente.

Antes de comenzar a ver "Yo anduve con un zombie", es imprescindible mentalizarse conque uno no va a ver a los típicos zombies modernos, que todo el mundo se imagina, sino a los zombies pre-Romero (pre-Romero porque fue el director George A. Romero quien cambió la imagen que se tenía del zombie con su film, de 1969, "La noche de los muertos vivientes"). Obviamente, hablar de zombies pre-Romero es hablar de zombies que ya existían en el celuloide antes de los que este director inventó (o reinventó, mejor dicho). Hasta 1969, los zombies eran seres de ficción que estaban intrínsecamente relacionados con los mitos y la magia vudú. Ejemplos de películas con zombies cuyos orígenes son cosa del vudú son la primeriza "White Zombie", de Victor Halperin y su hermano, "The Plague of the Zombies", "Revolt of the zombies", y la presente, "Yo anduve con un zombie", entre otras tantas.

En "Yo anduve con un zombie" uno no va a asistir a un espectáculo de carne, miembros amputados y vísceras; ni siquiera a una película en la que hay escenas de acción, como sucedía en "White Zombie". Aquí la presencia del zombie es, sobre todo, poética. Tanto Lewton como Tourneur, productor y director, nos ofrecieron con ésta su obra más personal, llenándola de un lirismo presente de principio a fin; algo que no gustó a gran parte del público, ya que, debido a la fuerte (y engañosa) campaña publicitaria, muchos se esperaban ver una especie de variación, más terrorífica, del film de los hermanos Halperin. Y, en cierto modo, esto último lo logran.


Ficha técnica:

Título: Yo anduve con un zombie

Título original: I Walked with a Zombie

Año: 1943

Duración: 69 min.

País: Estados Unidos

Director: Jacques Tourneur

Guión: Curt Siodmak & Ardel Wray (Historia: Inez Wallace)

Música: Roy Webb

Fotografía: J. Roy Hunt (B&W)

Reparto: James Ellison, Frances Dee, Tom Conway, Edith Barrett, Christine Gordon, James Bell, Richard Abrams, Teresa Harris, Darby Jones

Productora: RKO

Género: Terror. / Zombis. Vudú. Serie B. Película de culto.


Betsy (Frances Dee), una doctora canadiense, es trasladada a una isla de las Antillas, en donde deberá cuidar a la esposa de un rico terrateniente, llamada Jessica (Christine Gordon), que se encuentra, parece ser, en un estado semi-catatónico. Nada más llegar al lugar, a Betsy todo le parece hermoso. Desde las estrellas hasta las aguas marítimas que rodean a la isla en la que se encuentra, así como los lugareños de la zona y, por supuesto, la familia con la que se aloja, formada por dos hermanos muy distintos entre sí, y por una madre un tanto inquietante.

Una noche, tras oir unos extraños lloros procedentes de una torre, las cosas comenzarán a cambiar para ella. En ese idílico lugar comenzará a tener miedo, a sentirse perturbada ante lo que hay a su alrededor. Pronto, se preguntará si su paciente está así debido a una crisis nerviosa, como dicen sus allegados, o si es, como ella teme, un zombie fruto de la magia vudú; magia que, parece ser, se practica en la isla a ritmo del tam tam de los tambores.

"Aunque no os lo creáis, así salen los zombies en esta película"

Al igual que en "La mujer pantera", se hace un uso magistral de las sombras y los claroscuros, ocultando las zonas que no se quieren mostrar, ocultando en ellas algo que, aunque este ahí, uno no lo llega a vislumbrar; algo que, por ese mismo motivo, produce cierta inquietud. Como decía en mi anterior artículo dedicado al anterior film de Tourneur, es el miedo a lo desconocido, a lo que creemos que esta ahí, en la oscuridad, y a lo que sólo nosotros, en nuestro subconsciente, damos cierta forma, lo que más puede inquietarnos.

En esta ocasión, el uso de las contraluces es mucho mayor, logrando escenarios que da gusto ver, como aquel plagado de finas líneas, reflejo de persianas, o el escenario por el que se mueven, envueltas en la penumbra, Betsy y Jessica. Una escena que, sin duda, ha pasado a la posteridad por la gran tensión que en ella se respira, tensión que se alcanza no sólo gracias al, como ya he dicho, magistral uso de las sombras, sino también al uso del sonido. Por supuesto, no podemos olvidar el escenario en sí, un bosque de altas hierbas en el que distintos elementos macabros se van sucediendo uno detrás de otro; un perro ahorcado, cráneos que producen un escalofriante ruido cuando chocan entre sí, y, por supuesto, un perturbador guardia zombificado que, desde un principio, sabemos que se halla allí...


Un personaje que, a pesar de no decir palabra en todo el metraje, debido a su sola presencia, su imagen ya ha pasado a los anales de la historia del cine de terror. Escualido, de pose firme y con ojos saltones, este zombie aguarda al final de la tenebrosa ruta que atraviesan las dos mujeres, y uno se teme lo peor en cuanto se topen con él. Esta escena es un gran ejemplo del miedo que Lewton y Tourneur transmitían al espectador, un miedo que provenía no del "monstruo" que les esperaba al final del camino, sino del camino en sí, del trayecto hasta llegar a él.


Otra escena inolvidable es aquella en la que la protagonista, la enfermera Betsy, guiada por unos extraños llantos procedentes del interior de una torre, y, sobre todo, guiada por la curiosidad inherente a todo ser humano, se adentra en el interior del edificio, en donde conocerá a Jessica, quien, de primeras, y gracias a la más que notable iluminación, se nos aparece, al menos en nuestra mente, como un fantasma, un ser que ya no esta vivo, aunque se mueva entre los vivos. Y es que, la principal pregunta en este film es: ¿es Jessica un zombie?


La ambigüedad fue uno de los mayores atractivos de "La mujer pantera". Aquí, Tourneur lleva dicha ambigüedad a un nuevo nivel, extendiéndola por todas las zonas de la isla en la que Betsy se halla, esa isla en donde, a pesar de parecer todo tan bonito, en realidad no lo es tanto. Una isla en donde se celebraban las muertes y se lloraban los nacimientos, una isla en donde Betsy sirve a ricos terratenientes (típicos protagonistas de los films de terror de la década anterior), una isla en donde se sigue practicando el vudú.

A muchos les sorprende ver en pantalla los ritos vudú de "Yo anduve con un zombie". Muchos han llegado a decir que son reales. Y de hecho, lo son. Las personas, de raza negra, que practican en el film esos rituales tan extraños para nosotros, eran firmes creyentes del vudú, y Tourneur les permitió dejarse llevar mientras les grababa, teniendo, de esta forma, una grabación para el film realmente exótica. Una grabación que, sumada a la efectiva ambientación, consigue una atmósfera onírica, como si estuviésemos viendo algo irreal, pero al mismo tiempo somos conscientes de que no lo es. Por el contrario, los mitos de los zombies en esos lugares, aún a día de hoy, no se han desmentido, así que incluso llegamos a plantearnos hasta dónde llega la verdad de lo que se nos muestra en pantalla, en qué punto se separa lo real de lo fantástico.

Por último, puesto a reseñar las escenas más inolvidables, tampoco me puedo olvidar del final (podéis continuar leyendo, no lo voy a desvelar); un final en el que, sin duda, queda claro lo que nos pretende transmitir el film: que el amor, a veces, de lo grande que puede llegar a ser, va más allá de la vida y la muerte. Así como que es un sentimiento eterno; tan eterno como las olas del mar golpeando, incansablemente, la arena de las playas.


Puede que haya hablado de una forma un tanto objetiva a la hora de referirme, con cierto respeto, a este film; pero, ¿qué es lo que opino yo de él, me preguntaréis? La verdad es que la primera vez que lo vi, me llevé una decepción terrible. Me esperaba, como mínimo, encontrar algo parecido a lo que ya vi en "White Zombie", así que, hacia la mitad de metraje, cuando se elimina, en parte, la ambigüedad del film, sobre todo aquella ambigüedad en torno al personaje de Jessica (consistente en hacer que el espectador se pregunte si ésta es un zombie o si, simplemente, está así debido a un estado de locura por el que pasó), me comencé a aburrir sobremanera, hasta el punto de que (y esto que voy a decir a continuación es verdad) me quedé dormido. Tras despertarme, quise olvidarme de esta película, así que me puse a ver algo más movidito (y si tenía alguna que otra reflexión, pues mejor que mejor).

Durante un tiempo, años, no quise saber nada de esta película, la cual recordaba como un soberano y perfecto aburrimiento. Hasta hace poco que, movido por las buenas críticas que se vertían sobre ella, decidí darle una segunda oportunidad. A veces, una película que no me gustó de primeras me gusta en un segundo visionado, apreciando gran cantidad de detalles que se me escaparon la primera vez que la vi... Pues bien, tras un reciente visionado, ya tengo claro el porqué me aburrió la primera vez, y es porque me esperaba, como mínimo, una cinta cuyo objetivo principal fuese entretener. Y entretener entretiene, claro está (si no, ¿por qué iba a terminar de verla por segunda vez?), pero "Yo anduve con un zombie" es, ante todo, arte por encima de entretenimiento.

Una obra maestra del cine de terror hecha con cariño y, sobre todo, personalidad, que, por su poesía, por la forma en que fue rodada y, sobre todo, por su temática y mezcla de géneros, perfecta y armoniosamente enlazados (¿zombis y romance? ¿Dónde se ha visto eso?), es única.


En fin, recomendada no por lo divertida que es, sino por lo que, como obra de arte, transmite al espectador (además, es cortita. Si fuese más larga, quizás se me hubiera hecho pesada). Si buscáis algo en donde se le dé más importancia al entretenimiento del espectador recomiendo que, mejor, os veáis otra cosa, como "White Zombie" o "La noche de los muertos vivientes", ambos mencionados, inevitablemente, en más de una ocasión en este artículo.

Valoración personal: 7/10.

8 comentarios:

Javier Simpson dijo...

Sí, señor, las insinuaciones son las que crean esa zozobra tan especial en la peli de Tourneur. Magistral su atmósfera, muy bien descrita en el post, Roy.
Muy bueno eso de zombies y romance y de que el amor puede con todo. Para mí también es arte más que entretenimiento, de ese que puede verse en muchas de serie B, o comerciales movidas. De cualquier forma a mí también me entretuvo, pero de una manera diferente.
La noche de los muertos vivientes tiene ese componente más comercial que la hace más amena, es cierto; pero también tiene mucho de arte, tanto o más que la de Tourneur. En la noche de los muertos vivientes me gusta su sencillez y ese estilo independiente y de bajo presupuesto que tiene, pero sin llegar a ser nada cutre. Una peli que, curiosamente, tiene su “elegancia” a pesar de ser de serie B y tocar un género como el terror medio gore.

Muy buena entrada, Roy

Mustangcillo dijo...

¡Muchas gracias, Javier!

La verdad es que esta película es tan única que, hoy en día, sería prácticamente imposible hacer algo parecido. A no ser que a uno le sobre el dinero y no le importa que fracase en taquilla, porque dudo que el público (al menos mayoritario) se interese por algo así.

En cuanto a "La noche de los muertos vivientes", que quede claro que a mí ME ENCANTA. Esto lo digo por si por lo que he escrito puede parecer lo contrario. De hecho, ya le dedicaré un buen artículo cuando llegue su momento jeje. Y sí, contiene unas reflexiones que, a mi parecer, son mejores que las de "Yo anduve con un zombie". Bueno, más que mejores... distintas. Yo, sin duda, las prefiero (me quedo con la principal, lo de que el peligro no reside en los zombies, sino en los humanos). Además, el film de Romero tiene un ritmo que lo hace ser mucho más digerible que "Yo anduve con un zombie".

De hecho, esas son las películas que más me gustan, películas de terror como Halloween, La noche de los muertos vivientes, Tiburón, etc... Películas que me entretienen como pocas y, al mismo tiempo, me hacen pensar sobre lo que se cuenta en ellas.

Raúl Calvo dijo...

No tengo mucha cosa que añadir a lo dicho ya en tu excelente comentario, aparte de decir que estoy de acuerdo en todo. Por lo que voy a decir algo paracinematográfico: el legendario Roky Erickson le dedicó una estupenda canción a esta peli: I walked with a zombie (más tarde versionada por REM), y fue incluida en el soberbio álbum de Erickson The Evil One, el cual también incluye una divertida canción dedicada a Creature with the atom brain. Recomiendo este álbum a todo el mundo.

Einer dijo...

Me pasó un poco como a ti, fue la segunda vez la que aprecié esta película en todo su valor. Y estoy de acuerdo en que su corto metraje juega muy a su favor.

Por lo visto tiene una secuela no oficial en tono de comedia: Zombies on Broadway.

Viendo que te gustan los videojuegos hace no mucho jugué de nuevo al Gabriel Knight II y me sorprendió cuánto me recordaba todo el tema de los tambores rada a esta película.

Gran artículo.

Mustangcillo dijo...

@Raül: muchas gracias, me alegra que os gusten mis artículos. Esas canciones que mencionas las estuve escuchando ayer mismo, fíjate tú que casualidad jeje. Eso sí, el resto de canciones del albúm no las conozco. Veremos qué tal. Gracias por la recomendación.

@Einer: la comedia que mencionas la tengo pendiente, pero es que no la encuentro en DVD por ninguna parte... La verdad es que me espero algo tipo "Abbott y Costello conocen a...", pero en plan más cutre. Lo cual no es malo si, al fin y al cabo, me echo unas buenas risas con ello.

Sí, me gustan los vidoejuegos. A ese no he jugado :S, pero por lo que he estado viendo, parece interesante.

El Tipo de la Brocha dijo...

Permíteme que aproveche este artículo para felicitarte por la maratón de cine de terror que te estás currando.

No me ha quedado más remedio que mencionar este ciclo en mi sección de blogs recomendados.

Gracias.

Einer dijo...

Los Gabriel Knight son aventuras gráficas. Si te gustan ese tipo de juegos están muy bien. Se me ha pirado la pinza porque he estado jugando recientemente al I y al II pero el que va de crímenes voodoo es el I.

Mustangcillo dijo...

@El Tipo de la Brocha: ¡muchas gracias, hombre!