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lunes, 14 de febrero de 2011

Los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby - Parte VII


1965 fue un período de transición para los 4 Fantásticos, período del que ya comencé a hablar en el artículo anterior y del que seguiré hablando en este artículo, partiendo del momento en el que Stan Lee y Jack Kirby decidieron poner fin al noviazgo entre Reed Richards y Sue Storm de la mejor manera posible, y esta era la decisión final de Sue o, mejor dicho, confesión de sus sentimientos amororos hacia Reed. Pero no terminaron con la relación cortando los lazos amarosos que les unían, si no todo lo contrario, ya que como dijo Sue, ésta siempre había querido a Reed, a pesar de las continuas apariciones de Namor, el otro hombre por el que se debatía su corazón. Pero la boda no se celebró en el número siguiente ni mucho menos, un evento de tal magnitud e importancia tanto para los 4 Fantásticos como para el Universo Marvel debería celebrarse en un número especial en el que se tratasen eventos especiales, fuera de la serie regular. Antes, los 4 Fantásticos se enfrentarían a nuevas amenazas...


La primera de ellas sería en forma de un grupo formado por supervillanos. Estos eran los 4 Terribles, un cuarteto que era algo así como el reverso oscuro de los 4 Fantásticos (ya que los Vengadores tenían a los Señores del Mal o los X-men a la Hermandad de Mutantes Diabólicos, ¿por qué los 4F no podían tener un grupo rival?). El líder del grupo era el Mago, quien ya había hecho su primera aparición en solitario en Strange Tales, la serie regular dedicada a contarnos las aventuras de la Antorcha Humana en solitario. Gracias a su inteligencia (lejos de ser como la de Reed Richards o la del mismísimo Doctor Muerte), sus ingenios en forma de discos antigravitatorios, y su calculadora capacidad de mando, mantiene unidos a los demás miembros de los 4 Terribles como grupo decidido a borrar a los 4 Fantásticos del mapa, a pesar de los roces entre ellos. Los otros miembros son el Hombre de Arena, conocido villano de cierto superhéroe arácnido que Stan Lee traslada de la serie Amazing Spiderman a la del cuarteto marvelita; Pete Pote de Pasta, villano que poco mas tarde cambiaría su ridículo nombre para ser conocido como el Trampero, haciendo alusión a su habilidad de transportar trampas portátiles en su arsenal; y por último Medusa, la chica del grupo y único miembro que hace su primera aparición en este número, quien contaba con la capacidad de emplear su larga cabellera como si de un arma mortal se tratase. Tras la presentación de esta alineación de supervillanos (en el nº 36 de The Fantastic Four, Marzo de 1965), y primer enfrentamiento con los 4 Fantásticos en el mismo número, dos meses después, en el nº 38 volverían a hacer acto de presencia, finalizando dicho cómic con la derrota de los 4 Fantásticos, como rezaba la portada del mismo. Todo comienza con el rapto de Sue Storm por parte del terrible cuarteto, y es que el que Sue Storm fuese raptada por los malos era un recurso bastante común en esta primera etapa de los 4 Fantásticos, y si no que se lo digan a Namor. Reed Richards, acompañado de la Cosa y la Antorcha parte en su rescate solo para hacer lo que los 4 Terribles pretenden, y esto es ir a parar a un cascote desierto en medio del mar en donde se halla secuestrada Sue. Tras el encontronazo entre ambos equipos, los 4 Terribles consiguen huir lejos del lugar, y en su huida activan el dispositivo de detonación de una bomba nuclear que se halla en el cascote. De esta forma, los 4 Fantásticos son derrotados, que no aniquilados, y su supervivencia es gracias al miembro en teoría mas débil del grupo, Sue Storm, y a su capacidad de generar campos de fuerza prácticamente impenetrables...

Curiosamente, en la última viñeta, presencíabamos como Ben Grimm volvía a su estado humano, en el que no tenía su apariencia rocosa anaranjada ni mucho menos la gran fuerza que si poseía siendo la Cosa. Asi, en el número siguiente, y tras un rescate por parte de un submarino del ejército, nos encontramos con unos 4 Fantásticos con vida... ¡Pero sin superpoderes! En este número y en el siguiente se nos contaría la famosa y mítica batalla del Edificio Baxter, una historia tan grande y épica que no podía ser contada en un sólo número. Esta historia se ha convertido, con el paso de los años, en todo un referente de lo que son en realidad los héroes Marvel, de lo que es la esencia de los superhéroes de dicha editorial. Esto es asi porque de primeras tenemos un cómic de los 4 Fantásticos sin superpoderes, en el que estos se enfrentan a su peor enemigo, el Doctor Muerte, cuyos poderes no son mas que armamento incorporado en su prodigiosa armadura, y ayudados por el superhéroe con el mayor defecto de todos, la cegera. Este superhéroe no es ni mas ni menos que Daredevil, el hombre sin miedo. Daredevil fue creado en 1964, siendo el último de los superhéroes con serie regular propia creados a principios de esta década por Stan Lee, y hace pocos meses en su propia colección había cambiado de un pintoresco atuendo amarillo y marrón al rojo por el que todos le conocemos y recordamos. Asi que la aparición de Daredevil no solo se antoja como una pieza mas en esta memorable historia, si no también como una forma de promocionar su propia serie ofreciendo como incentivo su nueva imagen, ya que, a diferencia de otros superhéroes, Daredevil no contó del mismo apoyo por parte de los fans ni de sus creadores en sus primeras aventuras en solitario.
Durante la historia, Reed Richards propone a los otros miembros del cuarteto a continuar ejerciendo el papel de superhéroes, por medio de inventos que emulan sus respectivos superpoderes, algo que resulta en un fracaso ante la inexperiencia e incapacidad de los miembros del cuarteto a la hora de usarlos... La otra opción es colgar los trajes, dejar de ser los 4 Fantásticos, y vivir unas vidas normales como las de todo el mundo, razón bastante sugerente ya que la boda de Reed y Sue se halla cerca, y en el futuro tendrán mas responsabilidades por y para los suyos... Poco después, se enteran de que el Doctor Muerte ha penetrado las defensas del Edificio Baxter, y así, guiados por un superhéroe ciego, se inicia esta particular batalla que terminará sin ir mas lejos en cuartel general del cuarteto contra sus propios inventos usados por su peor enemigo, una batalla en la que brilla como el oro la perfecta caracterización de cada uno de los personajes y se deja mas que claro que para ser un héroe, el tener habilidades especiales no es algo que de primeras sea imprescindible, puesto que para ello se requiere mucho más de uno mismo.

Y llegamos al punto fuerte de este artículo (¿o debería decir: uno de los puntos fuertes?), y este es ni mas ni menos que el Fantastic Four Annual nº 3, en el que se celebra la tan cacareada boda del señor Richards y la señorita Storm, la cual llevaban preparando varios meses. Pero la boda no sería todo risas y felicidad, el Doctor Muerte (ya dije que era un villano persistente), gracias a uno de sus inventos logra hacer que un gran número de supervillanos, no solo de los 4 Fantásticos, se pusieran en contra del cuarteto en el momento en el que se iniciaba la ceremonia. Por desgracia para ellos, no contaban con que muchos superhéroes estaban invitados a la boda y asistirían a dicho evento (¡hasta el propio Stan Lee acompañado de Jack Kirby intentaría colarse en la boda!). En esta época, los anuales eran cómics que, como el título indicaba, salían una vez al año. Eran cómics especiales, en donde se narraban hechos especiales, de gran relevancia o simplemente algo que los lectores demandaban con ansias, como por ejemplo el reencuentro de Namor con su pueblo, el pasado del Doctor Muerte, o un épico enfrentamiento de los protagonistas contra sus mayores enemigos. Con el tiempo los anuales fueron perdiendo esa magia que tenían los que fueron publicados en los inicios de la era Marvel, hasta acabar contando historias irrelevantes, de la misma importancia que cualquier número igual o más irrelevante de la serie regular. Pero centremonos en este tercer anual, que no solo era especial por el hecho de que Reed y Sue se casaran, si no también porque, partiendo de su tópico y simplón planteamiento, suponía la consagración definitiva de todo lo que Stan Lee, Jack Kirby, etc., habían estado construyendo desde la aparición del nº 1 de The Fantastic Four. Esto era, en pocas palabras, el Universo Marvel. Un universo en el que los superhéroes se interrelacionaban entre si, en donde la aparición de un personaje mas propio de una serie aparecía en otra contando lo que le había sucedido en su última aparición en la serie de donde provenía dando esa sensación de continuidad, de universo compartido entre varias series perfectamente coordinadas (sirvase de ejemplo la aparición del Doctor Muerte en el nº 5 de Amazing Spiderman, en el que explica que fue de él tras su último enfrentamiento contra los 4 Fantásticos en su serie madre); un universo ficticio pero a la par tan real en donde los superhéroes vivian en ciudades que existían, en donde el tiempo y los meses avanzaban a la par que el tiempo real, y los personajes crecían, evolucionaban... Por tanto, el casar a dos superhéroes en vez de ahogarles en un eterno noviazgo lleno de incertidumbre fue todo un acierto por parte de Stan Lee y Jack Kirby, a estas alturas todos unos expertos en innovar en el género superheroíco y, en definitiva, en la forma de contar cómics. Sin duda, todo un antes y un después este especial tan especial.

Volviendo a la serie regular, el cuarteto se enfrentaría de nuevo a los 4 Terribles, un enfrenamiento situado cronológicamente antes de la boda. O mas bien 5 Terribles, en una historia que se prolongaría hasta alcanzar la envergadura de tres números consecutivos (entre el nº 41 de Fantastic Four, de Agosto de 1965, hasta el nº 43, de Octubre del mismo año). Y digo 5 Terribles porque en ella, la Cosa, tras su enfrentamiento definitivo (definitivo por entonces) contra el Doctor Muerte en la batalla del Edificio Baxter, se sume en un estado de amargura debido a su condición, su papel en el grupo, y sobre todo debido a su mayor carga: su apariencia. Tras alejarse de la ciudad, cae en manos del Mago, el líder del cuarteto rival, quien le somete a un lavado de cerebro, reforzando su parte malvada. De esta forma, Ben Grimm se convierte durante estos tres números en el nuevo y poderoso miembro de los 4 Terribles (seguro que esta historia resolvió las dudas de muchos chavales de la época que se preguntaban que ocurriría si la Cosa se enfrentara al resto de los 4 Fantásticos). Estos tres números, vistos hoy en dia, reunían todo lo que habían sido los 4 Fantásticos desde un punto de vista lo mas superficial posible. Esto era pelea de superhéroes con sus respectivos rivales (como por ejemplo Reed contra el Mago, Sue Storm contra Medusa, etc...), y entre líneas, a pesar de que la acción protagonizaba gran parte de la historia, un mensaje o moraleja para los lectores mas avispados (o menos superficiales, según se mire).

Es posible que dicha historia fuese ideada por Stan Lee y Jack Kirby debido a la planificación que mientras tanto estos estaban llevando a cabo sobre el futuro de la serie. Y es que Stan Lee, después de crear y sentar las bases del Universo Marvel, decidió centrarse y esforzarse en unas pocas series de la editorial. Estas eran Amazing Spiderman, Thor, Captain America y; sobre todo, los 4 Fantásticos, que ya era la serie troncal o dicho de otro modo la serie mas importante de Marvel. Serie dibujada por un cada vez mejor Jack Kirby, dibujante que en un principio dibujaba prácticamente la totalidad de las series Marvel, ahora solo dibujaba Thor, Captain America y los 4 Fantásticos. Dicha mejoría se notaria sobre todo a partir del nº 44, momento en el que el entintador Joe Sinnot entra en la colección. De todas formas, lo que está claro es que los nºs 41, 42 y 43 de Fantastic Four son el final de este puente entre las primeras historias de la serie y las que vendrían después, de una calidad infinitamente superior, mas complejas y maduras... Historias de las que de seguro hablaré en los próximos artículos. ¡Nos vemos!

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