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sábado, 12 de febrero de 2011

Los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby - Parte VI


Los números e historias comprendidos entre el nº 34 de The Fantastic Four y el nº 43 de la misma serie (todos publicados durante 1965) constituyen el preludio final de una era de creatividad que alcanzará su punto más algido a finales del mismo año con la primera aparición de los Inhumanos, y ya a comienzos del siguiente con la llegada de Estela Plateada y Galactus, el devorador de mundos. Pero no adelantemos acontecimientos... Durante esta primera etapa de los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby, etapa que abarca desde el nº 1 (Noviembre 1961) con su primera aparición y origen, hasta el nº 44 (Noviembre de 1965), momento en el que Joe Sinnot comienza a hacerse cargo de la honorífica labor de entintar los lápices de Jack Kirby, se habían sentado las bases de lo que serían los 4 Fantásticos y el Universo Marvel en general, introducido numerosos personajes; desde supervillanos como el Doctor Muerte hasta compañeros del cuarteto como la novia ciega de la Cosa, Alicia Masters, aderezándolos con nuevos conceptos y un magnífico desarrollo psicológico de los personajes junto a sus propios problemas, desde la inmadurez de Johnny, hasta la infidelidad de Sue. Infidelidad debido a la continua presencia (o ataques) de Namor, el hombre submarino.


Ya que lo he mencionado recordemos, Namor era un personaje que hizo su primera aparición en los cómics Marvel de los años 40, combatiendo amenazas de por aquel entonces para los estadounidenses como los nazis o los japoneses. Ni corto ni perezoso, Stan Lee, al igual que hizo después con el Capitán América, decidió traerle de vuelta en esta nueva era Marvel, pero esta vez sería un antagonista, con sus propios ideales de la justicia, y sobre todo su propio sentido de la venganza. Y es que recordemos, el hecho de ver su imperio submarino destruido por pruebas nucleares no es algo que le sentara muy bien al monarca submarino, lógicamente... Namor se convertiría, junto con el Doctor Muerte (ambos hicieron equipo en el nº 6 mostrándonos claramente sus diferencias), en el personaje que mas veces aparecería para retar al cuarteto una y otra vez... Pero mientras Muerte representaba en un principio el arquetipo de villano que pretende conquistar el mundo, Namor tenía un aura de nobleza del que Muerte carecía en sus primeras apariciones. Y es que en un principio no se nos presentó a Muerte como un líder, no se nos dijo que era el dictador de un pequeño pais europeo de nombre Latveria. El momento en el que se nos desvelaría tanto su posición política como su origen, llegaría en el nº 2 de The Fantastic Four Annual. Ah, ¿qué no he hablado de los anuales? Vamos a ello pues.

En 1963, con dos añitos de buenas ventas en la colección, Stan Lee y Jack Kirby crearon el Fantastic Four Annual nº 1, un cómic especial (tan especial que salía una vez al año como los siguientes anuales) que contenía el doble de páginas que un número normal de la serie regular, mas alguna historia extra y especiales en forma de pin-ups. En este primer especial, se nos presentaba Atlantis, el reino submarino de Namor (¿o deberían haberlo llamado "Neo Atlantis"?) En fin, el caso es que Namor por fin había encontrado a su pueblo, desaparecido en la inmensidad oceánica, pueblo que le recibió con los brazos abiertos como su desaparecido y merecido monarca. Bueno, por casi todos, ya que algunos de los habitantes de su reino conspiraban contra él, puesto que su retorno no les favorecía en absoluto, tanto en su posición política como por motivos sentimentales. Jack Kirby nos dibujó con su particular estilo una Atlantis a su manera similar pero mas avanzada que nuestro mundo, con su sistema político, su tecnología, su armamento, etc... Todo hecho con recursos que se hallaban bajo las aguas marítimas, y de la misma forma que los humanos a lo largo de los siglos habían domado a especies animales y cazaban a otras, lo mismo hacian los atlantes en su hábitat natural. Pero el hecho de reencontrarse con su gente no haría que Namor desistiera en su venganza contra la superficie, y menos en su empeño por hacer de Sue Storm su esposa (lo dicho, Namor era un personaje bastante persistente...) De esta última premisa tan sencilla se iniciaban prácticamente todos los enfrentamientos contra Namor durante esta primera etapa, premisa que, como no, llevaría al grupo a un nuevo enfrentamiento con el monarca submarino en este especial anual, pero esta vez acompañado de todo un ejército submarino.

De la misma forma que en el primer anual se nos presentaba el reino submarino de Atlantis de Namor, en el nº 2 se nos presentaba un nuevo reino, Latveria, el país europeo en el que el Doctor Muerte gobernaba omnipotente. El Doctor Muerte ganó mas complejidad en en torno a su figura en este número, y no solo por la presentación de Latveria y su posición política como dictador (¿desde cuando un supervillano gobernaba una nación? Desde luego Stan y Jack dieron una nueva vuelta de tuerca como muchas otras), también se nos narró su origen. Ya en el nº 5 se nos contaron algunos detalles, pero dichos detalles superficiales eran solo lo que Reed sabía o había oido de Muerte después del incidente en la universidad. De familia gitana, al joven Victor Von Muerte le tocó escapar en compañía de su padre a través de Latveria de los tiránicos gobernadores que con puño de hierro dirigían la nación por aquel entonces, ya que su padre, un médico gitano, falló a la hora de hayar una solución a la enfermedad de la esposa del barón que gobernaba esas tierras. El padre de Victor acabó muriendo para proteger a su hijo del letal temporal del invierno, y el joven Von Muerte no pudo más que jurar que se vengaría del mundo por haberle tratado así, ya que cuando era aún mas joven los mismos gobernadores mataron a su madre. Las últimas palabras de su padre a su gente y a Boris, posiblemente la única persona en la actualidad en la que confía el Doctor Muerte, fueron que "protegieran". No pudo terminar la frase antes de que la muerte le reclamara, y muchos creyeron que se refería a que debían proteger al joven Victor; pero no, se refería a que protegieran al mundo... Del hijo que lleva el apellido Von Muerte. Con el tiempo, Victor Von Muerte fue ganando conocimiento, tanto científico como de las artes oscuras (esto último herencia de su fallecida madre, que fue una bruja gitana). Mas tarde iría ganando poder y ascendiendo en la escala social gracias a sus conocimientos y sin par inteligencia, hasta el punto de, tras pasar por la universidad y su viaje por el Himalaya, convertirse en el Doctor Muerte que todos conocemos y, como no, en soberano de Latveria, un reino en el que el progreso aparentemente se haya enclavado en una época de principios del siglo XX, un reino en el que su pueblo le rinde aparentemente una gran pleitesía (en realidad miedo) cuando éste camina con aires de grandeza cerca de ellos. Tras su origen, el resto de las páginas del anual incluian un nuevo enfrentamiento del gran supervillano del Universo Marvel contra los 4 Fantásticos, esta vez incorporando nuevos lugares y elementos como la embajada latveriana o la inmunidad diplomática de Muerte como líder de una nación.

Algunos villanos desaparecerían para no volver hasta dentro de mucho tiempo, como por ejemplo los skrulls, en una aventura que, volviendo a demostrar que New York se les había quedado pequeña al cuarteto de aventureros, tenía como escenario un planeta situado en la galaxia skrull. Tras esta aventura, los skrulls mantendrían un "aparente" alto el fuego o mejor dicho, una pausa en sus planes de invasión terrestre... Lo mismo sucedería con otros villanos como el Hombre Topo, o el ya mencionado Namor, pues el nº 33 de The Fantastic Four (Diciembre de 1964), suponía el último enfrentamiento del monarca de Atlantis contra los 4 Fantásticos en la colección hasta dentro de mucho tiempo, y para cuando se volvieran a encontrar, ya no sería en las mismas condiciones, ni luchando por el amor de Sue... Y es que en este número, Namor ni se percataba de la presencia de los 4 Fantásticos, pues éstos le ayudaban sin que éste se diese cuenta a combatir las fuerzas submarinas de Attuma, un villano que, evocando a una especie de Gengis Kan submarino, pretende conquistar Atlantis comenzando por aplastar a Namor y sus tropas. Y lo dicho, no volveríamos a ver al príncipe submarino, un personaje que hacía acto de aparición cada pocos números en la colección, hasta el nº 102 de The Fantastic Four, último número de Jack Kirby en la colección... Pero no adelantemos acontecimientos tan lejanos, por entonces los lectores que se habían encariñado con Namor podían seguir sus aventuras en solitario en la colección Tales to Astonish, un serial que se había dedicado a contar aventuras del Hombre Hormiga y La Avispa, y que posteriormente contendría dos historias, una con Namor como protagonista, y otra como Hulk protagonizando la acción (si, Stan Lee lo consiguió, y el gigante esmeralda a base de apariciones estelares en otras colecciones obtuvo una segunda y esta vez exitosa oportunidad a la hora de tener una serie regular).

Desde el nº 28 de la colección Jack Kirby contaba con las tintas de Chic Stone, un entintador que, con su estilo grueso y definido, era el complemento casi perfecto para los lápices de Kirby, quien se encontraba bastante agusto y satisfecho con los resultados finales. Además, muchos ya podían ver como el estilo de dibujo de Kirby iba cogiendo cada vez más personalidad, con personajes mas definidos y mejor dibujados. Un estilo "kyrbiense" por así llamarlo que acabó siendo el estilo definitivo de Jack Kirby como dibujante y por el que sería siempre recordado. De la misma forma que sus dibujos cogían personalidad, la serie iba encontrando su propia esencia o mejor dicho personalidad, ofreciéndonos poco a poco historias cada vez más elaboradas, o sorpresas inesperadas, como por ejemplo la del nº 34 de The Fantastic Four (de Enero de 1965). 1965 fue un año que para muchos (entre los que me incluyo) es una especie de puente entre las historias clásicas del cuarteto en la que se nos va presentando todo el cosmos que rodea a la primera familia y en el que se sientan las bases con historias mas o menos tópicas dentro de lo que es Marvel, y la segunda etapa, segunda etapa de la que prefiero comenzar a hablar mas a fondo a partir del próximo artículo. Y es que en esta historia ya podiamos ver, aparte de como Kirby se curraba mas los dibujos con solo ver los escenarios en los que se desarrollaba la historia, como el villano era mas atípico que todos los anteriores que se nos habían presentado. De nombre Gideon, este villano no era un supervillano ni mucho menos, era simplemente y básicamente un hombre normal y corriente, el hombre mas rico del mundo he de añadir... Presa del dinero, de la codicia y de su afán por hacer de su empresa la número uno sin importar cuanto tuviese que pisotear a otras compañias, Gideon, seguro de si mismo, decide destruir a los 4 Fantásticos, apostando de paso toda su inmensa fortuna, con la que se cree capaz de conquistar el mundo si no fuese por la existencia del fantástico cuarteto, en una historia que nos vino a demostrar como el dinero y el poder (que no superpoder) puede corromper el alma bondadosa que todos tenemos hasta hacernos cambiar completamente a peor. Como decía Stan Lee al final de dicho número: "¡La primera historia sin un supertipo destrozado!" Sin duda, de esta primera etapa, el nº 34 de The Fantastic Four es de mis historias favoritas, y es que, ¿qué hace a un hombre mas poderoso? ¿De dónde viene el verdadero poder de uno mismo?

En el número siguiente, asistíamos al retorno del supervillano español Diablo, en una historia en la que los 4 Fantásticos visitarían el campus de la universidad en donde Reed y Ben estudiaron en su juventud. A lo largo de la historia, Stan y Jack hacen cameos, pero de otros superhéroes de la editorial en sus identidades civiles como por ejemplo Peter Parker, Charles Xavier o Scott Summers, no iban a a parecer de nuevo el mismísimo Stan "el hombre" Lee y Jack "el rey" Kirby, y digo de nuevo porque este dúo ya hizo acto de presencia en una primeriza historia en la que -y no bromeo- el Doctor Muerte entraba en el despacho del famoso dúo y les exigía que crearan una historia en la que pusiera a los 4 Fantásticos en jaque, siendo esta una historia que servía de claro ejemplo del tono y sobre todo de la edad del público a la que iban dirigidas estas primeras historias. Pero la universidad acabó convirtiéndose en solo un escenario (un escenario bastante familiar para muchos lectores en contraposición con la Zona Azul de la Luna o Atlantis), en donde gracias a las extrañas pociones de Diablo, una criatura artificial cobraba vida.
Esta criatura era el Hombre Dragón, un poderoso ser que, lejos de ser bueno o malvado, era mas bien un monstruo desbocado, asustado, con una mente inocente como la de un niño, que se sentía amenazado ante los 4 Fantásticos o directamente por cualquiera que pensaba que iba a atacarle a él o a Diablo. Gracias a Sue, consiguen que el Hombre Dragón se revele contra Diablo, y también es gracias a ella y a su importante decisión al final de esta historia que en el siguiente especial, el The Fantastic Four Annual nº 3 (de 1965) nos mostrara el momento en el que ella sube con Reed al altar, momento tan especial del que hablaré en el próximo artículo, en donde se termina esta especie de puente entre dos épocas iniciado en el nº 34 de The Fanstic Four. ¡Nos vemos!

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