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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Matar o no matar, éste es el problema




Valoración personal: 10/10.

Ficha técnica:

Título: Matar o no matar, éste es el problema

Título original: Theatre of Blood

Año: 1973

Duración: 102 min.

País: Reino Unido

Director: Douglas Hickox

Guión: Anthony Greville-Bell

Música: Michael J. Lewis

Fotografía: Wolfgang Suschitzky

Reparto: Vincent Price, Diana Rigg, Jack Hawkins, Ian Hendry, Harry Andrews, Coral Browne, Robert Coote, Michael Hordern, Arthur Lowe, Diana Dors, Robert Morley, Joan Hickson

Productora: United Artists

Género: Terror. Comedia.

¿De qué va?:

Edward Lionheart (Vincent Price) era un actor de teatro especializado en interpretar a personajes de Shakespeare. Al igual que su hija Edwina (Diana Rigg), pensaba que hacía un buen trabajo en el escenario. Sin embargo, no paraba de recibir críticas negativas por parte de la crítica especializada. La tragedia se produjo el día en el que Edward se presentó en una reunión formada por Peregrine Devlin (Ian Hendry) y otros críticos de gran prestigio, quienes reaccionaron ante su llegada riéndose de él. El actor shakesperiano, harto de soportar las críticas negativas y las burlas hacia su persona, decidió poner fin a su vida arrojándose desde lo alto del edificio en donde se encontraban, cayendo a un profundo río... Años después, ya en el presente, sus detractores comienzan a morir uno tras otro. Edward sobrevivió a la caída, y ha decidido vengarse de aquellos que hundieron su carrera teatral basándose en las muertes que se narran en las distintas obras de Shakespeare. Es así como se inicia esta sangrienta obra de teatro que tiene como escenario el mundo real.



Comentario:

Nuevo comentario sobre una película de Vincent Price, el villano exquisito. Esta vez le toca el turno a "Matar o no matar, éste es el problema", la cual era su favorita. Junto con las dos cintas de Phibes, él mismo la consideraba parte de una trilogía conocida como la trilogía de la venganza, ya que las tres compartían el mismo tema central: la venganza.

No me gusta el título español. Prefiero usar el original, "Theatre of blood", el cual es mucho más corto y atractivo. He de confesar que no había visto esta película hasta hace relativamente poco, y, sinceramente, me ha encantado. Me ha gustado hasta el punto de que la considero una de las mejores cintas que he visto de este actor.

A finales de los 60 y principios de los 70, los films de terror protagonizados por Vincent Price y por otras leyendas del género comenazaban a entrar en decadencia. Eran tiempos de cambio, y el público demandaba nuevas sensaciones, nuevos terrores más acordes con la realidad social de la época. Curiosamente, el inesperado éxito de "El abominable doctor Phibes" (1971, Robert Fuest) y su secuela, "El retorno del Dr. Phibes" (1972, Robert Fuest), revitalizó la carrera de Vincent, haciendo posible que se hicieran películas en las que se repetía la fórmula utilizada en las dos cintas del maquiavélico doctor. Ejemplos de ello son "Mansión sangrienta" (1974, Jim Clark) o la presente película.

Todas ellas compartían un tono y estilo similar en el que se lograba cierto equilibrio entre el terror y la comedia negra. Así mismo, contaban con Price dando vida a un carismático y vengativo villano que lograba eclipsar al héroe o protagonista de turno. Como bien señala Raül en su excelente artículo "Eterno Vincent Price", "Theatre of blood" adelantaba, en cierta forma, lo que sería el futuro slasher, un subgénero en el que el asesino era la estrella.

La verdad es que no me extraña que este fuese el trabajo favorito de Vincent, ya que Edward Lionheart es, al fin y al cabo, un reflejo retorcido de sí mismo. Originalmente, Price era un actor de teatro. Tras dar el salto al mundo del cine a finales de los años 30, protagonizó películas de distinta temática durante la década de los 40. Fue en los 50 cuando, sin comerlo ni beberlo, comenzó a quedarse encasillado en el género de terror, lo cual nunca se tomó nada mal, llegando incluso a autoparodiarse. 

Por otro lado, tenemos al personaje al que interpreta en este film, que no es otro que Edward Lionheart, un actor encasillado en adaptaciones teatrales de la obra de William Shakespeare. La principal diferencia entre Vincent y su personaje es que Edward no acepta críticas negativas. Su locura y su egocentrismo le llevarán a asesinar a todos los críticos de teatro que hundieron su carrera. Podríamos considerar a Edward esa pequeña parte de todo actor que arremetería gustosamente contra la crítica "seria", la cual tiende a vilipendiar con argumentos cuestionables el trabajo de muchos actores.

La actuación de Price es perfecta. Hasta se habló de darle un Oscar a mejor actor; cosa que, desgraciadamente, no fue posible. De todas sus actuaciones, esta es la que menos se podría criticar de forma negativa, ya que, dada su teatralidad y sobreactuación, le venía como anillo al dedo.

El resto de actuaciones no están nada mal. De todas ellas, cabe destacar la participación de Ian Hendry como uno de los críticos y a Diana Rigg como la hija de Edward. Ambos actores se habían granjeado su fama gracias a la serie de televisión británica "The Avengers", la cual fue emitida durante la década de los 60.

Una de mis escenas favoritas es aquella en la que Edward se presenta ante los críticos que desprestigian su trabajo, quienes se encuentran reunidos en uno de los últimos pisos de un edificio. Todos se ríen de Edward, y éste, totalmente indignado y destrozado, decide poner fin a su vida, no sin antes dar un discurso exagerando sus facciones y movimientos. Cuando ya no puede soportar más las burlas, se tira por el balcón del piso. Me pareció una escena magnífica y acertada. No sólo ponía de manifiesto lo bien que le sentaba a Vincent Price el papel, sino que también me hizo reflexionar bastante.

Y es que, hagan bien o lo hagan mal, ¿qué son los actores y demás personas que hacen una película? Son personas que se limitan a hacer su trabajo. Personas que han puesto todo su esfuerzo e ilusión a la hora de seguir adelante. Algunos lo harán mejor que otros, y con mejores o peores resultados, claro está; pero hay críticos que con sólo escribir unas cuantas líneas pueden arruinar las carreras de muchos actores y directores con talento. O peor aún, quitarles la ilusión con la que empezaron a actuar o a filmar.

Sólo hay que ver a Tod Browning, el mítico director de la no menos mítica "Drácula" (1931, Tod Browning"). En su día fue criticado duramente por "Freaks" (1932, Tod Browning), la cual fue tachada de basura. Aunque suene irónico, en la actualidad es considerada una obra maestra de los años 30.

Lo mismo se puede decir de muchas producciones de sci-fi y de terror con muchos años a sus espaldas. Como suelo decir, da igual lo buena que sea una película. Si metes a un monstruo, la crítica ya tendrá un buen motivo para no considerarla buena. Es más, la considerarán una película poco seria que no merece ser tenida en cuenta, lo cual es un error. Un gran error. Gracias a Dios, producciones como "El exorcista" (1973, William Friedkin) o "Tiburón" (1975, Steven Spielberg) cambiaron la concepción tan negativa que se tenía del cine fantástico y de terror; pero, aun así, no lo suficiente.

En fin, divagaciones aparte, vuelvo al tema que nos ocupa, que no es otro que comentar "Theatre of blood". La trama se construye en torno a los delirantes crímenes perpetrados por Edward, los cuales están basados en las tragedias de las obras de Shakespeare. Cada cierto tiempo se produce un nuevo asesinato de lo más surrealista, y estos son tan originales y divertidos que el espectador no se aburrirá en ningún momento. Las muertes son bastante gráficas y contundentes. Probablemente este sea el film más gore en el que participó Vincent Price, así que el título original le viene que ni pintado.

En cada asesinato Edward da vida a un personaje shakesperiano distinto, por lo que tenemos la sensación de estar ante un nuevo villano no menos carismático que el anterior. Otro de los motivos por los que a Vincent le gustaba tanto esta película era porque en ella tuvo la oportunidad de interpretar no a uno, sino a ocho personajes basados en la obra de Shakespeare, lo cual es algo que no todos los actores logran, y menos aún si un actor es de origen americano. Todo un logro, sin duda.

En fin, "Theatre of blood" es una auténtica joya de los años 70 que no ha envejecido nada mal y que no deja indiferente a nadie. Una película divertidísima que además de contar con un humor macabro invita a la reflexión sobre ese mundillo lleno de críticos pedantes, elitistas y petulantes. Tanto si sois fans de Vincent Price como si no, no os la perdáis.

Imágenes:

5 comentarios:

miquel zueras dijo...

Una estupenda película que revisé hace poco y aguanta muy bien el tiempo. Además en el reparto está el magnífico Robert Morley. Saludos. Borgo.

Raúl Calvo dijo...

La película es todo un clásico. Como veo que estas comentando estas películas me pregunto si te has comprado el pack de Vincent Price que salió en Estados Unidos hace unos años, con un disco extra de documentales. Es un gran tesoro para los fans de este actor.

Otra cosa, en el comentario mencionas como muchas películas consideradas hoy clásicos, en su momento fueron despreciadas por la crítica. Me pregunto si esto te ha hecho pensar sobre como te parecía que en el cine actual no se hacía nada bueno y lo mejor está en el pasado, algo que hemos discutido un par de veces en mi blog. ¿No te parece que a lo mejor haces con las pelis actuales lo que los críticos hacían en el pasado? ;D

Mustangcillo dijo...

Miquel zueras: Bienvenido, miquel zueras. Espero que te haya gustado el blog y que te gusten mis próximos comentarios de películas de terror contemporáneo. Haces bien revisando pelis como esta, jeje.

Raül Calvo: no me compré ese pack que mencionas, aunque por lo del documental que incluye me siento tentado... Estas películas de Vincent Price me las compré por separado.

En cuanto a lo segundo, dudo que por muchos años que pasen aprecie films como los episodios I, II y III de Star Wars y la nueva peli de Indy. Me parecen películas malísimas y cada vez que las vuelvo a ver me gustan menos. Y antes de nada, me abstengo de meterme por enésima vez en la típica discusión de por qué no me gustan esas películas y por qué prefiero las antiguas a las modernas. Más que nada porque son discusiones que no van a ninguna parte y al tenerlas con tanta gente distinta ya me resultan aburridas. Para gustos los colores, y punto pelota.

Y ojo, yo pienso que hoy en día se siguen haciendo películas muy, pero que muy buenas; pero si antes se hacían unas 100 al año, por poner un ejemplo, hoy en día se hacen unas 60 o, si me apuras, unas 70. Al menos, me baso en lo que veo. Pero claro, puede que esté equivocado. Al fin y al cabo, no estoy siendo muy objetivo, y en cuanto a opiniones y gustos no está nada escrito.

Raúl Calvo dijo...

Yo no me refería a lo de Star Wars e Indy, era aquello de que hoy día no se hacían buenas películas de terror.

Mustangcillo dijo...

¡Ah, vale! Bueno, pues lo dicho al final de mi anterior comentario :P.