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jueves, 22 de marzo de 2012

Las diabólicas




Valoración personal: 10/10.

Continúo hablando de películas de terror de los años 50; época en la que los extraterrestres venidos del espacio exterior invadían las pantallas estadounidenses y los monstruos del folklore popular las británicas. Pero si ampliamos miras y traspasamos las fronteras de ambos países, veremos que en Francia también se hizo un gran film de terror que, debido a su temática, a medio camino entre thriller y horror, y al hecho de que no cuente con ningún monstruo entre sus personajes, suele ser obviado en muchos repasos de la historia del cine de terror. Ahora que, claro, si digo que no cuenta con ningún monstruo estoy hablando del significado literal de la palabra; del monstruo fantástico que todos nos imaginamos a la hora de escuchar tal término, el cual también tiene otro significado, el de persona que comete unos actos, unas monstruosidades, que la hacen ser, en cierta forma, peor que un monstruo. Y de ese tipo de monstruos no está exenta esta excelente película de origen francés, dirigida por H.G. Clouzot y estrenada en 1955.

Clouzot es un prestigioso director de cine que ha sido comparado en numerosas ocasiones con el no menos prestigioso director inglés Alfred Hitchcock. Ambos dirigían unas películas que tenían muchos puntos en común, como detallaré más adelante. "Las diabólicas" es una adaptación de la novela "Celle qui n'était plus", de Pierre Boileau y Thomas Narcejac. Se dice que Hitchcock estaba interesado en adaptarla al formato cinematográfico, pero que, por unas pocas horas de diferencia, Clouzot se le adelantó. Suena increíble, ¿verdad? Lo más curioso es que, años después, Hitchcock se sirvió de otra novela de esos dos autores, "D'entre les morts", para realizar su obra maestra dentro de su filmografía, "De entre los muertos / Vértigo". De todas formas, una cosa está clara, y es que viendo "Las diabólicas" me acordé no pocas veces de "Psicosis", la obra maestra absoluta de Hitchcock dentro del cine de terror.

Antes de ponerme a hablar a fondo de la película, he de decir que voy a hablar de un film sobresaliente. Hasta me atrevería a decir, así a bote pronto, que es una de las mejores películas de los años 50, y no sólo del cine de terror, sino del cine en general. El problema es que se me hace muy dificil hablar de ella sin soltar algún que otro detalle que desvele partes de la trama y de su desarrollo. Así que, sin ánimo de arruinar con mi artículo el efecto que produce en el espectador el logrado suspense de este film, el cual es su principal punto fuerte, os animo a que antes de nada os lo veáis y que luego, tras terminar de verla, continuéis leyendo desde este punto (bueno, podéis leer la historia, la cual está justo después del salto de línea, escrita en cursiva).

Otra cosa... Sé que mucha gente va directa a mi valoración personal para decidir si verse o no verse un film (será que se fian de mi criterio, a saber). El caso es que dicha valoración la pongo abajo del todo, al final del artículo. De ahora en adelante, la pondré arriba del todo, en negrita, para que quede bien a la vista, debajo del cartel que encabeza este tipo de entradas. De esta forma, me aseguro que las personas que estén interesadas únicamente en saber mi valoración personal no se topen con alguna imagen que ellos mismos consideren que es un spoiler. Dicho esto, continúo hablando del film que nos ocupa.


Ficha técnica:

Título: Las diabólicas

Título original: Les diaboliques

Año: 1955

Duración: 114 min.

País: Francia

Director: H.G. Clouzot (AKA Henri Georges Clouzot)

Guión: H.G. Clouzot (AKA Henri Georges Clouzot), Jérome Géronimi, René Masson, Frédéric Grendel (Novela: Pierre Boileau & Thomas Narcejec)

Música: Georges Van Parys

Fotografía: Armand Thirard (B&W)

Reparto: Simone Signoret, Véra Clouzot, Paul Meurisse, Charles Vanel, Jean Brochard, Thérèse Dorny, Georges Chamarat, Michel Serrault

Productora: Vera Films

Género: Intriga. Thriller. Terror.


Todo comienza en un colegio privado para jóvenes de entre 10 y 14 años; un internado de las afueras de París que, con el tiempo, se ha ido deteriorando. El director, Michel Delassalle (Paul Meurise), es un maltratador que se divierte abusando física y verbalmente de su esposa Christina Delassalle (Véra Clouzot) y de su amante, la profesora Nicole Horner (Simone Signoret). Estas dos mujeres, que podrían odiarse perfectamente, ya que una es la amante del hombre con el que la otra está casada, han entablado una amistad de lo más curiosa, un lazo de amistad forjado por el odio que sienten hacia el hombre que las tortura, pero que una vez, en tiempos pasados, las amó... Hartas del comportamiento autoritario, infiel y agresivo de Michel, Nicole le propone a Christina matar al esposo de ésta de la única forma posible: sin que nadie se entere, y, además, de tal forma que todo parezca un accidente en el momento en el que se descubra el cadáver...


Como comentaba en mi advertencia, unas cuantas líneas más atrás, el principal punto fuerte de "Las diabólicas" es su suspense. Clouzot, al igual que Hitchcock, siembra el film de pistas que parecen ser importantes de cara al desenlace de la historia, pero, al final, uno se da cuenta de que muchas de ellas no sirven nada más que para despistar al espectador. Por supuesto que este recurso de introducir elementos de tal forma que uno no tenga la sensación de que sobren, de que han sido metidos con calzador, sólo lo pueden realizar unos pocos maestros en esto del cine, y tanto Clouzot como Hitchcok están por encima de todos esos maestros; aunque suene pretencioso, ambos son, directamente, unos genios.

La historia comienza en el colegio, lugar en el que tendrán lugar la mayoría de los acontecimientos del film. Al principio, uno tiene la sensación de estar ante una película en la que el principal tema a tratar es el maltrato de pareja. Hay escenas que a día de hoy siguen siendo duras, así que no me quiero ni imaginar lo duras que serían por entonces, cuando en el cine en raras ocasiones se mostraban maltratos de este tipo. Si he de destacar dos momentos que, en cierta forma, sobrecogen al espectador, estos serían los siguientes: aquel en el que vemos cómo Nicole oculta, tras unas gafas de sol, una herida provocada por los azotes de su amante y, por otra parte, la escena en el comedor, en la que se ha cocinado una comida que, como los críos dirán, huele a podrido. Christina, sentada en la mesa redonda en donde comen los pocos profesores del centro, se niega a comerla, pero su marido, a pesar de ver como su esposa derrama lágrimas de impotencia, la obligará a ello, aunque sea una comida imposible de tragar (esta escena me recordó a aquella otra de "Saló", en la que uno de los villanos, cuchara en mano, obliga a su joven "esposo" a comer mierda, literalmente. Sí, habéis leído bien).

Es curioso como era el maltrato de pareja de aquella... Más si tenemos en cuenta que el personaje al que encarna Véra Clouzot (curiosamente, en la vida real era la esposa del director del presente film), la directora Christina Delassalle, una mujer muy religiosa, que cree en el matrimonio y en las viejas costumbres, prefiere morirse antes que divorciarse. Esta visión que tiene ella del matrimonio es totalmente contraria a la de Nicole, quien, de estar en el lugar de Christina, se divorciaría sin dudarlo... Pero, al mismo tiempo, esto se contradice con sus actos ya que, a pesar de lo que dice, continúa permaneciendo cerca de Michel; quizás porque es lo único que tiene en la vida, a saber... Lo que está claro es que ambas están unidas por un fuerte sentimiento de odio hacia el tercer y único componente masculino del trío amoroso; trío del que, desgraciadamente, forman parte.


A medida que avanza el metraje, vemos como la historia pasa de estar enfocada en el maltrato de pareja a ser una historia propia de un thriller policíaco plagado de suspense, justamente en el momento en el que Nicole le propone a Christina matar a Michel. En un principio, Christina se niega, ya que le parece algo totalmente amoral; pero, finalmente, muy a su pesar, acabará haciendo caso de la proposición de Nicole, convirtiéndose en su cómplice...

Me encantan las escenas que forman esta, llamémosla así, parte del film con elementos propios de un thriller. Son escenas que están cargadas de un suspense sin igual, que pone a prueba los nervios del espectador por medio de distintos momentos, como aquel en el que tememos que Michel se despierte cuando su esposa se prepara para partir a la ciudad en la que Nicole le espera; o aquella otra en la que sin perder de vista en ningún momento la botella con la que pretenden drogar al maltratador, deseamos que éste ingiera ese líquido para que luego sea asesinado sin dificultad. Es en ese punto cuando yo considero al film terrorífico de por sí, porque es en ese momento cuando nos damos cuenta de que hemos conectado con dos personajes que tienen un único, terrible y amoral objetivo: cometer un asesinato. Y es que, desde que comienza el largometraje, vemos cómo ambas mujeres reciben distintos tipos de maltrato, y cómo se nos presenta al único hombre del trío como un tipo al que no es difícil odiar... De hecho, ansiamos que éstas reaccionen y hagan algo que perjudique seriamente a ese canalla; como si le matan, mismamente. Cuando Nicole le propone a Christina matarle, es cuando el espectador piensa algo como: "sí, por favor".


Finalmente, y tras unas cuantas escenas de tensión, las dos mujeres conseguirán matarle sin muchos problemas, ahogándole en una bañera. Pero es a partir de ese momento, sobre todo después de que arrojen el cadáver a la oscura y sucia piscina de la escuela, cuando la paranoia se apodera tanto de las dos protagonistas como del espectador, sobre todo en el momento en el que se vacía la piscina y el cadáver no está en el fondo.

El cadáver de Michel no aparece donde debería de estar; ni en la mencionada piscina ni en el depósito de cadáveres... Es más, parece que, de alguna forma, sobrevivió, y esto lo demuestra enviándoles el traje que llevaba puesto cuando le mataron, limpio y reluciente tras pasar por la tintorería; o al aparecer en fotos tras haber castigado al típico niño con tendencia a mentir y que "ve cosas que los demás no ven". En esos momentos el espectador no sabe qué pensar, ya está atrapado por el intrigante argumento del film, y no cesa de preguntarse a sí mismo cosas como: ¿murió de verdad? ¿Es un fantasma? ¿Alguien fue testigo del asesinato y está jugando con ellas? Y así un largo etcétera de incógnitas...


Después del nudo o parte central del film, llegamos al desenlace; desenlace en forma de clímax propio de un film de terror, en donde a través de una escena oscura, en donde se nos sugiere la presencia de algo malvado entre las sombras, vemos a Christina avanzar a través de lúgubres y tétricos pasillos que la llevarán a un terrible descubrimiento...

Pero los pasillos de la escuela por la noche no son los únicos elementos lúgubres del film. La atmósfera es ya de por sí tétrica; en ningún momento vemos escenas soleadas, pues durante todas las escenas rodadas en exteriores, al aire libre, contemplamos como el cielo está nublado, como a punto de llover. Además, el hecho de que la escuela esté tan alejada de la ciudad, y a pesar de que esté habitada por unos animados alumnos que parecen vivir el día a día felizmente (a pesar de la forma en que les educan los profesores, vara en mano), enfatiza esa ambientación tan oscura, perturbadora y, dicho sea de paso, tan pesimista...

Lo mismo se podría decir de la banda sonora. Durante las dos horas que dura el largometraje, no hay música más allá del inquietante y excelente tema que suena durante los créditos de apertura y de cierre (créditos que enlazan entre sí, ya que la canción comienza en uno y termina en el otro). Lo cual es bueno, puesto que la ausencia de sonido ayuda a crear una atmósfera más inquietante y perturbadora (siempre diré que la mejor banda sonora en un film de terror es, o bien un tema estridente como el que suena en "Halloween", de Carpenter, o bien la ausencia total de música de fondo). Curiosamente, la única partitura musical que escuchamos durante la historia es en forma de música ambiental, proveniente de una fiesta que se celebra cuando las dos mujeres se hallan, sumidas en pleno estado de paranoia, en una situación que es, cuanto menos, peliaguda (transportando el cadáver en una cesta, de camino a la escuela). Volviendo a hablar de la canción que suena durante los créditos de apertura y de cierre, como se suele decir, más vale calidad que cantidad, y esto queda demostrado en forma de una de los mejores canciones que he tenido el placer de escuchar en una cinta de terror de esa época.


Todo en "Las diabólicas" está perfectamente enlazado. Esta es de esas películas en las que nada se deja al azar, y en la que ningún elemento, por innecesario que parezca, sobra. Además, aunque pueda parecer lo contrario en un film de intriga como este, en un segundo visionado gana puntos positivos, viendo detalles de los que uno no se percató en un primer visionado, y, además, uno se da cuenta de que cada frase en el guión no fue escrita porque sí, prestándose cada una de ellas a segundas lecturas.

Por otra parte, tenemos a actores encarnando de una forma más que notable a unos personajes complejos, definidos y diferentes entre sí (a destacar el trío protagonista). El reparto, aunque no sea multitudinario, cuenta también con personajes extraños (los profesores y el conserje), y con otros algo simpáticos y despistados, como el policía jubilado que se ocupará de investigar la desaparición de Michel.


Después de ver por primera vez esta película estuve reflexionando, preguntándome quiénes eran los monstruos en esta historia... ¿Las dos mujeres o su esposo/amante? Tenemos a dos mujeres que han sido maltratadas de forma prolongada; es más, somos partícipes de dicho maltrato, algo que muchos espectadores de la época, como los estadounidenses con sus puritanas y utópicas producciones, difícilmente veían en pantalla. ¿Es ese maltrato el que las convierte en monstruos? ¿O ya lo eran de por sí? ¿Es esa impotencia, esa forma de interiorizar todo lo malo, lo que convierte a un ser humano en un monstruo sin sentimientos, sin empatía alguna hacia el prójimo? Es una pregunta difícil...

La verdad es que no me resulta complicado comparar a Michel con un vampiro. Y no, no lo digo solamente por cierta escena que me hizo recordar a aquella otra de "Nosferatu", o a las muchas ocasiones en las que he visto al conde Drácula salir de su ataúd... Sino también por esa forma que tiene de convertir en monstruos sedientos de sangre y, sobre todo, de venganza a sus seres "queridos" o, mejor dicho, cercanos (porque de queridos tienen poco). Y no, no lo hace por medio de mordiscos en el cuello, sino por algo tan simple e inhumano como el maltratar a otra persona... Algo que, desgraciadamente, ocurre bastante a menudo en nuestra sociedad "civilizada".


En fin, antes de que comience a divagar y a extenderme durante párrafos y párrafos hablando del maltrato y de sus consecuencias psicológicas, prefiero finalizar el artículo de la misma forma que lo comencé, hablando de lo buena que es esta película. Muchos films clásicos, a pesar de su condición de obras maestras, cuentan con un ritmo algo lento que, en ocasiones, llega a aburrirme... Pero esta película no me aburrió en ningún momento. "Las diabólicas" es una de esas películas que uno comienza a ver y que, una vez comenzado su visionado, es difícil dejar de ver hasta que uno averigua todos los porqués, hasta que uno ve cómo termina todo. Recomendada, sin duda. Como ya he dicho, obra maestra no sólo del cine de terror, sino del cine en general y, concretamente, una obra maestra del cine europeo.

3 comentarios:

Raúl Calvo dijo...

La verdad es que no tengo nada interesante que añadir sobre esta película. Tengo la novela en que se basa y es bastante diferente e interesante. En un par de semanas debería recibirla en Blu-ray, edición inglesa.

Javier Simpson dijo...

Tal vez se trataba de un maltratador que tarde o temprano podía hacer una locura, y más si su esposa daba síntomas de no quererlo, cosa que me parecería normal. Tal vez decidiera cargárselo, con la colaboración de la otra mujer, antes de que pudiera llegar a hacerlo él llegado el momento.

A mí esta peli me encantó. Puro suspense. Es una peli muy hitchcockiana; para mí bastante más que las de Claude Chabrol (otro director con alguna que otra peli recomendable, como El carnicero. Y eso que para mi el cine francés no es de los mejores).

Muy buena la entrada, Roy. Enhorabuena.
Un saludo

Mustangcillo dijo...

@Raül: ¿en blu-ray? Vaya, un ejemplo más de peli clásica que no nos llega en ese formato... Una lástima (una lástima siempre y cuando uno no sepa inglés, jejeje).

@Javier: jeje, la verdad es que esta película nos plantea unas situaciones que nos hacen pensar en no pocas posibilidades, en no pocos "tal vez"...

Muchas gracias por tu comentario, Javier. He de pasarme por tu blog y leerme unas cuantas entradas que tengo atrasadas. A ver si esta semana, jeje.