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jueves, 30 de junio de 2011

Spider-man, de Stan Lee y Steve Ditko - Parte III


Tercera y última parte de una serie de artículos que tienen como objetivo hablar del porqué la etapa de Stan Lee y Steve Ditko al frente de la colección The Amazing Spider-man, sobre todo por el trabajo de este último, han hecho de esta etapa inicial la mejor de todas las que se han hecho del personaje; y del porqué algunos elementos introducidos en ella se han mantenido igual de frescos hasta nuestros días, asi como hablar también de curiosidades varias relacionadas con el origen del personaje y el final de la co-autoría de Lee con Ditko, siendo esto último el punto fuerte del presente artículo.


Una colección de un adolescente en constante evolución

Ya en los dos anteriores artículos, hablé de lo original que resultó ser Spiderman para su época, hablando de dicho personaje bajo la co-autoría de Lee y Ditko como se merece. Cabe destacar la evolución de la serie, tanto en la forma de narrar las historias como en los personajes en sí. La evolución de la colección en cuanto a la forma de contar las historias es, cuanto menos, curiosa. Asi, tenemos la primera historia de Spiderman en el Amazing Fantasy #15, una historia más de dicha colección, que al igual que las anteriores que habían aparecido en sus páginas era de carácter autoconclusivo, con una moraleja final, famosa moraleja repetida hasta la saciedad pero tan sólo una vez en esta etapa, la de "un gran poder conlleva una gran responsabilidad..." Tras las altas ventas, Martin Goodman, el jefazo de Marvel (Stan Lee tan sólo era el editor en jefe de Marvel, que tampoco era poco), dió el visto bueno sin ningún problema a que se iniciara la nueva serie de Marvel The Amazing Spiderman.

Sin embargo, los primeros pasos de Lee y Ditko en la colección eran cautelosos. Con esto, quiero decir que no nos hallábamos ante historias que continuaban de un número a otro, si no que en cada número nos encontrábamos varias historias de unas 10 o incluso 5 páginas en las que se nos contaba una aventura de marcado tono autoconclusivo protagonizada, lógicamente, por Spiderman. Es necesario decir que el género superheroíco, al contrario que en los años 40 en donde vivió una edad dorada, entró en un gran declive en los 50 hasta el punto de que a prácticamente nadie le interesaban las aventuras de estos tipos en mallas, y aunque colecciones como los 4 Fantásticos, el citado Amazing Fantasy #15 o las colecciones de la editorial DC como Flash o Green Lantern ya habían triunfado, en ninguna se contaban historias que pudieran durar más de un número a no ser que las ventas fuesen muy pero que muy buenas, ya que al mes siguente la colección podía ser cancelada y así quedar de forma inconclusa la historia, para desgracia de los que la compraban.

De ahi que nos encontráramos con las citadas historias de tono autoconclusivo en The Amazing Spider-man, las cuales además contaban con tópicos propios de los años 50 y principios de los 60 en los comics estadounidenses, como bien se puede observar en personajes como el Camaleón, el cual es un ruso comunista infiltrado en los Estados Unidos con no muy buenas intenciones para el territorio norteamericano; o en la historia que sigue a la principal en el The Amazing Spider-man #2, en la que Spiderman se enfrenta a un grupo de extraterrestres (si, tal cual). Se notaba que en estos primeros números Lee utilizaba su método de introducir un elemento, si funcionaba lo dejaba, y si no lo sustituía por otro o simplemente lo olvidaba. Algunos fallaron estrepitosamente, como el mencionado caso de poner a Spiderman luchando contra unos extraterrestres, o enfrentarle a villanos tan por encima de él como el Doctor Muerte, asi como la forma en que tenía de hacer algunas figuras con la telaraña y los usos de la misma, usos que se mire como se mire, son imposibles de hacer hasta para Spiderman (a no ser que su telaraña tuviese vida propia). De todas formas, estos elementos desechados fueron muy pocos en comparación a otras colecciones de Marvel, que no encontraron su verdadero rumbo hasta haberse publicado unos cuantos números (ejemplos claros de ello son superhéroes como Thor o Hulk).

Ya en el Amazing Spider-man #7 asistimos al retorno de un enemigo de Spiderman, en este caso el Buitre, y en The Amazing Spider-man #11 asistimos a otro retorno, el del Doctor Octopus, que gracias a esta historia que continuaría y concluiría en el número siguiente (primera historia de Spiderman que continuaba de un número a otro), se ganó el puesto de el villano más importante (y peligroso) de Spiderman en estos primeros años. Al mismo tiempo, vemos como personajes como el mismísimo Peter Parker, así como secundarios como pueden ser J. J. Jameson, Liz Allen o Betty Brant, van ganando en complejidad y personalidad. Sobre todo el caso de Betty Brant, que en un principio se trataba de un personaje "de relleno" en torno al puesto de Jameson, desempeñando su trabajo como secretaria del gruñón jefe del Daily Bugle.

Estaba claro que la colección gozaba de unas ventas cada vez mejores, y tanto Lee como Ditko se envalentonaban más en hacer evolucionar a los personajes, las historias, etc., sin el fantasma de la cancelación presente, cancelación que en Marvel ya se habría cobrado su primera víctima en Hulk, quien se daría una vuelta por el The Amazing Spider-man #14, en una historia en la que aparecía por primera vez el Duende Verde, personaje creado principalmente por Ditko, del que prefiero hablar más adelante. Estaba claro qué elementos eran propios de Lee y cuales eran propios de Ditko. Tan sólo había que ver a Mysterio, un personaje que, de no ser por lo artificioso de su alter ego (y es que se trataba de un especialista en efectos especiales que se servía de ellos para atacar a Spiderman), bien podría ser un enemigo del otro gran personaje creado por Ditko: el Doctor Extraño. Y es que como ya dije bien claro en el anterior artículo, Ditko era un maestro del misterio. Y si no, tan sólo había que ver al propio Spiderman, un superhéroe que tanto por sus variopintas poses, como por su originalidad y peculiar dualidad, podía ser considerado tan extraño como cotidiano y cercano al lector, hasta el punto de identificarnos con él.

Tras un enfrentamiento con Kraven en el número 15 de la colección (si Spiderman tenía un auténtico bestiario como enemigos no podía faltar un cazador salvaje), y una aparición estelar de un primerizo Daredevil en el siguiente número, ya en el The Amazing Spider-man #17 Ditko pasó a ocuparse no sólo del dibujo de la colección, si no también de los argumentos, tarea de la que se ocupaba hasta ese momento, en mayor o menor medida, Stan Lee. De esta forma Lee, ocupado en otras colecciones, entre otras cosas, tan sólo añadía sus característicos y rimbombantes diálogos, siendo ésta su única función desde dicho número hasta que Ditko abandonara la serie en el número 38. A pesar de esto, no fue hasta el The Amazing Spider-man #25 cuando Ditko figuró en los créditos como co-argumentista...

Es a partir del The Amazing Spider-man #17 cuando los elementos más propios de Ditko se notan cada vez más. En dicho número, asistimos al segundo enfrentamiento de Spiderman contra el Duende Verde, quien esta vez aparece montado en su famoso aerodeslizador en vez de en una escoba voladora. Y es en el The Amazing Spider-man #18 cuando vemos como continúa la historia tras dicho enfrentamiento, en la que al contrario de todo lo bueno que podamos pensar que podría proporcionar el tener unos poderes como los de Spiderman, Peter Parker entra en conflicto consigo mismo, con su función de superhéroe y todos los problemas que, al contrario que a otros superhéroes como la Antorcha Humana, le ocasionan. Es en este número en donde vemos por primera vez a un Peter Parker verdaderamente frustrado, harto de su papel de Spiderman, y de que dicho papel le acarree problemas en su vida como Peter Parker, como por ejemplo y sin ir más lejos su relación con su primera novia, Betty Brant, quien no puede ver a Spiderman porque lo relaciona con la muerte de su hermano, aunque el verdadero causante de la muerte de su hermano fuese el Doctor Octopus, Spiderman estaba allí también. Así como cuando está presente tras detener a unos criminales y una policía y una sociedad manipulada por los titulares de Jameson le persigue también a él como si de una amenaza enmascarada más se tratara.

Pero como ocurrió más adelante y en sucesivas ocasiones, esto de abandonar el papel de Spiderman fue tan sólo algo dicho de boquilla, siendo en este caso una rabieta temporal propia de un adolescente, el verdadero enfrentamiento consigo mismo que le llevaría a tirar el traje de verdad ocurriría unos pocos años después, en el número 50 de la colección. Tras estos dos conflictos consigo mismo, los que vinieron después no es que tuviesen mucho sentido más allá del simple hecho de la falta de ideas, ya que se supone que ya nos encontrábamos ante un Peter Parker adulto, con las ideas más asentadas y consciente del porqué seguía haciendo de Spiderman. Asi, y tras esta atípica historia de superhéroes en la que apenas vimos a Spiderman (y si le vimos, tan sólo fue para ser mostrado como un superhéroe atormentado, sin fuerza de voluntad, etc.), asistimos en el The Amazing Spider-man #19 a su triunfal retorno, enfrentándose al Hombre de Arena y a los Forzadores, en compañía del otro superhéroe adolescente de Marvel que sirve como contrapartida a Spidey, la Antorcha Humana.

Sin duda, la etapa de Lee y Ditko en The Amazing Spider-man tiene momentos realmente memorables. Hay muchos números más que notables, siendo mis favoritos los dos números que traté en el párrafo anterior (The Amazing Spider-man #18 y #19 para más señas); el The Amazing Spider-man #25, un desternillante número en el que la colección, en cierto modo, se reía y se satirizaba a sí misma con una maestría que sólo podría ser propia de Ditko; el The Amazing Spider-man #24 en el que vemos como un estresado Spiderman al borde de un ataque de nervios y de locura acaba en el psicólogo; asi como otros tantos números como aquel en el que el Duende Verde se aliaba con un jefe criminal tan misterioso como él o aquellos en los que se nos presentaban a nuevos personajes como el implacable Escorpión...

Pero si hay un número que sea realmente sobresaliente en esta etapa, ese es el The Amazing Spider-man #33, en el que concluye una historia iniciada de forma indirecta en el The Amazing Spider-man #30, y ya de forma clara y directa en el The Amazing Spider-man #31 (en el cual Peter Parker comenzaba sus días en la universidad tras haberse graduado en el instituto, y se nos presentaban a nuevos secundarios como Gwen Stacy o Harry Osborn).
El The Amazing Spider-man #33 ponía fin a una trilogía en la que el Spiderman de Steve Ditko quedaba totalmente definido, en una historia que no sólo era la mejor de esta etapa, si no que también nos demostraba qué era Peter Parker/Spiderman, cómo debían ser ambos, cómo debía ser él... Esta historia me sorprendió gratamente... ya había oido hablar maravillas de ella, incluso algunos la definían como el clímax no sólo de esta etapa si no de todo lo que podía llegar a ser Spiderman o un superhéroe de la Marvel en cuanto a ese peculiar realismo que se les atribuía... pero lo que verdaderamente me sorprendió, por encima de la épica con la que fue narrada o del grafismo al que tan acostumbrado me tenía ya Ditko, fue esa gran fuerza de voluntad de un Spiderman a punto de rendirse, el cual, atrapado bajo toneladas de acero y con un antídoto en su poder que supone la única forma de salvar a su querida tía May de la muerte, levanta todo lo que le aprisionaba en una impresionante, puntual y sobre todo efectiva splash page que, posiblemente, sea de las mejores escenas no sólo de Spiderman, si no de toda la historia de la editorial.

Y es que tras esta historia se nos dejaba clara una cosa que muchos no parecen tener claro, y esta era que por muy mal que nos fuesen las cosas, por muy oscuro que viésemos todo, siempre había que reunir fuerzas para seguir adelante, aunque el esfuerzo resultara aparentemente imposible. Sin duda, Peter Parker había superado el mayor de sus problemas, de no ser porque aún continuaba vistiendo el traje de Spiderman, su particular y autoimpuesta maldición que le llevaría a enfrentarse consigo mismo unos años después, en un momento en el que dejaba de ser un adolescente para comenzar a pensar como un adulto. Es la magia de la Marvel de los años 60 que continuó hasta bien entrados los 80, una Marvel en la que los personajes evolucionaban o, como era el caso de Peter Parker, crecían con los lectores. Sinceramente, me gustaría saber como habrían influido en mi estos comics de haberlos leído de pequeño en vez de aquellas historias de un Peter Parker adulto en los 80. De lo que estoy seguro, es que habría sido de forma positiva. Eso sin duda...

La marcha de Steve Ditko de Marvel y la identidad secreta del Duende Verde

Está claro que el Spiderman de Stan Lee y Steve Ditko bien podría ser llamado el Spiderman de Steve Ditko y Stan Lee o directamente el Spiderman de Steve Ditko, ya que la labor de Ditko fue muchísimo más importante que la de Lee, el cual, aparte de realizar el último paso básico en la elaboración de un cómic consistente en escribir los diálogos de los personajes, tan sólo aportó la idea de crear a un nuevo superhéroe de corta edad, y como editor en jefe que era dar el aprobado al trabajo de Ditko en cuanto al diseño gráfico de Spiderman. Tras esto, y además de la tarea de añadir diálogos a los bocadillos, realizó los argumentos y sinopsis de las inocentes primeras aventuras de Spiderman anteriores al número 17.
El problema está en que Stan Lee se atribuyó el guión de todos los números del Spiderman dibujado por Ditko, incluso los números que van del 31 al 33 de The Amazing Spider-man en los cuales tanto la influencia de Ditko como la influencia del objetivismo de Ayn Rand patente en el Spiderman de Ditko (resalto el "de Ditko"), quedaba bien clara. La situación para Ditko era realmente frustrante, viendo como Lee, ocupado en entrevistas y demás ruedas de prensa, permitía que se le atribuyera la autoría completa y total de Spiderman como si Ditko tan sólo se limitara al dibujo, a pesar de que a partir del número 25 (y después de insistir bastante) figurara de forma oficial como encargado del argumento.

Durante años (décadas más bien), se creyó la versión de la marcha de Marvel por parte de Ditko dada por Stan Lee, cuyo desencadenante fue en torno a la identidad secreta del Duende Verde. Esta versión, contada por Stan Lee durante décadas, consistía en que Steve Ditko quería que el Duende Verde fuese un personaje anónimo más, como ya se había visto con otros personajes enmascarados como Electro o el Amo del Crimen, que finalmente y al contrario de lo que se pudiera sospechar, eran personajes que no estaban relacionados con el entorno de Peter Parker. Y si lo eran, eran personajes secundarios que se habían incorporado a la colección en el mismo número en el que eran desenmascarados, como es el caso del Gran Hombre, quien resultó ser Frederic Foswell, un importante empleado de Jameson en el Daily Bugle.
Y es que como decía Spiderman tras el desenmascaramiento de Electro y del Amo del Crimen: "Es curioso... ¡En la vida real, cuando un villano es desenmascarado, no siempre es el mayordomo, o alguien del que sospechabas! ¡A veces es un tipo que ni siquiera conocías!" Esto le otorgaba a la serie aún más realismo, y Ditko era consciente de ello. Sin embargo, a Lee no le gustaba que se usara el mismo método tantas veces, a pesar del lógico razonamiento de Ditko de que si la serie tenía que ser realista, que lo fuese prácticamente en todo, pues el mundo y una ciudad como New York en la que se desarrollaban los hechos son bien grandes, asi que el que un villano enmascarado resultara ser alguien anónimo sería lo que más probabilidades tendría de ocurrir en la vida real, ya que por muchas rencillas que dicho villano tuviese con Spiderman, no tenía porque tenerlas con Peter Parker, quien en el fondo tan sólo era un adolescente más en una ciudad de miles y en un mundo de millones.

Antes del desenmascaramiento del Gran Hombre, Ditko fue dejando pistas que hacían pensar al lector en un estado de incredulidad que se trataba de J. J. Jameson. Con el Amo del Crimen, Ditko hizo lo mismo haciendo que el lector pensase que este mafioso se trataba de Frederic Foswell asumiendo una nueva identidad secreta con la que volver a controlar el hampa de New York. Asi, en los dos últimos números de Ditko en la colección, en The Amazing Spider-man #37 y #38, ya se veían las intenciones por parte de Ditko de desenmascarar de una vez por todas al Duende Verde, por lo tanto tomó a Norman Osborn (quien hasta entonces había sido un secundario que había aparecido como personaje de fondo -o de relleno- en el club de hombres de negocios de Jameson) para dejar pistas falsas en torno a él, de tal forma que los lectores comenzaran a sospechar de ese personaje y a asociarle con el Duende Verde. Unos pocos números antes del The Amazing Spider-man #37 se nos había presentado a su hijo Harry, "compañero" de universidad de Peter Parker y primer personaje con el apellido Osborn en ser nombrado (Norman hizo su primera aparición como personaje de fondo en el The Amazing Spider-man #23, aunque no supimos su nombre hasta el citado número 37).

Se dice que Ditko tenía intención de que la verdadera identidad del Duende Verde fuese la de un integrante del círculo de socios del club de hombres de negocios de Jameson, o incluso se dijo que sería Ned Leeds, como algunos lectores sospechaban comentándolo en los correos de la colección por aquel entonces, basando dicha sospecha en los puntuales viajes a Europa de Leeds, que curiosamente coincidían con las apariciones del Duende Verde. El caso es que aunque quizás Ditko tuviese en mente que el alter ego del Duende Verde fuese el de un hombre en torno a Jameson y su prestigioso club, no quería que finalmente se tratara de Norman Osborn, a pesar de que en sus dos últimos números al frente de la colección lo mostrara como un tipo que se traía entre manos negocios turbios de dudosa moral, pues eso tan sólo era una treta para que el lector sospecháse de él como anteriormente sospechó de Jameson en relación al Gran Hombre o de Foswell con el Amo del Crimen.

Finalmente, Ditko abandonó la colección tras realizar el The Amazing Spider-man #38, en donde aparentemente Osborn había intentado matar de un disparo a un antiguo empleado suyo que por algún extraño motivo le hacía sentirse amenazado. En The Amazing Spider-man #39, Stan Lee volvió a ocuparse de la colección en cuanto a guiones y argumentos en compañía del nuevo dibujante, John Romita. En dicho número, decidieron zanjar ellos mismos el asunto de la identidad del Duende Verde, y tras repasar los números de Ditko en busca de alguien que pudiese quedar bien como el hombre que se ocultaba tras la máscara del Duende, optaron por la opción más obvia: Norman Osborn... Durante décadas Stan Lee dijo que Ditko abandonó la colección porque Lee quería que el Duende Verde fuese Norman, al contrario que Ditko que quería que fuese un perfecto personaje anónimo. Sin embargo esto no fue el motivo que llevó a Ditko a abandonar la editorial, ya que ambos autores llevaban un tiempo sin hablarse a pesar de que ambos se ocuparan de la colección...

Es cierto que a Lee no le hacía mucha gracia que todo villano que desenmascaraba Spiderman resultara ser un personaje que nada tenía que ver con Peter Parker y su entorno (dicho de otro modo, que no fuese el mayordomo); pero no llegó a discutir con Ditko en torno a la verdadera identidad del Duende Verde. Eso, simplemente, fue algo que se inventó para justificar la marcha de Ditko de la editorial. De hecho, era imposible que estos dos autores discutieran, ya que como he dicho al final del párrafo anterior llevaban meses sin hablarse. El motivo por el que no se hablaban era por la forma en que tenían ambos autores de plantear los argumentos. Stan Lee quería que la serie tuviese un tono más fantástico y que la imagen de Spiderman predominara más que la de Peter Parker. Sin embargo, Ditko prefería que Peter Parker fuese el auténtico protagonista de la historia, haciendo que su vida cotidiana, sus problemas y demás elementos que hicieron de Spiderman un superhéroe tan original como cercano al lector cobraran aún más importancia que la propia figura de Spiderman. Pero esto era algo que por entonces no le gustaba no sólo ni a Lee ni a algunos lectores más acostumbrados a la aventura (quienes en los correos de la colección pedían que hubiese más accion con Spiderman repartiendo golpes, y menos reflexiones morales propias de un adolescente de clase media como Peter Parker), si no tampoco a Martin Goodman, el jefe de Marvel.

Goodman criticaba directamente el trabajo de Ditko, exigiéndole que hiciese de Peter Parker un adolescente menos serio, más "viva la vida" por así decirlo, y que sus problemas se centraran más en el amor que en cualquier otro tipo de problemas, a la par que quería que aparecieran más chicas guapas de la edad de Peter. Además de más dosis de acción, como quería Lee y unos pocos lectores. Sin embargo, Ditko siguió a lo suyo, ofreciéndo historias contadas bajo su peculiar estilo, como si la vida de Peter Parker fuese su propia vida de haber recibido la picadura de una araña radiactiva que le otorgara superpoderes. Llegó un punto en que la relación Lee-Ditko se tornó tan tensa que estos dos autores dejaron de hablarse, siendo Lee quien decidió evitar a Ditko para que la situación no se descontrolara, aunque en un principio dijese Lee que era Ditko el que le evitaba a él. El caso es que Lee no quería que Ditko abandonase la editorial, y menos viendo las cada vez mejores ventas que estaba teniendo The Amazing Spider-man a pesar de las quejas por parte de algunos lectores. De esta forma y con tal panorama, Ditko se presentaba en la editorial con las páginas del correspondiente número que él mismo había creado dibujadas y entintadas, y ahi las dejaba con algunas notas explicatorias a los márgenes (notas que contaban de forma resumida qué estaba sucediendo en cada viñeta) para que un ausente Stan Lee se limitara posteriormente a añadir los diálogos a los personajes...

No se sabe con exactitud en qué punto dejaron de hablarse Lee y Ditko, pero si que hay algunos indicios claros de esa falta de comunicación que derivaban en errores a la hora de añadir los diálogos en los bocadillos, como en el The Amazing Spider-man #30, en el que los esbirros del Planeador Maestro nombran a su jefe como "el Gato", cuando el Gato era tan sólo el villano de ese número... Pero el verdadero motivo que llevó a Ditko a abandonar la editorial, además de la presión por parte de Martin Goodman acerca del tono que estaba adquiriendo la serie, fue el hecho de que no recibiese un pago justo. Goodman le había prometido a Ditko y a otros dibujantes de la editorial como a Jack Kirby grandes sumas monetarias para cuando las series que habían co-creado tuvieran un éxito arrollador, que visto lo visto y teniendo en cuenta la forma en que aumentaban las ventas, era algo para lo que no faltaba mucho. Por supuesto ya hacia 1966, cuando Marvel comenzaba a producir merchandising y productos varios como la serie de animación de Spiderman, los dibujantes de la editorial (y argumentistas también en el caso de Ditko y Kirby), ensombrecidos en fama por la figura del carismático y dicharachero Stan Lee por imposición quizás de Goodman, se daban cuenta de que no recibían dicho pago prometido, ni tampoco veían que su saldo mensual aumentara...

Jack Kirby tardó bastante en irse de la editorial, abandonándola en 1970 harto de que todos sus logros y aportaciones personales en colecciones como los 4 Fantásticos o Thor se atribuyeran a Stan Lee cuando éste tan sólo se ocupaba de escribir los diálogos (aunque en un principio se ocupara de los argumentos de estas dos y de más colecciones en las que colaboraban juntos), de que no le dejaran libertad creativa a la hora de realizar sus historias, así como de su sueldo mensual, que era pésimo y una injusticia ya que aunque recibiese su sueldo como dibujante había que tener en cuenta que no recibía nada de las ganancias de los productos de merchandising producidos por Marvel, productos basados en los personajes que él mismo había co-creado. Steve Ditko, debido a los motivos que acabo de citar, abandonó la editorial en 1966, mucho antes que Kirby (y es que Kirby, a diferencia de Ditko, tenía una familia a la que alimentar).

Con su marcha, dejó inconclusa la trama del Duende Verde y se llevó consigo la verdadera identidad del villano, y a pesar de que tan pronto como dejó la editorial Stan Lee y John Romita hicieron de forma oficial el hecho de que el Duende Verde fuese Norman Osborn, nunca sabremos quién pretendía ocultar Ditko tras la máscara. Desde mediados de los 60 y hasta la primera década del siglo XXI, Stan Lee ha estado diciendo lo de que Ditko abandonó la editorial simplemente porque discutieron en torno a la identidad del Duende Verde (falso ya que, como ya he dicho antes, estos dos autores ya no se hablaban desde hacía un año o puede que incluso más...) El caso es que Ditko se marchó a la editorial Charlton Comics, en donde a pesar de recibir un sueldo menor que en Marvel, si contaba con mayor libertad creativa y menos críticas por parte de sus superiores, y eso era algo que prefería.

Curiosamente, Ditko abandonó Marvel en 1966, y aunque a finales de la década de los 70 cuando Martin Goodman ya hacía tiempo que no ejercía de jefe en la compañía (la vendió a finales de los sesenta), y Stan Lee justo se había marchado a Hollywood, volvió a la editorial para realizar algún que otro trabajo puntual. Curiosamente, y a diferencia de multitud de artistas, Ditko apenas ha concedido entrevistas y las únicas fotos públicas de él son unas pocas de principios de los 60 de cuando trabajaba para Marvel (y si, sigue vivo a fecha de hoy en la que escribo estas líneas, a Junio de 2011), ganándose así más a pulso su apodo de "hombre misterioso". Pero una cosa si que quedó clara, y es que a los dos personajes que había creado en la naciente Era Marvel de principios de los 60, Spiderman y el Doctor Extraño, no volvió a tocarles, dejando a tan personales creaciones a otros guionistas y dibujantes para que hiciesen con ellos lo que les diera la gana, pues él ya se había desentendido de ambos en el momento en el que abandonó Marvel por primera vez. Y es que de la misma forma que un triste y frustrado Peter Parker dirigiéndose a su habitación le dio la espalda a los lectores en aquel lejano 1966, Ditko le dio la espalda a dicho personaje, dejándonos una etapa tan mítica como inolvidable...

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