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jueves, 1 de septiembre de 2011

Sonic the Hedgehog





Como decía al final de mi anterior artículo, titulado "La creación de Sonic the Hedgehog", el próximo en aparecer trataría sobre el primer juego protagonizado por este erizo azul. Bien, pues aquí lo tenéis (vosotros afortunados, que yo aún estoy comenzando a redactarlo, y no sé ni cómo acabará...) Antes de empezar a liarme con mil palabras y fechas de lanzamiento en distintos países, prefiero ofrecer una ficha técnica del juego. Es algo más corto, conciso, y también más claro.

Ficha técnica


Título: Sonic the Hedgehog

Género: Plataformas

Plataforma: Mega Drive

Desarrolladora: Sonic Team

Distribuidora: Sega

Año de lanzamiento: 23 de Junio de 1991 en Estados Unidos y Europa, 26 de Julio de 1991 en Japón

Formato: Cartucho de 4 Mb



Introducción

Gracias a esta ficha técnica (o a Wikipedia, según se mire), os he ahorrado como uno o dos párrafos llenos de bla, bla, bla y más bla. ¡Deberíais estarme agradecidos, oh, fieles lectores! En fin, antes de que desvaríe más y, como habéis podido ver en la ficha técnica, Sonic es un juego de plataformas. Cuando menciono lo de juego de plataformas, esos en los que nos desplazamos de un lado al otro de un nivel cargándonos bicharracos y demás cosas al mismo tiempo que cogemos objetos, instantáneamente muchos piensan en Mario o en Sonic (otros en Alex Kidd o incluso en Crash Bandicoot). Y no es para menos, tanto el rojizo fontanero de Nintendo como el azulado erizo de Sega marcaron a toda una generación de aficionados a los videojuegos, de entre los cuales, sobra decir, yo me incluyo.


"¿Qué te gusta más, Mario o Sonic?" "¿Eres de Nintendo o de Sega?" Ambas preguntas me las repitieron hasta la saciedad durante mi infancia. Y claro, yo porque era un crío inocente y sin maldad (bueno, lo de "sin maldad" es algo bastante cuestionable), pero eso me lo llegan a preguntar siendo un completo y perfecto ignorante de los videojuegos, y me pensaría que Nintendo y Sega son unas bandas callejeras, o algo peor... Y mi respuesta hubiese sido algo tipo: "pues... pues... ni de la una ni de la otra..." El caso es que, aun sabiendo que se trataban de las compañías donde tras las pantallas Mario y Sonic se daban buenos baños de dinero cual Tío Gilito, yo no era ni de la una ni de la otra. Ambas me gustaban, aunque he de decir que de haber estallado la guerra entre consolas (que estalló, y si no veros el video que ya puse en la anterior entrada enlazada en el primer párrafo), yo me hubiera puesto en el bando de Super Mario. Y es que el Super Mario Bros fue mi primer videojuego, y por el tema de que no me llamaran chaquetero, y tal... pues era, en realidad, NINTENDERO. En fin, chorradas aparte, y siendo claro y conciso: yo era realmente NINTENDERO. Y lo repito volviéndolo a poner en mayúsculas y en negrita, para que se note que lo digo con orgullo (ya sólo falta que se haga el día del "orgullo nintendero", puestos a hacer días chorras...) Aún así, eso no impedía que me echase buenos vicios a los Sonic de la Mega Drive, entre otros juegos de dicha consola...


Bueno, centrándome de nuevo en Sonic y dejando de lado la encarnizada batalla que hubo entre Nintendo y Sega (iniciada por Sega como los fieles lectores de mi anterior artículo pudisteis comprobar), es curioso ver como un personaje que supuestamente es de origen japonés llegó simultáneamente al mercado europeo y norteamericano antes que al mercado videojueguil del país que le vio nacer. Oh, si, claro; muchos os pensaréis que un mes de diferencia no es para tanto, pero cuando uno tiene unas ganas terribles de jugar a un videojuego, y encima cada semana se publican videos y demás cosas que generan el "hype" ese... Ah; perdón, que eso es ahora... Por entonces la única forma de que nos entraran ganas de jugar a algún videojuego que aún no había salido a la venta era a través de las revistas, sobre todo cuando nos enterábamos de que se estaba haciendo una nueva entrega de Mario o Sonic. Y vale, Sonic por aquel entonces sonaba a nuevo, pero desde las oficinas de Sega en Japón ya lo publicitaban como el sucesor de Alex Kidd (anterior mascota de Sega), y el asesino de Mario y Nintendo. Y eso, consecuentemente, hacía que a uno le entraran ganas de probarlo cuanto antes. No es mi caso.

La verdad es que a principios de los 90 el género de las plataformas estaba en auge, y yo tan contento, porque los juegos de plataformas eran mis favoritos (el 90% de los chavales de por aquel entonces corroboraban dicha afirmación personal aplicándosela a ellos mismos). Por lo tanto, Sonic llegó en el momento apropiado, dispuesto a asestarle una dolorosa patada a Mario a velocidad match-5. Que asestársela se la asestó, pero no le mató. Aunque hay cosas que duelen... Y cosas que tampoco se olvidan y, si no me creéis, echaros una partida al Smash Bros Brawl y hacer un Mario Vs. Sonic como siempre quisisteis hacer. Ah, que ya lo habéis hecho... Que espabilaos... Por último, decir que este análisis lo he hecho en la línea de los que ya ha hecho El Tipo de la Brocha quien, en mi opinión, ha redactado unos análisis tan objetivos como subjetivos, así como amenos y, sobre todo, divertidos. Prueba de ello la enorme inspiración que me ha transmitido a la hora de ponerme a realizar este artículo. Veremos si el mío os divierte; si no, tendré que insertar risas enlatadas como cada 10 segundos, o algo así...

Historia

Sonic es un erizo de unos 15 años o, lo que es lo mismo, un vejestorio, ya que su especie no suele sobrepasar los 10 años (y si estoy equivocado, pues lo siento y tal, pero no soy biólogo). Pero en el juego nos lo pintan como un jovenzuelo con ganas de marcha que se tira todo el día corriendo de un lado para otro, asi que vale, no es un vejestorio, es un espíritu joven metido en el cuerpo de un erizo azul viejo que aparenta 15 años humanos ¿mejor así? Bien, la historia nos situa en South Island, un lugar tan misterioso que si te vas a Estados Unidos y te lees el manual de instrucciones del juego, le llaman de otra forma. Lo mismo se puede decir del tipo que ha llegado al lugar dispuesto a tocarle las narices a Sonic, llamado en tierras norteamericanas Dr. Ivo Robotnik (Dr. Eggman en oriente, nombre que no me acaba de convencer porque lo de llamarse "Huevoman" como que...) El Dr. Robotnik (así mola más) está dispuesto a industrializar el mundo entero, y el motivo que le lleva a parar a la apacible y paradisiaca isla de Sonic & friends es porque allí hay unas seis esmeraldas que le otorgarían un gran poder de estar en sus enguantadas manos. En posteriores entregas serían siete. De momento, se tendría que conformar con las seis que existían, como yo me conformé en su día con que existieran tan sólo 150 Pokémon (que ya me parecían muchos).

La cosa está en que Robotnik se dedica a poner en funcionamento a sus robots de una forma un tanto especial. Demos marcha atrás: un día, Robotnik diseñó un ejército de robots. ¿El problema? Que no les diseñó un compartimento para añadirles una batería recargable o un lugar en donde ponerles pilas alcalinas. Eso, o que Robotnik se dejó toda la pasta en los "robotitos" y no tenía para comprarse pilas ni en los veinte duros de la esquina. Fuese una cosa o la otra, la única forma que tenía Robotnik de activar a sus serviciales robots era secuestrando a todo animalito de South Island y metiéndolos en el interior de sus máquinitas asesinas.

Y como Sonic es un erizo adolescente con ganas de ser un héroe (creo recordar que en el manual, o no sé si en la caja, lo describían así), decide calzarse sus zapatillas rojas marca Sega, unos guantes, y nada más; a por Robotnik que se lanza (no penséis mal). A eso se le llama prisa, tanta prisa que sale a la calle corriendo en pelotas... Pero bueno, en South Island hay tan pocos policías como transporte público y línea directa hasta la base de Robotnik, asi que no importa. Sonic tiene lo que hay que tener, no le hacen falta pantalones. Bueno vale; en realidad, si nos fijamos bien y, superficialmente hablando, no tiene lo que hay que tener... Al menos, no se vosotros, pero yo no veo nada de masculinidad en su entrepierna.

Niveles


Los distintos niveles o, mejor dicho, zonas de Sonic the Hedgehog están divididos en tres subniveles y, al igual que las zonas que los engloban, cada uno será más difícil que el anterior. Cada zona e incluso nivel se diferencia claramente de los demás, y es que en este juego se puso especial esfuerzo en desarrollar unos escenarios tan efectivos y variados como el protagonista y su repertorio de rivales; aunque algunas trampas se repetían en algunos niveles, dejándonos la sensación de "oh dios, otra vez la he vuelto a cagar con lo mismo", esto era algo que a no ser que uno jugara varias veces al juego no se notaba de buenas a primeras. Como curiosidad, cada zona está más "industrializada" que la anterior, dándonos así la sensación de que cuanto más avanzábamos en el juego más cerca estábamos de llegar a nuestro enfrentamiento final con Robotnik en el último nivel. En fin, si he de describir con una sola palabra las zonas de este primer Sonic, las tildo de sobresaliente y, sobre todo, carismáticas. Si, escenarios carismáticos. Suena raro, ¿no?

Green Hill Zone:
Una plácida y paradisiaca extensión de césped verde, con palmeras y girasoles al lado del río. Si no fuera por los enemigos y por la naturaleza de su terreno, lleno de loopings, lo recomendaría como lugar de vacaciones (ríanse ustedes de Marina d'Or y sitios así). Como zona inicial, en Green Hill Zone es difícil que nos maten, a no ser que seamos unos torpes de campeonato, o bien que optemos por tomar caminos alternativos en el momento menos apropiado. Por ende, es el escenario idóneo para ver lo rápido que puede ser Sonic, tomar loopings o, en resumen, lanzarnos hacia delante sin importar lo que nos venga, ya que dificilmente nos chocaremos con algo que nos dañe.

Marble Zone:
Aquí las cosas ya se empiezan a complicar. Si, ya en la segunda zona... Los Old School Games eran más dificiles que los de hoy en día, y los desarrolladores no se andaban con tonterías... En Marble Zone, un lugar parecido a una especie de antigua Roma que había en la isla de Sonic hace quién sabe cuántos siglos, abundan los volcanes y, si digo volcanes, consecuentemente hablo de lava, que será el principal obstáculo a esquivar o, mejor dicho, lo que no debémos pisar si no queremos quemarnos los pinreles; y es que claro, si un erizo ya va en pelotas, y pierde las zapatillas que es lo único que se ha puesto encima, apaga y vámonos... A pesar de que Marble Zone sea un lugar plagado de ruinas, a Sonic no se le ocurre mejor cosa que atraversarlas, digo yo que para aprender algo de cultura histórica, y tal... Y puede que no en el mejor momento, ya que a través de esta zona, aparte de plataformas móviles sobre las cuales un paso puede resultar fatal, hay numerosos pinchos que caen del techo, así como enemigos que nos harán gritar a la pantalla cosas como: "¡pero si le he dado donde le tenía que dar!"

Spring Yard Zone:
Cuando se estaba creando Sonic the Hedgehog, los japoneses querían un videojuego más adaptado a su mercado; o sea, un juego sencillo, para pasar el rato. Sin embargo, los americanos prefería un juego más adaptado al suyo, que por lo visto debería estar plagado de jugadores hardcore de ésos, porque lo que querían era que el juego fuese difícil, un reto. Asi que fruto de esta unión surgió Spring Yard Zone, una zona que, a pesar de que no nos mataran fácilmente, si era un coñazo al ver como nos convertíamos en una especie de bola de pinball y nos topábamos una y otra vez con rebotadores que nos hacían retroceder hacia algún enemigo que se nos había aparecido desprevenidamente por detrás... No se por qué, pero cuando era crío, todos me decían que este era la mejor zona... Cuestión de gustos, supongo... A mí, directamente, me ponía de los nervios por la sensación que tenía continuamente de no controlar a Sonic a mi libre albedrío.

Labyrinth Zone:
La verdad es que el nombre de esta zona no es que sea el apropiado, porque ni una sola vez me perdí en ella... El problema de Labyrinth Zone es que, al igual que Marble Zone, son unas ruinas. Pero a diferencia de esta última, esta zona está prácticamente inundada, asi que he aquí el primer escenario acuático en un juego de Sonic y, dicho sea de paso, mi zona favorita, tanto por los escenarios en sí, como por su banda sonora y su dificultad (que no era fácil, ojo). Y si, es mi zona favorita aunque de crío me pusiera de los nervios cuando sonaba la banda sonora de Tiburón. Ah, no, no era la de Tiburón, pero se le parecía.. Y si no, quedaros mucho tiempo buceando en esas aguas, a ver qué pasa...

Star Light Zone:
Lo primero que uno piensa al llegar a este lugar es "¡Sonic ha llegado a la ciudad!" O al menos eso pensé yo, quedando como un perfecto panoli cuando lo dije en voz alta delante de un colega mío que tenía la Mega Drive... Esta es una zona en la que apenas hay enemigos; pero los que hay, menudos enemigos más... más... argh, prefiero no usar palabras malsonantes, al fin y al cabo este es un blog refinado, y si hablo de una ciudad civilizada pues... Uf, no, que contradictorio suena: ¿ciudad y buenos modales? Por favor... En fin, en esta zona nos encontraremos enemigos como bombas con patas indestructibles, a las cuales les da por explotar cuando nos acercamos, además de esparcir unos molestos restos de fuego cuando explotan... Y yo que me quejaba de los pacíficos y tranquilos Bob-omb del Super Mario...

Scrap Brain Zone:
La zona final es, en contraposición a la primera, territorio de Robotnik. Incluso podremos ver en el tercer y último subnivel qué era este lugar antes de la llegada de Robotnik (unas ruinas como las de Labyrinth Zone, pero con el agua contaminada, porque es morada...) Aquí tenemos que andarnos con ojo, mucho ojo... Trampas por doquier, enemigos situados estratégicamente para hacernos la vida imposible a base de bien, etc... ¿Os acordáis de la serie de los años 60 de Batman? ¿No? Ok, pasad al siguiente párrafo. ¿Sí? Bien, pues es como una de esas máquinas con una cinta transportadora en la que el villano de turno depositaba a un maniatado Batman para ver como del techo bajaban sierras mecánicas, martillos, y demás cachivaches asesinos... Si, esta zona es como una de esas máquinas, pero a tamaño ultra gigante.

Bonus Level:
Y ya que hablo de todos los niveles, menciono el nivel de bonus que, a diferencia de en posteriores Sonic o, al menos en mi caso, era fácil de superar. Si, me resultaba fácil, aunque el escenario estuviese girando en 360 grados continuamente, hubiese rebotadores que o bien los maldecíamos o bien agradecíamos el que estuvieran ahí o, simplemente, hubiese más puntos de salida a los que, lógicamente, no queríamos llegar bajo ningún concepto a no ser que ya nos hubiésemos hecho con una de las seis esmeraldas del caos, las cuales se hallaban en este nivel de bonificación. Además, este nivel era una oportunidad de oro para hacernos con 50 anillos y así tener un ansiado continue por si nos mataban hasta la saciedad (en realidad unas cuantas veces, en este Sonic llegar a las 15 vidas acumuladas ya era un logro. Ah... Los juegos antiguos, que chungos eran a veces...)

La banda sonora

Antes dije que a las zonas les daba un sobresaliente, pero tengo bien claro que eso no sería posible si no fuese por la también sobresaliente banda sonora del juego, compuesta por Masato Nakamura. Curiosamente, la melodía más famosa de todas tan sólo suena en la pantalla de título, y muchos la recuerdan erróneamente como "la canción de la primera fase". Esto es una muestra de lo efectivas que podían ser las canciones del juego por poco tiempo que las oyéramos, teniendo temas que les sentaban como anillo al dedo a cada escenario. Un tema alegre y que transmite tanto alegría como tranquilidad en Green Hill Zone, un tema que evoca al pasado en Marble Zone... No sé vosotros, pero a mí me transmitían esas sensaciones, y eso que tan sólo he mencionado dos ejemplos... De todas formas, mi tema favorito era el que sonaba a ritmo de timbal en Scrap Brain Zone (si, no sé en que televisor jugaríais vosotros, pero en el que yo jugué escuchaba timbales en ese tema, o algo que se asemejaba al sonido de ese instrumento). Me parecía, simplemente, sublime.



Lo básico

Esta primera incorporación de Sonic al mundillo de los videojuegos estuvo acompañada de una fuerte campaña publicitaria, la cual nos presentaba a Sonic como un juego en el que primaba la velocidad ante todo. Y si, esto era cierto en cualquier zona pero... Usarla en la cuarta zona o incluso en la segunda, no era algo tan recomendable como usarla en la primera... Y es que ya lo dije antes, en Green Hill Zone ya podíamos correr todo lo que quisieramos que difícilmente nos la íbamos a pegar con algún enemigo o nos íbamos a caer por un precipicio o sobre una trampa, pero esto ya no se podía decir en la segunda y en posteriores zonas, en las que más nos valía ir despacito y con cautela si no queríamos que de un golpe nos quitaran todos los anillos.

Y es que ese es otro tema, el de los anillos. Durante el juego, Sonic va recogiendo anillos coleccionables de la misma forma que Mario hacía con las monedas para llegar a final de mes. Curiosamente, de crío no le ví el sentido a que Sonic fuera por ahí recogiendo anillos, asi que pensaba que eran cereales Cheerios (los cuales Sonic publicitó, curiosidades de la vida). Años más tarde, tras ver el Señor de Los Anillos, todo me cuadró: Sonic era un enviado de Sauron. Lo de que era un erizo de la South Island y bla, bla, bla... Bueh, todo una tapadera. Si conseguíamos 50, al final del nivel nos encontrábamos con una sorpresita de la que hablaré en la siguiente sección, y nosotros tan contentos. Pero si, por el contrario, nos tocaba un enemigo, un pincho y, en definitiva, algo que nos dañara, los perdíamos TODOS. Y, tras perderlos todos, nosotros nos desfogábamos despotricando y gritando cosas al televisor. Pobre televisor... ¡El no tenía la culpa de los problemas en el mundo!


¿Y cómo nos desplazábamos a través de los niveles y atacaba un erizo azul con deportivas a sus rivales? Muchos recién llegados a la Tierra que no sepan cómo se juega al Sonic the Hedgehog pensarán que pisándoles; pero no, Sonic se los cargaba simplemente saltando y tocándoles durante el salto ya que, mientras saltaba, Sonic se envolvía como el erizo que era en una bola de pinchos. Este control tan simple, que no iba más allá del desplazarnos y atacar saltando, hizo de Sonic un juego tan adictivo y asequible a todo tipo de público, fuesen casuals o hardcore gamers. Por cierto, siempre me han hecho gracia esos dos últimos términos... ¿En qué momento fueron socialmente aceptados por la comunidad "gamer"? Porque yo no recuerdo escucharlos hace unos cinco o seis años por ahí...

En Sonic the Hedgehog también había fases acuáticas, pero he de decir que Sonic, al contrario que Mario, no soporta el agua. Si, llamarle guarro y lo que queráis, pero no la soporta. Prueba de ello es que, en vez de aprender a nadar como lo hizo el regordete fontanero de Nintendo, se ponía a caminar por debajo el agua. Más lento, claro está; de hecho, el concepto de velocidad queda anulado bajo las superficies acuáticas como se puede ver en esta entrega. El verdadero problema viene cuando empieza a sonar la cancióncilla que antes comparé con el tema de Tiburón. Cuando la oigáis, es que tan sólo os quedan 5 míseros segundos para que los pulmones de Sonic se llenen de agua y observéis como muere cruelmente ahogado. Para evitarlo, hay burbujas de aire que podremos aspirar bajo el agua (¿ein?) para así no ahogarnos.


Y en cuanto a la dificultad en general... Pues Sonic es un juego que, a no ser que uno se sepa de cabo a rabo todos los niveles, tiene su dificultad; prueba de ello es el hecho de que en un segundo intento nos choquemos en más de una ocasión con el mismo enemigo en el mismo punto de un nivel, o llegando a ver la pantalla de Game Over más veces de las que nos gustaría. La verdad es que esto me agrada, ya que mientras otros plataformas como los de Super Mario se me hacen insulsamente fáciles (es lo que tiene sabérselos de memoria), los juegos de Sonic, sobre todo esta primera parte, aún a día de hoy, suponen un reto para mí. Vale, sí, lo sé, no son un reto como pasarse la fase de las motos del Battletoads, finalizar el Devil May Cry 3 en modo hiper chungo o vencer a Akuma en el Super Street Fighter II, pero también tienen su aquel... Y es que una cosa es un reto, y otra es superar lo imposible.

Objetos

Muelles:
A Sonic de crío le gustaban las camas elásticas. Ahora las odia, y no es para menos... Porque el rebotar tantas veces hace que, aparte de pillarse unos mareos de agarrate y no te menees, coja complejo de bola de pinball, hasta el punto de que acabó firmando un contrato para protagonizar un juego (de origen norteamericano) en el que desempeñaría ese papel. ¿Que no me creéis? ¡Mirad pinchando aquí! En fin, Los muelles molan siempre y cuando nos catapultemos hacia arriba, hacia delante o hacia atrás, pero no molan cuando nos catapultan hacia una pared llena de clavos, por ejemplo...

Pinchos:
Como odiaba los pinchos que, al igual que los muelles, los botones y las burbujas de aire, formaban parte del escenario... Los pinchos estaban puestos en el juego para desempeñar una tarea muy simple y fácil de llevar a cabo: fastidiar. La de veces que me catapulté hacia algún sitio o me subí a una plataforma móvil ascendente tan sólo para toparme con que me iba a pinchar en el culete con las espinas... Sonic, ¿te sienta bien tu propia medicina?

Botones:
A diferencia de los pinchos, los botones molaban. Y es que pinchar uno significaba, en la mayoría de los casos, que algo iba a cambiar para bien o para mal. Más que para bien, todo sea dicho, como por ejemplo que se nos abrieran nuevas rutas, que se cambiara la dirección de algo que no nos terminaba de convencer, etc... La verdad es que no se ni por qué hablo de los botones, la gente solo quiere leerme protestando.

Burbujas de aire:
Como ya dije unos cuantos párrafos más atrás, las burbujas de aire se encuentran en las fases submarinas, y son nuestras salvadoras en las profundidades acuáticas, las que nos salvan de morir tristemente ahogados... Ahora que me gustaría que existieran en la realidad tal y como aparecen en el juego. La proposición de cruzar el Atlántico caminando me parece una idea bastante sugerente (vale, en realidad no).

Anillos:
El señor oscuro que todo lo ve, Sauron, le encomendó a Sonic la tarea de encontrar el anillo de poder. El problema es que, debido al éxito de los cereales Cheerios, uno ya no sabía cual de todos ellos era el verdadero y único anillo. En fin... Ahora entiendo porque Sauron decidió quedarse con los Nazgûl en vez de con un erizo que va por ahí correteando cual exhibicionista... He de decir que el hecho de perder 50 anillos con un solo golpe al final del nivel era como que nos atracaran nada más salir del banco. O sea, una putada.

Objetos dentro de monitores de ordenador:
Sonic, como opositor a la informática y al progreso tecnológico, a lo largo de la aventura destrozará todo monitor de ordenador que se encuentre. Esto es lo que nos encontraremos dentro de los monitores, regalitos como si de huevos kinder se trataran...:

  • Un pack edición especial de coleccionista que incluye, entre otras cosas, 10 anillos:
Pues eso, 10 anillos en uno. Y no, todos eran auténticos y genuinos anillos. No penséis que eran como esos juegos de "32 in 1", de entre los cuales tan sólo habia 10 juegos sin repetir.


  • Vida Extra:
Cuantas más vidas extras, menos posibilidades de ver la pantalla de Game Over. Así de simple. No tan simple como la felicidad que nos embargaba cuando nos encontrábamos, casi casualmente, una de estas vidas extras. Ahora que claro, si esa vida extra no estaba a nuestro alcance y no sabíamos como llegar hasta ella, nos cabreábamos cosa mala...

  • Escudo burbuja:
En mi opinión, el mejor objeto que podíamos conseguir durante el juego. Y es que a mi me gusta la protección, que luego vienen los arrepentimientos y demás... No joder, no hablo de cosas guarras y a la par naturales, si no de perder la calderilla; en este caso, los oros.

  • Zapatillas:
Creo que son de la marca Sega, pero seguramente Sonic es de esos que las marcas y demás pijadas se la traen tan al fresco como el hecho de que va por ahí desnudo. Estas zapatillas que, por cierto, no vemos cuándo se las calza, le dan la habilidad de correr a toda velocidad. Es el item que más odiaba de todo el juego; de hecho, prefería no cogerlas, ya que entonces me desplazaba a tal velocidad que me chocaba con todo. Es el típico item trampa, uno lo coge sonriente, y termina hasta los mismísimos de él...

  • Invencibilidad:
Al hacerse con estas estrellas (¿de qué me suena?), Sonic se hacía invencible. Bueno, vale, no tengo claro si son estrellitas o simplemente una estela... Pero, ¿una estela no era un conjunto de pequeñas estrellas? Argh, dejémoslo. Si, lo sé, apesto... (en realidad no, pero no me viene mal hacerme el humilde de vez en cuando, ¿no?)

Puntos de guardado:
Perfectos por si luego nos mataban, para no tener que volver a empezar desde el principio del nivel. Los puntos de guardado, auténtico alivio para los jugadores más malos, siempre han estado presentes desde juegos de plataformas antiquísimos, y no iban a ser menos en 1991, fecha en la que salió este Sonic... Y es que si no hubiesen estado presentes, ¡ya me estaban devolviendo mi dinero! Ah, que yo no compré este juego, que era de un amigo... Vaya, tantas horas jugando a este juego me hacían olvidar eso... Y al amigo. De hecho, a veces me cuesta recordar su nombre. Vaya amigo...

Fin de nivel:
Al hacer girar el cartel con el rostro de Robotnik que estaba al final del camino, vosotros, los jugadores, ya podíais sentiros realizados. Felicidades fieras, os habéis pasado el nivel.

Anillo gigante:
Y qué mejor que llegar al final de un nivel y encontrarse al final del mismo un giga anillo que nos llevaba a la codiciada fase de bonus; en donde, si teníamos suerte, nos podíamos hacer con la aún más codiciada esmeralda del caos de turno. El problema era que para acceder a este nivel de bonus, o sea, para que nos apareciese este anillo, debíamos de llegar al final con al menos 50 anillos en nuestro poder, y eso en las primeros niveles era sencillo, sí, pero en los últimos... Ya era otro cantar. Ah, he de añadir que este anillo no aparecía en el tercer subnivel de cada zona, ya que en ellos al final no nos esperaba ni un cartel giratorio ni un giga anillo. Nos esperaba el mismísimo Robotnik con el bigote bien peinado.

Cápsulas de animales:
Tras derrotar a Robotnik al final de cada zona, en el tercer acto, nos encontrábamos una de estas cápsulas. Siempre me pregunté como sería su interior, y también cómo demonios cogían tantos animalillos en cautividad dentro de ella... ¡Si a Robotnik le pillara la protectora de animales... Se le iba a caer el pelo! Ups... creo que ya sé por qué es calvo *risas enlatadas*.

Enemigos

Moto Bug:
El primer enemigo con el que nos topamos en todo el juego. Moto Bug es, en pocas palabras, el Goomba del Sonic. Un poco más rápido, sí, pero igual de débil... Yo de crío le llamaba la mariquita, y eso que es un escarabajo, creo... En fin, de todos los enemigos de Sonic, este era el que más se asemejaba a un medio de transporte. ¿Que no sabéis a cual? ¡Pero por dios, si lo pone en el nombre!

Buzz Bomber:
Si en Green Hill Zone estas avispas robóticas ni nos rozan con sus disparos, en otros niveles sus disparos aparecen de repente o, en el peor de los casos, algo nos impulsa a chocarnos inevitablemente en los cielos con ellas... Y si digo en el peor de los casos, es porque hablo de esos momentos en los que Sonic se hallaba descendiendo de pie, sin estar en modo "bola".

Crabmeat:
Recuerdo ir a una playa en Galicia y ver cómo estaba repleta de cangrejos de varios tamaños. Mi prima y yo comenzamos a decir que eran los cangrejos del Sonic, asi que les aniquiliamos. ...Vale, sí, tan sólo bromeaba. Un amante de las máquinas y de los animales como yo es incapaz de cometer tal vileza, asi que bajad las antorchas, lentamente, donde pueda verlas... Años después, hubo un Pokémon que me recordaba a este enemigo. Y es que al fin y al cabo, partiendo de la etimología de un cangrejo uno no puede ser muy original... Todos son iguales...

Chopper:
Fans de One Piece, ya sé en quién estáis pensando, ¿verdad? En fin, Chopper es de los enemigos más reconocibles de Sonic, esas pirañas que se tiraban día y noche saltando desde el agua hacia arriba, y no sé muy bien el porqué lo hacían... ¿Para morder a Sonic? Pero si él pasaba por encima de ellas tan sólo una vez... En fin, un enemigo que sería idóneo para asar, claro está, si no fuera un robot... Pero bueno, digo yo que, a falta de llenar el estómago, también se podrían aprovechar sus piezas para tunear una torre de ordenador, o algo...

Newtron:
Este camaleónico individuo aparecía cuando menos nos lo esperábamos tan sólo para dispararnos una bola de fuego. Si, que aburrido era... Vaya vida... Siempre oculto, y cuando aparece escupe una bola de fuego. Aparte del Newtron de color verde, el cual no se movía, estaba el Newtron morado, que tenía complejo de misil. Y si no, tan sólo había que ver la forma que adoptaba tras aparecer.

Caterkiller:
Este enemigo con nombre de psychokiller era el enemigo más odiado por mí; y por todos, he de añadir... Para matarle había que darle en la cabeza, su punto débil. Recuerdo lo odioso que era aterrizar sobre él, sobre su cabeza (o eso creía), y al instante perder todos los anillos... Claro está que eso es lo que todos creíamos, porque a veces, cuando pensábamos que le pisábamos la cabeza, en realidad le pisábamos su anterior bola espinosa...

Basaran:
Se dice que este enemigo se fue hasta Gotham City y penetró en el interior de la mansión Wayne, y sirvió de inspiración al inquilino de dicha mansión para convertirse en Batman... Pero eso es otra historia. En Sonic, Basaran se dedicaba a estar descansando tranquilamente, para despertarse ante la llegada del erizo. Y eso que Sonic era silencioso, el problema era el ruido que hacía cuando saltaba en el aire...

Roller:
Nunca identificaba a este enemigo. O sea, quiero decir, no sabía qué era. Esto era debido a que Roller desaparecía tan pronto como aparecía, rodando rápidamente, desplegándose cual Transformer, y disparándonos. Seguramente este personaje intentó formar parte del casting de Transformers, pero en dicha serie no querían "gallinas"... Quizás si se hace una cuarta película dirigida por Michael Bay, la cosa cambie...

Yadrin:
Nunca supe muy bien qué era en realidad este enemigo... ¿Un cangrejo ermitaño? ¿Una babosa con pinchos? No sé... El caso es que este enemigo era engañoso, y aún no he conocido a nadie que no cometiera la tontería de lanzarse sobre él la primera vez que se lo encontró. Ains, los instintos de depredador... Qué malos son a veces...

Burrobot:
A ver, no entiendo. ¿Por qué lo de burro? ¡No lo entiendo! Este enemigo siempre nos esperaba oculto bajo tierra, asomando su taladro, o sea, su nariz, y en el momento menos esperado se nos aparecía de repente. Era todo un estratega, a pesar de su cobarde estrategia a la hora de lanzarse a por nosotros... De todas formas, una cosa tengo clara, y es que este era mi enemigo favorito. En cuanto a diseño, he de especificar... ¿Que por qué? Yo qué sé...

Jaws:
Si en las fases acuáticas a veces sonaba ese tema que ya he comparado con el de la famosa película del señor Spielberg, Jaws era el tiburón en sí. Un tiburón tan fácil de vencer que... De hecho, era como el Moto Bug submarino. Más lento, además. El problema de Jaws es que a veces estaba donde no debía de estar, haciendo que le pisarámos... Si, fastidiaba más pisar un tiburón que el hecho de que nos mordiera. Curioso...

Unidasu:
Una bola de pinchos con una cara roja de mala leche. Eso, o que está hasta arriba de vino. Unidasu era un enemigo que en cuanto nos veía, se ponía a lanzarnos las espinosas bolas que tenía a su alrededor, quedándose indefenso, y haciendo que su nombre, que evoca unidad, careciera de sentido.

Uni Uni:
Una especie de Unidasu, pero sin la mala leche. Al contrario que su primo lejano, Uni Uni no se separa de sus bolas de pinchos ni de broma. Es más, se limita a ir de un lado a otro, obstaculizando nuestro camino, sin más... Es un enemigo tranquilo y que va por ahí sin buscarse malos rollos, pero nosotros somos unos liantes y queremos cargárnoslo tan sólo por que esté ahí en todo el medio...

Ball Hog:
Este puerco tan salao aparece únicamente en los últimos niveles del juego, y se limita a dar saltitos a un lado de la pantalla al mismo tiempo que arroja una gran bola que tras rodar un poquito acaba explotando. Me encantaba este enemigo, y no se por qué... Podría ser porque me encanta la carne de cerdo, pero aún así...

Doctor Ivo Robotnik:
El malo malísimo del juego. Ya hablé de él en la parte en la que explicaba el complejo y profundo guión del juego; pero psé, no tengo nada mejor que hacer ahora mismo. Robotnik, más conocido como Eggman en Japón, es el creador de todos los enemigos anteriormente mencionados, además de ser el perpetrador de todos los males en torno a Sonic. Lo dicho, el malo malísimo. Al final del tercer nivel de cada zona nos espera montado en alguno de sus vehículos, excepto en el último nivel, en el cual nos ataca con unos aplastadores mecánicos que, al igual que sus naves, controla manualmente. Es un tipo bastante fácil de vencer; de hecho, en algunos niveles difíciles llegar a Robotnik suponía un consuelo. Ah, y tiene un bigote que ríete tú del de Super Mario... También está, literalmente, gordo como una bola, a pesar de tener las piernas como palitos. Se ve que toma unos bocatas de jamón un tanto especiales... Eso, o que le timaron con las pastillas de adelgazar y tan sólo le adelgazaron las piernas.

El final del juego

El final es tan simple como el argumento en sí. Y predecible, he de añadir. Al fin y al cabo, es un juego destinado a un público más o menos infantil, a pesar de que hasta los abueletes disfruten con él, ya que les trae recuerdos de su alocada juventud (digo yo...)

Sonic llega al final del camino, en donde se enfrenta a Robotnik, quien le intenta aplastar ya que le considera un insecto y demás cosas que les suelen decir los malos muy malos a los buenos muy buenos; y nuestro héroe azul, en varios contraataques, se acaba cargando la máquina de Robotnik (hecha de metal barato o de papel de aluminio). Éste huye cobardemente; pero Sonic, en vez de perseguirle, decide largarse de vuelta al primer nivel, en donde tras correr la maratón del Domingo por la mañana, la cual atravesó en medio de vítores por parte de los animales de sus fans, se lanza hacia la pantalla con un gesto como diciéndonos: ¡eres un fenómeno! (Se aceptan sugerencias).

Ah, y si no hemos conseguido las seis esmeraldas del caos, toca volver a empezar, ya que no veremos a Robotnik pisoteando frustradamente las letras de END, y eso, claro está, es una verdadera lástima... El caso es que las hubiese conseguido o no, yo me pasaba el juego y como que ya no había ganas de volver a empezar de nuevo... Prefería ponerme con la segunda parte, para mi la mejor entrega de Sonic, de la cual hablaré próximamente... Así pues, pasad un buen día, no seáis muy malos y ¡hasta más ver!

5 comentarios:

Fénix dijo...

Puuuuufff.... este juego es tan mítico como dificil, de hecho no pude pasarme algunos niveles y tuve que recurrir a un truco en la pantalla de inicio (se ponia gris cuando lo hacias) para ir al combate final con robotnik. Sin embargo, gracias a este juego, así hemos llegado al presente los de nuestra generación, que nos pasamos el modo normal de cualquier juego en una tarde o dos.

Un análisis cojonudo, no sabes lo que me he podido reir con algunos puntazos, como el de sonic exhibicionista o la misión de Saruman. Espero con ganas el artículo del sonic 2, ya que ese también es mi favorito (primera aparición de sonic supersaiyajin).

Jorge Serrano dijo...

Críticas sin memoria por mi parte:

*Manda huevos que nombres a Alex Kidd en el artículo del juego que mató a Alex Kidd XDDDD

*Las fases de bonus no existian en Sonic 1.

*El giga anillo tampoco.

*Y tu foto final me da mal fario, porque son las esmeraldas Chaos y creo que no aparecian hasta el Sonic Chaos.

Pero salvo por el primer comentario de Alex Kidd, el resto no estoy tan seguro porque te hablo de memoria sin contrastar.

Mustangcillo dijo...

@Fénix: si es que juegos como este enseñaban a los críos de nuestra generación (o sea, nosotros) a jugar BIEN a los videojuegos.. Sin tonterías, eh XD. Pues ya haré el artículo del Sonic 2. Además, quiero hablar también de la serie de TV de dibujos animados tan cutre que se hizo en los 90.

@Naos: pues.. te recomiendo que desempolves tu Mega Drive y te lo vuelvas a pasar, porque si que aparecían todas esas cosas que has citado jaja. Y si, mucha gente lamenta la muerte de Alex Kidd. Sobre todo los que tuvieron la Master System (no es mi caso XD).

Anónimo dijo...

Uno de los mejores juegos de todos los tiempos.

Es muy curioso pero la mayoría de la gente que conozco recuerda más las distintas zonas que los enemigos mientras que en los juegos de Mario ocurre lo contrario y recuerdan más a los enemigos.

Como curiosidad este juego tenía un modo Debug (activable mediante truco) que te permitía editar los escenarios en tiempo real añadiendo enemigos y todo tipo de elementos, una pena que no se pudieran guardar y compartir.

Old School Generation dijo...

Me quito el sombrero ante tu artículo.
Te ha quedado de puro lujo.
Bravísimo!