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miércoles, 16 de marzo de 2011

Los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby - Parte XV


Todas las cosas buenas tienen un final... Y la etapa de Stan Lee y Jack Kirby en los 4 Fantásticos no iba ser menos, alcanzando su final en el número 102 de la colección. En total 102 números más 6 anuales guionizados y dibujados por dos mismos autores es una cifra insólita, un número que, hasta no hace mucho, permanecía imbatible; y ojo, sólo una colección, Ultimate Spiderman, puede presumir de haber igualado el marcador. Pero a diferencia de Ultimate Spiderman, en los años 60 las condiciones eran bien distintas, pues el que Lee y Kirby llegaran tan lejos sin soltar las riendas de la colección no fue a base de cabezonería tras marcarse como objetivo principal llegar a tal cifra, no. Estos dos autores iniciaron su gran epopeya en 1961, en un momento en el que la editorial estaba a punto de desaparecer del panorama comiquero. ¿Quién le diría a este par de autores que no sólo crearían un éxito sin precedentes, si no también todo un referente del cómic? No sólo gracias a su impecable narrativa gráfica, si no también gracias a sus personajes tan creíbles como humanos, a sus guiones, sus argumentos, su ambientación... Resumiendo: todo. ¿Quién les diría en aquel pésimista pero poco después optimista comienzo de los años 60 que alcanzarían tal gloria tras haber estado juntos en tantos números de una misma colección? ¿Que habrían llegado tan lejos creando algo que a los pocos años sería conocido como Universo Marvel? ¿Que dicho éxito seguiría patente a lo largo de las décadas, generación tras generación, hasta el día de hoy? Además, esos cómics que hicieron nos dejaron tal recuerdo y tan grata experiencia que hacían que siguiesemos las aventuras del cuarteto o de otros superhéroes creados por el mismo tándem creativo con la esperanza de asistir a una nueva etapa tan gloriosa como la de Lee y Kirby, a pesar de que la serie sufriera sus altibajos, algunos más sangrantes que otros... Si bien es cierto que John Byrne lo logró en los años 80 con su excelente etapa, y Walter Simonson tampoco estuvo nada mal a finales de la misma década (gloriosos años 80 en Marvel...), lo que esta claro es que nunca ha habido ni habrá una etapa que supere a los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby. Aunque como decía el mismo Kirby en una entrevista, si que llegará. Porque, ¿quién le diría a este dibujante que se publicaría tan buena etapa en los años 60, cuando en la década anterior nadie daba un duro por un cómic de superhéroes? Y es que los 4 Fantásticos eran eso, superhéroes pero ante todo personas, tan humanos como quien leía sus aventuras...


Pero bueno, lo que aún no ha terminado es este artículo, aunque será el último dedicado a repasar a fondo la etapa de Lee y Kirby en los 4 Fantásticos. Pero a pesar de ello ¿quién me dice a mí que en un futuro no me dé por volver a hablar de los 4 Fantásticos de estos dos autores en mi blog? Porque aunque me haya extendido de lo lindo en muchos de los anteriores artículos (por no decir en todos), incluso llegando a repetirme tras haberme dejado llevar por distintas divagaciones en torno a los cómics de esta etapa, podía haber escrito más, mucho más... La prueba está en que tras haber publicado algunos de estos artículos, según leía lo que había escrito, pensaba cosas como: "pues podía haber añadido también esto o lo otro..." En fin, retomaré el rumbo desde donde lo dejé en el artículo anterior, comenzando a hablar de los últimos números de la estancia de Kirby en la colección. Estos últimos números, comprendidos entre el número 94 y el 102 (ambos inclusive), venían a ser historias autoconclusivas en las que los 4 Fantásticos se veían envueltos en distintas aventuras. En ellas se podía ver claramente una inmensa diferencia con aquellas historias también de tono autoconclusivo relatadas en los primeros números de la colección, en las que el final y sobre todo la estructura eran, básicamente, tan predecibles como similares entre sí, y el hecho de que destacaran era por la creatividad sin límites fruto de las mentes de estos dos autores, por la creación o asentación de las bases que serían explotadas después con tan buenos resultados. En estos últimos números Jack Kirby retomaba, al igual que en las últimas macrosagas, conceptos ya introducidos anteriormente, e incluso introdujo algún personaje nuevo o le dió una pequeña y discreta vuelca de tuerca a algún extraño argumento de los inicios de la colección, como aquel primer alunizaje estadounidense comandado por Reed Richards. Asi, si en los números anteriores vimos el retorno de villanos de aquellos años anteriores a 1966, como el Doctor Muerte, el Hombre Topo o los Skrulls, en el número 94 de The Fantastic Four asistíamos al retorno del Mago tal y como apareció por primera vez en la colección, o sea, acompañado del resto de los 4 Terribles. A estas alturas era bien sabido que Medusa era un miembro de los Inhumanos, la prometida del monarca de esta raza sin ir mas lejos, asi que de primeras y tras ver la portada a uno le parecía chocante el ver a esta Inhumana como en sus primeras apariciones acompañada del Mago, el Hombre de Arena y el Trampero lanzándose al ataque contra los 4 Fantásticos. La respuesta a esta supuesta vuelta al lado oscuro, como no, la tendríamos en las páginas interiores de dicho número, así como la presentación de un nuevo e inquietante personaje, Agatha Harkness, una anciana que demostraría estar más que capacitada para ser la niñera del pequeño Franklin Richards. Ahora que me pregunto que tendrían en la cabeza sus padres para dejar a su bebé al cargo de una anciana tan perturbadora que reside en una casa tan tétrica como la de la familia Addams...

En los siguientes números se nos contarían historias de la misma extensión. En el número siguiente sin ir mas lejos se nos presentaría de primeras a un nuevo y poco original villano conocido simplemente con el apodo de Monóculo (y todo porque llevaba un monóculo, original vamos... Nótese la ironía). Monóculo era un espía secreto que pretendía desencadenar una Tercera Guerra Mundial asesinando a altos cargos de la ONU en una rueda de prensa. Sobra decir que los 4 Fantásticos logran detenerle sin muchos problemas... De todas formas, el plato fuerte de este número recaía en la separación de Crystal y Johnny. Pero no me refiero a que esta pareja cortara poniendo fin a su relación amorosa, si no a que Medusa, que permanecía junto al cuarteto después de lo acontecido en el número anterior, se llevaba a Crystal con ella ya que Rayo Negro así lo requería. Johnny, a pesar de no ser tan inmaduro y crío como al principio de la serie, tampoco era una persona madura, y no aceptaba esta separación, sin ni siquiera saber cuánto tiempo estaría sin verla ni los motivos por los que tenía que partir junto a Medusa, atribuyendo su enfado a que quizás esa separación pondría fin a su relación... Un comportamiento erróneo propio de un jóven inseguro, vamos. En el número 96 los 4 Fantásticos serían atacados por... ¿Ellos mismos? Cosa que parecería cierta de no ser porque el Pensador Loco andaba cerca planeando dicho ataque. A lo largo de la serie habíamos visto como este villano había ido perfeccionando cada vez más sus planes, y sobre todo sus androides, de una apariencia cada vez más humana. En esta historia podemos ver como sus androides alcanzan tal perfección que ni siquiera los miembros de los 4 Fantásticos por separado notan la diferencia entre los androides y sus compañeros hasta que es demasiado tarde... Los tres números anteriores al 100 son bastante interesantes. Para empezar, está el número 97, cuya portada es claramente un guiño a la película de los años 50 "The Creature from the Black Lagoon".
De hecho la historia en su interior se titulaba: The Monster from the Lost Lagoon. Traducido, "Monstruo del lago perdido". Eso quería decir que los 4 Fantásticos, como descubridores de lo desconocido que son, acabarían encontrándose con dicha criatura, cuya apariencia era prácticamente igual que la del monstruo que hacía acto de presencia en aquella película. Esta historia era un claro ejemplo más de que a Kirby le encantaba tomar diversos conceptos de la sci-fi o de la cultura pop mismamente, e introducirlos en sus historias de una forma más personal, algunas veces con un resultado efectivo y otras veces quedándose solamente en un simple guiño. Esta historia es de estas últimas, todo un guiño al cine de monstruos que al igual que el de extraterrestres era algo bien típico de las películas estadounidenses de décadas anteriores... Así como el Centinela nº 9168 de los Kree, que hacía acto de presencia en el número 98 de The Fantastic Four, en una aventura en la que los 4 Fantásticos debían detenerle para que así los terrícolas pudiesen llegar a la Luna, como ocurrió en la realidad en 1969 (fecha en la que se enmarcaba esta historia a pesar de ser publicada ya en 1970). Si bien los 4 Fantásticos ya habían llegado a la Luna en los primeros números de The Fantastic Four (recordemos que en aquel número se enfrentaron al Fantasma Rojo y conocieron al Vigilante, a parte de descubrir la existencia de la Zona Azul de la Luna), esta era la primera vez en el Universo Marvel que humanos sin superpoderes o sin la tecnología de Richards lo conseguían, por lo tanto era todo un logro. Aparte, la editorial llevaba ya unos años reflejando en sus cómics sucesos históricos y sociales que sucedían en la realidad, sobre todo en colecciones como The Amazing Spiderman. Es por esto que, el primer alunizaje por parte de la raza humana debía verse retratado en las páginas de los primeros superhéroes Marvel que llegaron al espacio. En el número 99 de The Fantastic Four se retomaría la trama relacionada con la partida de Crystal y su despedida como miembro en activo de los 4 Fantásticos pocos números atrás, en un número dedicado a los Inhumanos que tendría nuevamente como escenario su reino secreto de Attilan. Como curiosidad, aparece un Hombre de las Nieves en las cercanías a dicho reino, relacionando el tópico del Hombre de las Nieves o ser de aspecto peludo y blanquecino del Himalaya con los Inhumanos. Tras estas historia, Johnny aprendería una nueva lección en la vida, y se daría cuenta de lo inmaduro que puede llegar a ser a pesar de creer que ya había madurado, error muy típico en los jóvenes (y los no tan jóvenes).

Y es en el número 100 en donde se celebrarían los 6 anuales y 99 números anteriores de la serie, en un especial en donde ya se podía ver en la portada que harían acto de presencia buena parte de los villanos que se habían pasado por la colección. Bien podría decirse que era una celebración sorpresa por así decirlo, ya que como dije al principio, Stan Lee y Jack Kirby pensaron contra todo pronóstico en aquel lejano 1961 que los 4 Fantásticos no llegarían más allá de su primer número. Cosa que no fue así, pues nueve años después, la numeración de la colección alcanzó los tres dígitos. En los años 60 y a principios de los 70, cada veinticinco o incluso doce números de una serie no contenían el doble de páginas, ni tampoco concluía una espectacular y épica trama como suele suceder hoy en día, y el hecho de que la trilogía de Galactus, gran cúlmen de esta etapa, finalizara en el número 50 fue tan sólo la mas pura casualidad. Viendo que se encontraban ante el número 100, Lee y Kirby pensaron que debían celebrar tal logro de alguna forma especial. Esto fue ofreciendonos una historia en la que, como ya he dicho, y al igual que en el tercer anual de la serie, harían acto de presencia casi todos los villanos de la colección. Aunque los únicos que aparecerían de verdad serían el el Amo de las Marionetas y el Pensador Loco, pues el resto de villanos no eran más que androides creados por este diabólico dúo (dije que sus androides habían alcanzado un alto grado de realidad ¿no?). Y no tan villanos, también diseñarían un androide con la apariencia de Hulk, el poderoso rival en lo que a fuerza se refiere de la Cosa, androide que les daría más problemas que el cuarteto al que desde hacía tantos años intentaban eliminar una y otra vez, tan fallidamente como en esta nueva ocasión. Tras este curioso especial, en el número 101 los 4 Fantásticos se enfrentarían a unos mafiosos. Pero esta vez no serían Skrulls del espacio exterior, si no los mafiosos de Maggia, organización ya conocida por los lectores de Spiderman. Estaba claro que los 4 Fantásticos habían demostrado que podían ser tan humanos como el que más, y esto era algo que los tipos de Maggia se debieron de tomar literalmente hasta el punto de subestimarles, ya que equipados con unos trajes tan especiales como su armamento, deciden atacar a los 4 Fantásticos en el Edificio Baxter, lugar del que pretenden apoderarse de forma dudosamente legal. Objetivo en el que fracasarían, ya que aunque los 4 Fantásticos habían demostrado ser unos personajes bien humanos, seguían contando con superpoderes al fin y al cabo... Y como decía al principio, fue el número 102 de The Fantastic Four el último de Jack Kirby en la colección, número en el que retomaba a un personaje que a pesar de sus continuas apariciones en la primera etapa de la colección, llevaba sin aparecer bastantes años en ella. Este era Namor, personaje que resurgió en las páginas de los 4 Fantásticos y que ya en la fecha de publicación de este número, en 1970, contaba con serie regular propia después de unos cuantos años compartiendo colección con el otro gran antagonista de la editorial, Hulk. Este número era el primero de un arco argumental en el que los 4 Fantásticos acabarían enfrentándose a Magneto, el conocido archivillano de los X-men. Pero Jack Kirby abandonaría la editorial repentinamente, haciendo que los siguientes números fuesen dibujados por otro grande de la editorial: John Romita Sr.

La marcha de Jack Kirby, causada por hechos de los que ya hablé en anteriores artículos, pilló por sorpresa a muchos, y más teniendo en cuenta que se pasaría a la editorial DC, la "distinguida competencia" de Marvel. En DC se le había prometido que le darían lo que en Marvel no tuvo. Esto era reconocimiento como guionista, total rienda suelta a sus ideas, creatividad sin límites, aparte de la posibilidad de tener para él solo su propia y nueva colección. Según llegó, Kirby dió rienda suelta a todas las ideas que llevaba años reteniendo en su mente, ideas que se nos narraron dando forma al conocido Cuarto Mundo de Jack Kirby, un gran cómic de DC. Si bien al final acabó teniendo problemas con la editorial, derivados de hechos como que los rostros de personajes tan icónicos para la editorial como Superman fuesen redibujados, o que sus historias tuviesen un confuso sentido de la narración y no recibieran la misma aceptación por parte del público que sus obras en Marvel, eso ya es otro tema del que hablaré si alguna vez escribo sobre el Cuarto Mundo. El caso es que esta marcha de la Casa de las Ideas fue tan de sorpresa que, según se cuenta, Kirby mandó a un empleado de Marvel que colgara en un tablón de corcho un mensaje de su parte en el que solamente estuviese escrito: "me marcho". Muchos se temían lo peor al enterarse de que Jack Kirby, el rey que había definido la mayor parte del Universo Marvel junto a Lee y otros autores, abandonaba la editorial. De hecho, no eran pocos los que pensaban que el día en que Jack Kirby abandonara los 4 Fantásticos, supondría el fin de la colección, pues aunque muchas colecciones como los Vengadores o Spiderman habían sobrevidido sin problemas, incluso a mejor, al cambio de dibujante o incluso de guionista, no se pensaba lo mismo respecto a los 4F. Sin embargo Stan Lee no canceló la colección, asi que el tiempo pasó, y los 4 Fantásticos sobrevivieron en la década de los 70 ofreciendo historias no tan buenas como las de la década anterior pero gráficamente notables, dibujadas por grandes dibujantes de la editorial, siendo los primeros sustitutos de Kirby el gran John Romita y el no menos genial a los lápices John Buscema, guionizados por otros guionistas que sustituyeron a Stan Lee al poco que éste también dejara la colección, como Roy Thomas, Gerry Conway o Marv Wolfman. Cabe mencionar que Joe Sinnot, el entintador que embelleció brillantemente los lápices de Kirby en sus mejores años, permaneció en la colección gran parte de la década, entintando a sucesivos dibujantes. Sería en 1981 cuando un John Byrne acompañado del éxito que había cosechado en la colección The Uncanny X-men se haría no sólo al cargo de los lápices si no también del guión y del entintado de la colección, para devolver la esencia de los 4 Fantásticos a sus orígenes, iniciando así una larga etapa tan llena de gloria como la de los 4 Fantásticos de Lee y Kirby, hasta el punto de que muchos la consideran por encima de ésta. Etapa de la que estoy seguro que hablaré en el futuro en este blog, porque me encanta. Aunque en mi opinión sólo consigue igualar o, siendo más humilde, arcercarse en calidad a la de Lee y Kirby, no superarla.
"Byrne homenajeando a Jack Kirby, dibujando a la mayoría de los personajes de la etapa. Click en la imagen para verla con más detalle."

En fin, ya para terminar, todo aquel que esté interesado en leerse esta etapa fantástica etapa, puede optar por leerla en blanco y negro en los 3 números especiales y los 13 primeros números de Biblioteca Marvel: 4 Fantásticos (glorioso blanco y negro dirán muchos, pero los dibujos de Kirby, a diferencia de los de otros dibujantes como Gene Colan o John Buscema los prefiero en color, a pesar de que tengan un coloreado un tanto chillón). Si bien a día de hoy esta colección esta agotada, siempre se puede encontrar completa en salones del cómic o en tiendas especializadas que la venden en un pack con todos los números de la colección, que son 32 mas los 3 especiales que contienen los primeros 22 números USA. Otra opción es leer los Marvel Masterworks dedicados a los 4 Fantásticos, en color y en una edición con una calidad insuperable. Eso si, están en inglés (publicados directamente por Marvel en Estados Unidos), y el precio de cada tomo es bastante caro. De todas formas, si uno domina bien el inglés, valen realmente la pena... El caso es que de una forma u otra, la lectura de esta etapa de los 4 Fantásticos en ambos formatos es una experiencia realmente grata.

En definitiva, los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby han sido todo lo que habéis podido leer hasta ahora en estos artículos. Si tuviese que describir la sensación que produce el leer esta etapa, bien podría ser comparada a la que se siente al montar en una montaña rusa. Me explico: tenemos una esplendorosa montaña rusa nunca vista ante nosotros, y el entrar y montarnos en ella supone de primeras una sensación bien grata, de la misma forma que tener en nuestras manos el primer número de The Fantastic Four y leerlo. Tras esto, la montaña rusa se pone en funcionamiento, tenemos una subida que en momentos llega a impacientarnos esperando que llegue algo mejor, que es como leer los 4 Fantásticos hasta el número 43... Es en el momento de la primera y excitante bajada seguida de la vertiginosa y rápida segunda subida, cuando la colección llega al número 44 de The Fantastic Four, continuando rápidamente la historia de los Inhumanos con la trilogía de Galactus; continuamos a través de la montaña rusa, adrenalina en estado puro, y en los 4 Fantásticos se siguen sucediendo historias que son la créme de la créme, en las que vemos al primer superhéroe negro de la historia, el Doctor Muerte robando los poderes cósmicos de Estela, la Ciudadela de la ciencia... Y tras la última y veloz subida que supone la historia en torno a Él, tenemos una segunda vuelta a través de la montaña rusa, un camino ya conocido pero que a pesar de ello podemos disfrutar mejor, mucho mejor que la sorprendente primera vez de hecho. Esto vendrían a ser los números a partir del 68, en los que los que en la mayoría los 4 Fantásticos se enfrentan a amenazas o personajes ya introducidos anteriormente que alcanzan su máximo desarrollo en las macrosagas en las que hacen acto de presencia. Es en el momento en el que la montaña rusa comienza a pararse, cuando nos acercamos al número 100, en esos últimos números autoconclusivos... Y es entonces cuando nos bajamos, sonrientes después de haber experimentado tal experiencia leyendo los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby. ¿Curiosa y extraña comparación? Seguro, pero lo que esta claro es que este dúo de autores no solo hicieron un cómic brillante, hicieron arte, historia en el cómic... A todos los que hayáis seguido estos quince artículos en los que he puesto tanta ilusión a pesar de que en algunas ocasiones no me hallaba sobrado de motivación para redactarlos, os doy las gracias por haberme leído. Y si alguien se lee esta etapa tras leer estos artículos, me sentiré mucho mejor, pues no sólo los he escrito para compartir mi opinión sobre esta etapa que tanto me gusta con los que ya lo hayan hecho, también los he escrito para que muchos se interesen por tan grandes historias, tan grandes como Stan Lee y Jack Kirby, este último que en paz descanse, pues su legado y aportación al mundo del cómic americano siempre ha permanecido y permanecerá vivo...


¡Nos vemos!

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