ATENCIÓN, AVISO PARA HISPANOHABLANTES: RECOMIENDO ENCARECIDAMENTE VER LAS PELÍCULAS Y SERIES AQUÍ RESEÑADAS EN VERSIÓN ORIGINAL SUBTITULADA EN ESPAÑOL (V.O.S.E.)

miércoles, 2 de enero de 2013

No profanar el sueño de los muertos




Valoración personal: 8/10.

Ficha técnica:

Título: No profanar el sueño de los muertos

Título original: Non si deve profanare il sonno dei morti

Año: 1974

Duración: 90 min.

País: España/Italia

Director: Jorge Grau

Guión: Juan Cobos, Sandro Continenza, Marcello Coscia

Música: Giuliano Sorgini

Fotografía: Francisco Sempere

Reparto: Ray Lovelock, Cristina Galbó, Arthur Kennedy, Aldo Massasso, Giorgio Trestini, Roberto Posse, José Lifante, Jeannie Mestre, Gengher Gatti, Fernando Hilbeck, Vera Drudi, Vicente Vega, Francisco Sanz, Paul Benson, Anita Colby

Productora: Coproducción Italia-España; Flaminia Produzioni Cinematografiche / Star Films S.A.

Género: Terror. / Zombis.

¿De qué va?:

George (Ray Lovelock) es un joven que trabaja en un anticuario de Londres. Un fin de semana decide coger su moto y alejarse del ruido y de la contaminación de la ciudad, por lo que pone rumbo a Windermere, en donde tiene una casa de campo. De camino, para en una gasolinera para repostar, pero el coche que tiene delante da marcha atrás y golpea su moto, dejándola inservible. La conductora del vehículo, Edna (Cristina Galbó), se ve en la obligación de llevar a George a su destino. Sin embargo, justo antes de tomar la carretera hacia Windermere, Edna le dice a su acompañante que quiere ver a su hermana cuanto antes, ya que se halla enferma, y George accede. En las cercanías de la villa donde vive la hermana de Edna, George se topa con una máquina del Ministerio de Agricultura para exterminar insectos y parásitos. El problema es que esa máquina emite unas radiaciones que hacen que los muertos vuelvan a la vida, y estos comienzan a matar a algunos de los vecinos de la comunidad.



Comentario:

A diferencia de otros cineastas españoles, como Jesús Franco o Narciso Ibáñez Serrador, Jorge Grau no se volcó en el género de terror. Sus dos únicas incursiones en el género fantaterrorífico fueron "Ceremonia sangrienta" (1973, Jorge Grau) y la presente película.

"No se debe profanar el sueño de los muertos", también conocida en tierras estadounidenses por el título de "The Living Dead at Manchester Morgue", es una coproducción hispano-italiana que bebe del clásico de George A. Romero "La noche de los muertos vivientes" (1968, George A. Romero).

Jorge Grau ha admitido en varias entrevistas que se encargó de la realización de la película con el clásico de Romero en mente, el cual había estudiado fotograma a fotograma, y eso se nota en algunos elementos que hacen que recordemos dicho clásico, como por ejemplo: la escena en la que aparece el primer zombie, acosando a una chica que se refugia en el interior de un vehículo; la banda sonora, compuesta por temas simples y tétricos; el hecho de que la acción dramática tenga lugar en el campo, en una villa alejada de las grandes urbes...

Sin embargo, "No se debe profanar el sueño de los muertos" cuenta con una serie de características propias que la diferencian de "La noche de los muertos vivientes" y, dicho sea de paso, de otras producciones modernas sobre zombies, motivo por el que no ha envejecido nada mal.

Una de estas características es la forma en que está planteada la historia, con sus dosis de suspense y terror. La trama principal no sólo se centra en la supervivencia ante un ataque zombie, sino también en la investigación de unos sucesos extraños y, además, en los intentos por parte de dos jóvenes por impedir que los muertos vuelvan a la vida.

La estética de los zombies me llamó bastante la atención, con esos ojos rojos a causa de la radiación y esos andares propios del monstruo de Frankenstein. Así mismo, son más fuertes e inteligentes que los zombies de las películas de Romero. Saben ocultarse de ojos curiosos en el momento oportuno y pueden utilizar diversos objetos para matar, como lápidas, cruces de piedra y hachas. Cabe añadir que a lo largo de la cinta no hay muchos zombies. Los que hay se pueden contar con los dedos de una mano. Tampoco hay muchas muertes, pero las que vemos en pantalla son tan cruentas y explícitas que a buen seguro se nos quedarán grabadas en la memoria.

Teniendo en cuenta la época en que fue estrenada, estas características hacen que la cinta sea única y original, y no una simple exploitation surgida a raíz del éxito de una producción estadounidense. De todas formas, si por algo destaca esta película es por contar con un elemento del que se servirían futuras producciones sobre zombies: la crítica social. Cierto es que en "La noche de los muertos vivientes" ya había algo de crítica social; pero, como bien dije en el comentario de dicho film, esa crítica fue introducida de forma inconsciente por el director. Jorge Grau introduce conscientemente una crítica en contra de la contaminación y de la forma en que el ser humano altera el medio ambiente. Esta crítica queda clara desde los créditos de apertura, en los que asistimos a un desnudo integral femenino tan injustificado como desconcertante; pero no seré yo el que me queje por ello.

Durante los años 70 se hicieron multitud de coproducciones entre España y otros países. Al fin y al cabo, estamos hablando de la edad dorada de las coproducciones internacionales europeas. Como sucedía en la genial "Pánico en el Transiberiano" (1973, Eugenio Martin), el reparto de "No se debe profanar el sueño de los muertos" estaba formado por actores de distinta nacionalidad, y la cinta fue rodada sin sonido directo, con cada actor hablando su propio idioma. Posteriormente, fue doblada para ser distribuida internacionalmente.

Las actuaciones son pasables. De todo el reparto, destacaría dos personajes principalmente: George, interpretado por Ray Lovelock, y el inspector de policía con el que tiene más de un encontronazo, interpretado por Arthur Kennedy, una antigua gloria de Hollywood. Kennedy es el mejor actor de todo el reparto, y el personaje que interpreta el más odioso. El inspector es un hombre maníatico, anclado en los antiguos valores y retrógrado a más no poder, por lo que el antagonismo entre este personaje y George no tarda en salir a flote.

Este antagonismo entre ambos personajes me llamó bastante la atención, ya que por aquel entonces la sociedad, en especial la norteamericana, contemplaba preocupada cómo las nuevas generaciones se abrían hacia nuevas experiencias que a los adultos y a los ancianos les parecían, como poco, detestables: los hippies, los movimientos revolucionarios juveniles de finales de los 60, las sectas satánicas, el sexo, las drogas y el rock and roll, etc...

El inspector, al igual que muchos de los de su quinta, es un hombre de avanzada edad que no soporta ni tolera ninguna de estas modas juveniles, así que nada más ver a George, con sus melenas y su forma de vestir, no duda en considerarle como el principal sospechoso de las muertes. Jorge Grau creó esta rivalidad entre el inspector y George para hacer así la historia más interesante, sobre todo de cara al final.

Una de las cosas que más me gustan son las distintas localizaciones en las que se desarrolla la trama. La película se rodó en los estudios Cineccità de Roma y en los estudios Cinearte de Madrid, aunque los exteriores fueron rodados en las afueras de Manchester. Me encantan los paisajes y los lugares que se nos muestran, desde la verde y vasta campiña inglesa, hasta las zonas boscosas en las que tienen lugar algunos ataques.

"No se debe profanar el sueño de los muertos" es una película de culto en muchos países. Desgraciadamente, aquí, en España, es una película algo olvidada, lo cual es una lástima, ya que es una de esas producciones que demuestran con creces que no todo el cine español tiene porqué ser malo, ni mucho menos. La única incursión de Jorge Grau en el subgénero zombie es una cinta notable, que merece ser reivindicada dentro de nuestras fronteras. Recomendada a los aficionados al cine de terror en general y a las pelis de zombies en particular, sobre todo a aquellas personas que estén hartas de apocalipsis zombies y busquen propuestas distintas.

Imágenes:



























8 comentarios:

Javier Simpson dijo...

Creo que esta peli la vi de niño-adolescente y me acojonó verdaderamente por lo explícito de sus escenas de sangre. Tendría que revisarla. Buen momento para ello, Roy. Muy buena entrada.

Raúl Calvo dijo...

Sí, el choque generacional fue incluído aposta por Grau, la película en gran parte gira sobre eso. Lo cuenta Grau en la edición en Blu-ray de Blue Underground, creo que también lo mencioné en mi post pero ahora no lo recuerdo.

El Chachi dijo...

Esta peli la vi hace unos pocos años y fue una pena no haberla visto de pequeño, que es cuando uno es más traumatizable y se te graba mejor en la memoria. La escena del prota esperando en el semáforo y que de pronto aparece la tía en bolas corriendo descojonada de risa me llamó la atención, pero además de esta escena apenas recuerdo nada más. Ni siquiera recuerdo si al final volvían a encender la máquina de los zumbidos o no. De todas formas es una peli de la antigua escuela y más recomendable que muchos de los bodrios que hacen hoy día.

El Tipo de la Brocha dijo...

Completamente desconocida para mí. Menudo argumento más rebuscado.

El prota me recuerda a Kurt Russell en La Cosa, aunque no llega a superar su melena.

Mustangcillo dijo...

@Javier: deberías revisarla, sí, jeje. La verdad es que para ser una producción española de 1974, la peli es bastante gore.

@Raül: cierto, cierto. Yo también tengo esa edición en Blu-ray. He editado ese párrafo, ya que me había montado una paja mental que ya he solucionado. Como suelo decir, ninguna de mis entradas está finiquitada hasta que pasan unos días tras su publicación, jeje.

@El Chachi: hola, bienvenido. La verdad es que a mí también me hubiera gustado verla de pequeño. Lo de la tía en bolas corriendo por la calle, así porque sí, no tiene nombre, jaja. Y sí, a día de hoy sigue siendo una peli interesante y original en lo que a cine de temática zombie se refiere.

Mustangcillo dijo...

@El Tipo de la Brocha: sí, cierto, jaja. Yo también pensé lo mismo cuando veía la película. El tío tiene un aire a Kurt Russell.

Einer dijo...

Pues fíjate que a mí una de las cosas que más me gusta de esta peli son las actuaciones, especialmente la de Christine Galbo, que comenta Grau había perdido a su marido en un accidente unos días antes y tenía un estado mental "alterado" que le vino bien a la peli. Y Arthur Kennedy consigue sacarme de quicio como nadie en esta peli. Ray Lovelock también me gustó.

Tiex dijo...

Tengo esta película bajada desde hace mucho tiempo porque un día me dijo mi Madre, hablando de cine: "No profanar el sueño de los muertos, esa película si que da miedo..." y ahí se quedó la cosa, porque aún no la he visto jajaja

Le podré solución en breve