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martes, 9 de octubre de 2012

La semilla del diablo




Valoración personal: 10/10.

Ficha técnica:

Título: La semilla del diablo

Título original: Rosemary's Baby

Año: 1968

Duración: 136 min.

País: Estados Unidos

Director: Roman Polanski

Guión: Roman Polanski (Novela: Ira Levin)

Música: Christopher Komeda (AKA Krysztof T. Komeda)

Fotografía: William A. Fraker

Reparto: Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon, Ralph Bellamy, Sydney Blackmer, Maurice Evans, Angela Dorian, Patsy Kelly, Elisha Cook, Charles Grodin

Productora: Paramount Pictures

Género: Terror. Drama. / Sobrenatural. Drama psicológico. Brujería.

¿De qué va?:

Rosemary Woodhouse (Mia Farrow) y su marido, Guy Woodhouse (John Cassavetes), son una joven pareja que se muda a un enorme edificio situado cerca de Central Park. Según dicen las malas lenguas, ese edificio está maldito. Al poco de instalarse en su nuevo piso conocen a los Castevet, un matrimonio de ancianos que se preocupan en exceso por ellos. Las primeras semanas todo parece ir sobre ruedas. Ante un futuro tan prometedor, la pareja decide tener un hijo. Cuando Rosemary se queda embarazada, cada mes que pasa se siente peor físicamente y mentalmente. No tarda mucho en darse cuenta de que la actitud de su marido, de sus vecinos y de todos aquellos que la rodean empieza a ser misteriosa. Desconcertada al recordar malamente que hizo el amor con una extraña criatura en vez de con su marido, la inocente muchacha empieza a preocuparse sobremanera por lo que le pueda pasar a ella y a su futuro hijo.



Comentario:

William Castle era un director y productor de cine especializado como ningún otro en hacer de una película en cartelera un auténtico espectáculo. Si queréis saber más acerca de este realizador amante de los puros, os recomiendo leer el comentario que redacté hace meses sobre la entrañable "La mansión de los horrores" (1959, William Castle), en el cual también encontraréis información relativa a los gimmicks cinematográficos que le hicieron famoso.

"Rosemary's Baby" está basada en la novela del mismo título, la cual fue escrita por Ira Levin. Castle ya se había hecho con los derechos de la misma antes incluso de su publicación, ya que quería dirigirla y producirla para ganarse el reconocimiento de sus compañeros de oficio. La productora Paramount sería la encargada de financiar su proyecto. Eso sí, con la condición de que cobraría el cincuenta por ciento de las ganancias. Además, la cinta no estaría dirigida por William Castle, sino por Roman Polanski. Castle, aunque decepcionado, acabó aceptando el trato y mantuvo su puesto de productor.

El por entonces joven director polaco ya había triunfado en Europa gracias a títulos como "Repulsión" (1965, Roman Polanski) y "El baile de los vampiros" (1967, Roman Polanski). Tras su periplo por el viejo continente arribó a tierras norteamericanas con la intención de dirigir su primer film de origen estadounidense.

El resultado fue una de las mejores películas de terror de la historia y, a su vez, una de esas adaptaciones cinematográficas de una novela que igualan e incluso superan al escrito original. Pocas veces he visto una novela adaptada a la gran pantalla con tal fidelidad y precisión. Sin duda, Polanski no dejó pasar ningún detalle por alto, lo cual fue todo un acierto por su parte, ya que la novela sigue una estructura y un ritmo que si se altera hace que ésta pierda todo su efecto.

Pocas películas me han inquietado tanto como "Rosemary's Baby". Esta producción de finales de los 60 no ha envejecido nada mal. Hoy en día todavía resulta inquietante y no ha perdido parte de su impacto. Gran parte de su efectividad radica, por un lado, en la forma en la que está planteada la historia y, por otro lado, en el uso de la sutileza en un ambiente que acaba degenerando hasta dar paso a una atmósfera malsana y paranoica.

Durante la primera media hora de metraje se nos presentan determinados elementos que sugieren que algo fuera de lo normal está pasando; un pesado armario que ha sido desplazado, plantas aromáticas por todas partes, la conversación sobre la visita del Papa, los Castevet colmando a sus nuevos vecinos de atenciones, etc... Dichos elementos sólo los captamos nosotros, los espectadores, y se nos sugestiona de tal manera que pensemos que algo extraño encierra ese apartamento al que decide mudarse la pareja protagonista. Así mismo, el hecho de que se diga que el edificio está maldito hace que estemos sugestionados por tal afirmación, sea en realidad cierta o no.

Poco a poco, según avanza la trama, Rosemary se percata al mismo tiempo que el espectador de que algo misterioso y amenazante se está cerniendo sobre ella y sobre su futuro retoño. Es en ese momento cuando conectamos y empatizamos completamente con ella, ya que no somos capaces de poder ver o saber algo que no vea o sepa la propia protagonista, lo cual es todo un acierto. Y es que, como suelo decir bastante a menudo, no hay nada que dé más miedo que lo desconocido.

¿Es Rosemary víctima de una conspiración o todo es fruto de su propia paranoia? Tanto el espectador como Rosemary averiguarán la respuesta a dicha incógnita en el clímax de la película, el cual cuenta con un humor negro y con unas imágenes que a buen seguro nos dejarán mal cuerpo y un recuerdo imborrable.

Pocos films del género han hecho un uso de la sutilidad en pos de lo explícito con tal maestría. En "Rosemary's Baby" no vemos ningún monstruo, ni ríos de sangre, ni demás fuegos artificiales. Al menos, claro está, de forma explícita. Como decía unas cuantas líneas más atrás, sólo vemos y sabemos lo que la protagonista ve y sabe, y es a partir de sus reacciones y de sus acciones con lo que el espectador da rienda suelta a su imaginación.

La historia no se desarrolla en el interior de un oscuro castillo, ni, tampoco, en un viejo y destartalado caserón del siglo XIX. Los escenarios propios del cine de terror gótico son sustituidos por el interior del apartamento de los Woodhouse. Gracias al impecable trabajo de fotografía, el cual estuvo a cargo de William A. Fraker, las distintas estancias están muy iluminadas con un tono que hace que lo que veamos en pantalla contraste con lo que se nos narra. Lo mismo se puede decir de las escenas filmadas en el exterior, en las calles atestadas de gente y tráfico de Nueva York. El hecho de que sea posible la existencia de algo sobrenatural en un entorno cotidiano y familiar refuerza el grado de inquietud del film. No importa adonde vaya Rosemary, ya que ningún lugar parece seguro.

Los mitos y leyendas en torno a la película no son pocos. Es más, muchos no dudaron en afirmar que estaba maldita. 

La novela original de Ira Levin estaba basada en el edificio Dakota. Curiosamente, el edificio que aparece en el film, llamado edificio Bramford, es en realidad el mismísimo Dakota. La verdad es que uno no sabe muy bien qué pensar acerca de este infame edificio ante el que fue asesinado John Lennon.

Mia Farrow estaba casada desde 1966 con uno de los mejores cantantes del siglo XX, el gran Frank Sinatra, y recibió los papeles de divorcio en medio del set de rodaje. Peor aún es lo que le pasó a William Castle. Tras finalizar la producción, cayó enfermo y tuvo que ser hospitalizado. El compositor de la banda sonora, Krzyzstof Komeda, quien aquí realizó un excelente e inolvidable trabajo, murió tras el rodaje. No fue el único en morir. Sharon Tate, la esposa de Roman Polanski, fue asesinada por la secta liderada por Charles Manson, y en las paredes de su casa de Los Ángeles fue grabado en sangre el título de la canción de los Beatles "Helter Skelter", lo que nos lleva de vuelta al asesinato de John Lennon ante las puertas del edificio a finales de 1980. 

Incluso durante un tiempo circuló el rumor de que Anton LaVey, el fundador y líder de la Iglesia de Satán, colaboró activamente con Polanski en la elaboración del film. Hasta se dijo que fue LaVey quien se enfundó el traje de demonio en la escena onírica en la que Rosemary es violada. Sobra decir que todos estos rumores sobre el autor de la Biblia Satánica son falsos.

De lo que no hay ninguna duda es de que estamos ante una obra maestra del cine en general y del cine de terror en particular. Al igual que otros títulos de finales de los 60, como, por ejemplo, "Bonnie & Clyde" (1967, Arthur Penn), "Easy Rider" (1969, Dennis Hopper) y "La leyenda del indomable" (1967, Stuart Rosenberg), "Rosemary's Baby" abrió las puertas de par en par al Nuevo Hollydood, una nueva edad dorada del cine estadounidense caracterizada por ofrecer historias de marcado tono pesimista y, al fin y al cabo, realista.

Imágenes:





























5 comentarios:

Raúl Calvo dijo...

Aparte de comentar que las leyendas y rumores sobre esta película me parecen absurdos aunque divertidos, tengo un recuerdo agridulce relacionado con esta peli: a mí me encanta y me parece un clasicazo (ya lo dije en mi blog), pero recuerdo que cuando la puse en el instituto (con 16 años o así) un día, todos se aburrieron mucho, ¡solo me gustó a mí (que la había llevado)! Hasta la universidad no encontré gente a la que también le encantaba esta película (y eran fanáticos del cine).

Mustangcillo dijo...

Ains, Raül... si es que como se te ocurre ponerle esa peli a un grupo de chavales de 16... A la inmensa mayoría de los chicos de esa edad lo único que le van son las pelis con argumentos ultraexplicaditos y en las que no paran de pasar cosas minuto tras minuto. Y si esas cosas son sangrientas, mejor.

El Tipo de la Brocha dijo...

Obra maestra y una de mis películas de terror favoritas. La atmósfera es acojonante y eso que, como tú dices, la ambientan en un apartamento y no en un viejo caserón encantado. Sencillamente genial.

Miyu dijo...

Me encanta ésta peli, es simplemente genial!!! Me gustó mucho porque es como más psicológica que simplemente "de terror". Para mí, una obra maestra, indispensable, sin duda ^^

LittleEiko dijo...

¡Holas! ADORO esta película, me encanta y es de mis favoritas, tan inesperado todo lo que ocurre, aunque ya te lo hueles, precisamente por eso de que sólo ves lo que ella ve, lo que consigue una rápida empatización con ella y que tú mismo intentes pensar qué pasa, porque te ves en su misma situación.

Siempre me encanta el empiece: una pareja joven, feliz e ilusionada, que tiene en proyecto toda su vida por delante... y que todo lo que les acaba pasando y el cariz que toman las cosas hace que pienses que la vida puede ser cruel y sádica a veces. La actriz que hace de Minny ganó un Óscar por su interpretación porque es soberbia (corrígeme si me equivoco).

Lo del divorcio hacia Mia lo sabía, es más, parece ser que la escena en la que sale llorando con sus amigas estuvo rodada justo tras conocer la noticia, porque la propia Mia insistió en que le ayudaría a que fuera más palpable el sufrimiento de Rosemary. El Sr. Sinatra no quería que su esposa trabajase y que se quedara en casa, pero ella siguió adelante y me alegro.

Una peli con mucha leyenda y habladurías a la espalda, pero que es digna de ser vista por el enfoque de la misma. No sé si hicieron más pelis porque la historia continúa ¿las has visto en el caso de que sí?