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lunes, 1 de octubre de 2012

La noche de los muertos vivientes




Valoración personal: 10/10.

Ficha técnica:

Título: La noche de los muertos vivientes

Título original: Night of the Living Dead

Año: 1968

Duración: 96 min.

País: Estados Unidos

Director: George A. Romero

Guión: John A. Russo & George A. Romero

Música: Scott Vladimir Licina

Fotografía: George A. Romero (B&W)

Reparto: Judith O'Dea, Duane Jones, Marilyn Eastman, Karl Hardman, Judith Ridley, Keith Wayne, Kyra Schon, Russell Streiner, S. William Hinzman, George Kosana, George A. Romero

Productora: Image Ten / Laurel Group / Market Square Productions / Off Color Films

Género: Terror. / Gore. Zombis. Película de culto. Cine independiente USA.

¿De qué va?:

Barbra (Judith O'Dea) y su hermano llegan a un cementerio situado a cientos de kilómetros de cualquier ciudad con la intención de visitar la tumba de su padre. Antes de que anochezca, Barbra es atacada por un hombre misterioso que se mueve de una forma bastante peculiar al caminar. Su hermano la defiende; pero, desafortunadamente, pierde el equilibrio, se cae golpeándose la cabeza contra una tumba y muere. Barbra huye despavorida del cementerio y llega a una solitaria casa de campo que parece estar deshabitada. Una vez dentro, entra en estado de pánico al encontrarse con un cadáver en pleno estado de putrefacción. Segundos después, llega un segundo visitante, llamado Ben (Duane Jones), quien asegura haber sido atacado por seres humanos que parecían estar muertos y, al mismo tiempo, con vida. Sin saber muy bien qué es lo que está pasando, ambos deciden guarecerse en el interior de la vivienda hasta que la situación en el exterior se estabilice. Lo que ni Ben ni Barbra saben es que no son las únicas personas que se hallan dentro. A medida que pasan las horas y la noche se torna más oscura, el número de muertos vivientes en torno a la casa irá aumentando...



Comentario:

¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya de este clásico absoluto del cine de terror? Creo que no existen blogs y webs sobre el género en los que no se haya hablado a fondo de ésta, la ópera prima de George A. Romero y, a su vez, la primera película en donde fue presentado el zombie moderno.

Antes de nada, he de aclarar un pequeño detalle. "La noche de los muertos vivientes" no es la primera película de zombies de la historia. Hasta entonces, se habían hecho bastantes películas ubicadas dentro del subgénero zombie. De entre todas ellas destacaría "White Zombie" (1932, Victor Halperin), considerada por muchos como la primera película sobre zombies de la historia, la onírica "Yo anduve con un zombie" (1943, Jacques Tourneur) y la hammeriana "La plaga de los zombies" (1966, John Gilling). En estas películas, así como en otras añejas producciones que no he comentado en este ciclo de cine de terror, los zombies se nos presentaban como muertos vivientes relacionados con el vudú antillano, los cuales volvían a la vida por medio de la magia negra y servían a un malvado hechicero que, además de reanimarles, les controlaba. Por lo tanto, los zombies ya existían.

Lo que hizo George A. Romero fue reinventarlos o, mejor dicho, redefinirlos. La principal novedad es que eliminó cualquier relación con el vudú. Así mismo, dejarían de estar controlados por un hechicero. Los zombies de Romero y, dicho sea de paso, la mayoría de los que vendrían después eran muertos reanimados a causa de un virus o de la radiación. También eran seres independientes y sin memoria, sentimientos o emociones, que se movían con un único objetivo en mente: alimentarse de carne viva. Este instinto primario es la principal diferencia entre el zombie clásico, también conocido como zombie pre-Romero, y el zombie moderno o post-Romero. A todo esto, no deja de resultarme curioso que los personajes de esta película no se refieran a los muertos vivientes como zombies, sino como "ghouls", que, en castellano, significa necrófago.

Partiendo de la novela de Richard Matheson "Soy Leyenda", y de películas clásicas sobre muertos vivientes, Romero y John A. Russo escribieron un guión simple pero efectivo. Así mismo, es innegable la influencia de films como "The Last Man on Earth" (Sidney Salkow, Ubaldo Ragona) y, sobre todo, "El carnaval de las almas" (1962, Herk Harvey).

La película fue rodada de manera independiente y a muy bajo costo, con un modesto presupuesto de unos 114.000 $. Dicho presupuesto fue aprovechado filmando la película en blanco y negro. Esta decisión, lejos de restarle puntos al film, fue todo un acierto. La fotografía en blanco y negro le da a la cinta un tono similar al de un documental que hace que lo que veamos en pantalla resulte realista, lóbrego y escalofriante. Así mismo, el hecho de presenciar escenas muy sangrientas en blanco y negro hace que uno vea a esta producción como un puente entre el cine clásico de terror y el contemporáneo.

Romero y su equipo tuvieron bastantes problemas a la hora de encontrar un estudio que accediera a distribuir el film. La mayoría de las grandes compañías se negaban porque pensaban que una producción en blanco y negro a finales de los 60 no tendría éxito. En la American International Pictures (AIP) les dijeron que distribuirían el film si se añadían más escenas románticas y, también, si el triste final era sustituido por otro más feliz; pero Romero se negó en rotundo. Finalmente, lograron encontrar un estudio que se ocuparía de la distribución, el cual le otorgó a la cinta su título definitivo. Y es que, inicialmente, la película se tituló "Night of Anubis", posteriormente pasó a llamarse "Night of the Flesh Eaters" y, finalmente, "Night of the Living Dead".

La primera vez que vi esta película fue una noche en la que se emitió por televisión. Por aquel entonces, yo debía de tener entre 10 y 12 años. Tras verla, quedé fascinado y, al mismo tiempo, horrorizado ante lo que acababa de presenciar en la pantalla de mi viejo televisor de tubo. Algunas escenas me impactaron sobremanera y me provocaron una sensación de pavor inolvidable. De hecho, confieso que esa noche no pude dormir.

Lo que más me llamó la atención fue la forma en que un pequeño grupo de gente intentaba sobrevivir como buenamente podían en un espacio reducido y claustrofóbico ante una amenaza de origen desconocido.

Los personajes de "La noche de los muertos vivientes" son personas normales y corrientes, ciudadanos de clase media con sus defectos y virtudes. Desgraciadamente, con más defectos que virtudes. Los pocos humanos que se encuentran en el interior de la vivienda  han sido obligados a colaborar entre ellos en una situación límite para poder continuar con vida. Es en este tipo de situaciones desesperadas cuando el ser humano saca a relucir su peor cara. El principal problema es que al pensar de forma distinta y siendo esclavos de su propia testarudez, acaban enfrentándose entre ellos en vez de colaborar para poder vivir un día más.

Los zombies no son malos. Simplemente son seres lentos, sin mente y sin capacidad de raciocinio, movidos únicamente por el hambre. Igualmente, los humanos no son precisamente buenos. Son seres vivos movidos básicamente por el instinto de supervivencia. Al desesperarse, no piensan con claridad y eso hace que no sean muy distintos de los necrófagos que se agolpan ante la puerta principal. A medida que aumenta la desesperación y el descontrol en el interior de la casa, aumenta el número de muertos vivientes en el exterior.

Me encanta la escena inicial, la cual está acompañada de unos acordes deliciosamente tétricos que podéis escuchar pinchando justo aquí. Dicha escena, mítica a más no poder, está protagonizada por Barbra y su hermano. Este último será quien diga la famosa frase de "They're coming to get you, Barbara, there's one of them now!", la cual es recordada por todo buen fan del subgénero que se precie.

Tras huir del cementerio y entrar en la casa, el nivel de histeria de Barbra irá aumentando hasta el punto de acabar comportándose como una demente, como una mujer florero que se limita a permanecer sentada en un sofá, delirando y diciendo cosas incoherentes. De esta forma, Bárbra cede el papel protagónico a Ben, quien hace mucho más que ella y las demás mujeres por defender el improvisado refugio de los devoradores de carne. Muchos han tachado a esta película de machista por la forma en que Romero nos muestra a las mujeres, como si fueran poco más que un lastre para el resto de personajes.

Los pensamientos de Ben se contraponen totalmente con los del señor Cooper (Karl Hardman). Ben es calmado, decidido, valiente y, lo más importante, se preocupa por lo que le pueda pasar a sus compañeros, aunque a medida que avanza la historia irá perdiendo la paciencia hasta el punto de actuar primero y pensar después. Cooper, por el contrario, se nos presenta desde un principio como un tipo arrogante, cobarde, egoísta, racista y machista, lo cual se nota en la falta de respeto hacia su involuntario compañero de tez negra y hacia su mujer, quien se halla encerrada junto a su hija en el sótano de la casa. Según Cooper, el sótano es el único lugar seguro.

La forma de ser de Cooper hace que uno no le dé la razón de buenas a primeras; pero lo cierto es que sí la tiene. En el sótano lo único que tendrían que proteger es una puerta, la cual está bien protegida y asegurada gracias a unas tablas colocadas de forma horizontal al otro lado de la misma. En el salón principal tienen que estar pendientes de los distintos puntos de acceso. Curiosamente, el espectador tiende más a fiarse de Ben que de Cooper, ya que su forma de afrontar la situación es menos crispante que la del gruñón padre de familia.

Ya que hablo de Ben, considero oportuno mencionar que mucha gente ha visto en este film una crítica en contra del racismo. No olvidemos que estamos ante una producción de 1968. De aquella era muy raro ver a un afroamericano como estrella de la función, y el racismo era un tema, cuanto menos, candente. Así mismo, mucha gente ha visto en las películas sobre zombies de Romero una crítica hacia el capitalismo y la sociedad de consumo; crítica que se acentuaría en su secuela, "Zombie, el amanecer de los muertos vivientes" (1978, George A. Romero), en la tercera entrega, "El día de los muertos" (1985, George A. Romero), y en la cuarta, "La tierra de los muertos vivientes" (2005, George A. Romero).

Sin embargo, el propio Romero no se cansa de afirmar que lo único que quería era hacer una película de terror sin mayores pretensiones que las de divertir y atemorizar a los espectadores. Es más, él mismo afirmó que el hecho de que el protagonista fuera afroamericano no tenía nada que ver con la situación política del momento ni, tampoco, con la lucha por los derechos civiles. El protagonista era afroamericano porque Duane Jones fue el mejor actor que se pasó por el casting.

De todas formas, y como bien señala Raül en su excelente comentario titulado "George A. Romero, señor de los muertos vivientes", estamos ante una película que refleja de forma inconsciente la sociedad estadounidense de finales de los 60. Romero niega las segundas lecturas y estudios que muchos han hecho de éste, su primer film; pero, aun así, eran temas que, como a cualquier americano de la época, le preocupaban. Sin duda alguna, estamos ante una producción hija de su tiempo.

La película se estrenó en Estados Unidos en octubre de 1968, seis meses después de la muerte de Martin Luther King, y no tuvo éxito. Por un lado, muchos críticos de mentalidad anticuada la criticaron únicamente por sus altos niveles de canibalismo y gore. Por otro lado, una pequeña minoría de gente la consideró una película innovadora y original que sentaría cátedra de cara a futuros cineastas. Esta pequeña minoría no andaba muy desencaminada, ya que el film se convirtió en todo un referente para directores como Peter Jackson, John Carpenter, David Cronenberg o Sam Raimi.

El nivel de violencia y truculencia de "La noche de los muertos vivientes" era realmente rupturista en relación a lo que las audiencias estaban acostumbradas a ver.

Herschell Gordon Lewis ya había ofrecido exhibiciones de sangre y vísceras en "Blood Feast" (1963, Herschell Gordon Lewis) y en otras de sus delirantes producciones; pero lo cierto es que éstas no contaban con una historia que pudiera tomarse en serio ni, tampoco, con argumentos que justificaran el uso continuado de la violencia. En "La noche de los muertos vivientes" los elementos violentos y macabros están totalmente justificados. La sangre y la violencia no se muestran porque sí, y la prueba irrefutable de ello es que hoy en día los trabajos de Gordon Lewis resultan graciosos y, por el contrario, la ópera prima de Romero no ha perdido gran parte de su impacto. En resumen, si Gordon Lewis creó el gore y los espectáculos de tripas, Romero dio el pistoletazo de salida al cine de terror explícito, sin sutilezas.

A lo largo de la cinta hay secuencias bastante sórdidas, como aquella escena en la que la niña resucita como un zombie en el sombrío sótano de la casa, así como el clásico momento en el que las manos de los zombies intentan abrirse paso a través de la madera y el cristal. Por supuesto, no me puedo olvidar del final, el cual me deja mal cuerpo cada vez que lo veo. Lo que está claro es que supone un broche de oro al mensaje negativo presente desde un principio y, también, al tono pesimista y lúgubre que impera en todo momento.

Así mismo, el argumento nos deja bien claro una de las constantes del subgénero: el peligro no son los zombies, sino los seres humanos que continúan con vida. Ellos son los muertos vivientes que, muy a su pesar, continúan viviendo en un mundo que ya no les pertenece. El verdadero enemigo es, por lo tanto, uno mismo.

Años después, a principios de los 70, el film arribó en tierras europeas, en donde fue un éxito. Tras esto, se reestrenó en Estados Unidos, y fue entonces cuando triunfó en tierras norteamericanas tanto a nivel de crítica como de público. A día de hoy, "La noche de los muertos vivientes" está preservada en el Registro Cinematográfico Nacional. En 1999 el gobierno estadounidense declaró esta película como "culturalmente significativa" y el American Film Institute la incluyó en la lista de las 100 mejores películas de todos los tiempos, ocupando el puesto 93.

Estamos pues, ante una película que, al igual que "Psicosis" (1960, Alfred Hitchcock), "El héroe anda suelto" (1968, Peter Bogdanovich) y "La semilla del diablo" (1968, Roman Polanski), redefinió el género del horror. 

Si en 1968 Stanley Kubrick revolucionaba la ciencia ficción con la espectacular "2001: Una odisea del espacio" (1968, Stanley Kubrick), Romero hacía lo mismo en el terror con "La noche de los muertos vivientes", una de las películas más importantes de la historia del cine. Imprescindible.

Imágenes:





























8 comentarios:

Raúl Calvo dijo...

¿Me confundo o ya habías comentado esta película antes? En todo caso, gracias por la mención.

Hace poco leí un libro llamado Undead, es un volumen que recoge la novelización que escribió John A. Russo de La noche y, más interesante aún, la segunda parte que nunca se filmó y que Russo también convirtió en novela a partir de su guion. Años más tarde el proyecto de Russo se acabaría convirtiendo en el clásico de Dan O'Bannon El regreso de los muertos vivientes, pero la novela que Russo escribió es muy, muy diferente y tiene algunos puntos muy interesantes ya que se trata de una continuación directa de La noche. El libro además contiene una interesante intro de Russo en la cual cuenta detalles sobre la creación de la película de Romero y el origen de la historia. Los que hayan leído la serie de cómics sobre La noche y sus secuelas también escrita por Russo (y que me hace bastante gracia) se podrán hacer una idea de lo que les espera en el libro.

Mustangcillo dijo...

Pues no, no la había comentado antes, jeje. De nada, tu artículo es de obligada lectura, ya que explicas mucho mejor que yo la forma en que Romero estaba influido por la realidad social de finales de los 60.

Tomo nota, la verdad es que ese libro tiene una pinta realmente interesante.

Einer dijo...

Qué pedazo de entrada y qué pedazo de película. Es difícil añadir nada a lo que ya habéis dicho. Sólo diré que el personaje de Barbra es con mucha diferencia el que más ha conseguido exasperarme en una película.

Y el final, como comentas, te deja con mal cuerpo. Es lo que demuestra definitivamente que los vivos son tan peligrosos como los muertos vivientes.

Un saludo.

El Tipo de la Brocha dijo...

Imprescindible para cinéfilos, porque lo que es para quienes hayan crecido viendo películas más modernas... o saben apreciar lo que supuso, o les parecerá un rollo.

Mustangcillo dijo...

@Einer: muchas gracias. Te comprendo... Según me contaron, el personaje de Barbra estuvo interpretado por una mujer que no era ni actriz, sino secretaria... Romero se fijó en ella por... por algo, no lo sé, jaja.

@El Tipo de la Brocha: uf... qué me vas a contar. Hace unos años una amiga la puso en su casa en Halloween. Éramos muchos, y la gran mayoría de los allí presentes se mondaban de risa ante lo que veían en pantalla. Decían cosas como que era muy cutre, que estaba muy mal hecha y demás sandeces propias de alguien con poca cultura cinematográfica o audiovisual... Joder, ¿¡qué coño se esperan de una peli de finales de los 60 hecha con un presupuesto de 114.000 $? ¿Una película de zombies con una calidad visual como la de Avatar? Por lo visto, no sabían ver más allá de los efectos especiales y la juzgaban como si fuera una película de hace pocos años. Triste, muy triste. Y, la verdad, es una lástima que haya tanta gente así...

Txema SG dijo...


Grandísima película la verdad, y para mi no ha envejecido nada mal.

Romero creó, lástima de sus últimas dos películas ufff.

Anónimo dijo...

Creo que esta pelicula no estaba registrada o algo asi y que cualquiera podria hacer una version de la pelicula sin temor a que los abogados de Romero te pusieran dos docenas de demandas. De hecho Tom Savini hizo una version en color que no llega a la calidad de la original pero que es muy digna y entretenida.

José Andrés dijo...

Esta peli es todo un clásico que, como el buen vino, mejora con el paso de los años.
Imprescindible.