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sábado, 21 de mayo de 2011

Batman: Tierra de Nadie


A finales de los años 90 el panorama del cómic americano comenzaba a mejorar, concretamente el género superheroíco, recuperando conceptos clásicos que a lo largo de la década se habían ido olvidando en pos de otros que no pegaban ni con cola con determinados personajes... Batman no se salvaba de la criba, ya que aunque tras Crisis en Tierras Infinitas el Hombre Murciélago vivió una de sus mejores etapas gracias a guionistas como Miller, Moore, Morrison o Alan Grant, fue cuando sucedió todo el percal aquel de La Caída del Murciélago cuando sus distintas series regulares se fueron al garete. Tras esto, se realizaron unos epílogos titulados Pródigo y Troika, que al menos se dejaban leer, entretenían y transmitían al lector cierto aire de esperanza de que todo volvería a ser como antes.


Sin embargo, en DC decidieron hacer de Batman un superhéroe metido en grandes problemas que no podría solucionar facilmente, al menos no a corto plazo. Problemas como que una peste asolara Gotham, como se pudo ver en las sagas Contagio y Legado; o que un terremoto se produjese en Gotham, fenómeno natural visto en los preludios al macro evento argumental entre las distintas series de Batman del que hablaré en este artículo, preludios titulados Cataclismo y Réplicas, respectivamente. Asi que en DC, no contentos con haber visto a Batman con la espalda rota a la vez que era sustituído por un estúpido Ciber-Hombre Murciélago, o a Batman y compañía combatiendo a un enemigo vírico que al final no resultó ser tan invisible, decidieron con Cataclismo hacer algo así como "la madre de todos los desastres". Esto era, como acabo de decir, un terremoto que dejó a Ghotam, literalmente, patas arriba.

Fue en Cataclismo donde pudimos ver los efectos que el terremoto producía en Gotham, así como conocer a "nuevos" personajes como el enigmático Quakemaster; y fue en su epílogo titulado Réplicas donde contemplamos con más detalle y un poco menos de acción las consecuencias de dicho terremoto, con la gente intentando sobrevivir, con Batman, Robin y otros realizando tareas de rescate como si fuesen bomberos, o como la población de Gotham abandonaba la destrozada ciudad en inmensas riadas de gente. Cataclismo se inició en 1998, y fue en 1999 cuando tras Réplicas comenzó la nueva macro saga con "Ruta hacia Tierra de Nadie", que claramente era un preludio ya más intrínsecamente relacionado con Tierra de Nadie (que Planeta DeAgostini no la introdujese en el segundo coleccionable Batman no tiene perdón de dios... Veremos si en el actual coleccionable se dignan a incluirla).

Tierra de Nadie es, como ya he dicho, un macro evento o macro saga (llámenlo como quieran) entre las distintas colecciones de Batman. Si bien y a diferencia de Contagio y Legado no se produce un crossover en el que también están incluidas las distintas colecciones de los aliados de Batman (Robin, Nightwing, Azrael, Catwoman, etc.), en estas últimas nos podemos encontrar con historias también relacionadas con la ciudad en ruinas en que se ha convertido Gotham. Historias que no son en absoluto imprescindibles para seguir los pasos de Batman, ya que entre los distintos componentes de la Batfamilia, entre sus colecciones mejor dicho, existe una clara individualidad. Asi que este artículo se centra en lo que le aconteció al Caballero Oscuro en sus colecciones de 1999, que eran las antiguas Detective Comics y Batman, así como otras creadas a principios de la década de los 90 como Shadow of the Bat y Legends of the Dark Knight, siendo esta última una colección que en un principio nos relataba aventuras de Batman en otros tiempos, pero que ahora se unía a las demás para formar parte de este demoledor (y nunca mejor dicho) evento.

Aislada del resto del mundo, de nada sirve la intervención de Bruce Wayne en el senado de los Estados Unidos, ya que Gotham acaba siendo condenada y sobre todo ignorada por su propio país, convirtiéndose en, como indica el nombre del evento, Tierra de Nadie. Esto quiere decir que la ciudad que era antes Gotham ahora no es más que un páramo en ruinas en el que reina la anarquía, el salvajismo y el caos, viéndose esta rodeada por un muro flanqueado por fuerzas militares y con las aguas minadas para que los que se quedaron atrapados en la ciudad no puedan escapar de ella. Un páramo que ya no forma parte de los Estados Unidos de América ni de ningún otro país, en el que bienes como el dinero y las joyas dejan de tener valor en pos de otros bienes, desde un par de pilas hasta munición; y en donde las distintas zonas de la ciudad son dirigidas por distintos grupos, desde lo que queda del departamento de policía, pasando por grupos de pandilleros, hasta los más retorcidos villanos... Y Batman, claro está.

A pesar del gran número de personas que abandonaron Gotham, no todas pudieron llevar a cabo dicha huida de la ciudad arrasada por el super terremoto, y entre ellas se incluyen tanto gente buena como gente malvada (que por desgracia estos últimos son los que tienen mayor presencia en una ciudad como Gotham). Está claro que personajes tan ligados a Gotham como Batman y sus compañeros (su fiel mayordomo Alfred, Robin, Oráculo, Nightwing, etc.) no iban a abandonar la ciudad, ni tampoco otros que caminan por encima de la ley como el comisario Gordon, que dadas las circunstancias ha de caminar no únicamente por encima de la ley y la justicia, pues en Gotham ahora se habla otro idioma muy distinto, el idioma basado en la ley natural de "sólo sobrevive el más fuerte".

¿Y qué decir de los villanos tan propios de Batman como Dos Caras, el Espantapájaros, Hiedra Venenosa, Cara de Barro, etc...? En Tierra de Nadie todos se dan cita, tanto los villanos locos de Arkham como los no tan locos de la prisión de Blackgate. En ruta hacia Tierra de Nadie vemos como dos capítulos se centran en el famoso sanatorio de Gotham, el asilo Arkham, y en cómo, y a pesar de no haberse derrumbado por el terremoto, cada vez cuenta con menos personal ya que lógicamente los que trabajan allí deciden abandonar la ciudad. No es el caso del doctor Arkham, que finalmente y dejándose llevar por la locura a la par que por una cuestión moral libera a todos los prisioneros del lugar, que no son otros que los peores enemigos de Batman.

Esta huída la vemos a través de unos capítulos centrados en torno al doctor Jeremiah Arkham, en donde la presencia de Batman brilla por su ausencia y en donde muchas cosas parecen lo que no son. Una vez Gotham es nombrada Tierra de Nadie y con todo el repertorio de pintorescos villanos sueltos por las calles, el verdadero infierno y la lucha territorial da comienzo, todo en una Gotham que se ha visto arrastrada a una especie de "neo Edad Media". Lo peor es la ausencia de Batman, que permanece desaparecido al principio de Tierra de Nadie, siendo esto algo que Gordon y sus pocos y fieles compañeros de policía notan hasta el punto de que el comisario no quiere oir dicho nombre, al igual que villanos como el Ventrílocuo y su terrible muñeco Scarface, que tienen al igual que el resto de personajes su propio territorio en la ciudad recién bautizada como Tierra de Nadie. Es contra el Ventrílocuo con quien Batman comienza su cruzada, una cruzada como nunca antes se ha visto, en la que no le queda otra que poner orden en el escenario en el que se ha convertido su querida ciudad, y todo claro está, debido a la promesa que hizo de pequeño frente a la tumba de sus padres. Esto es, hacer de Gotham un lugar mejor para que lo que le ocurrió a sus queridos y difuntos padres no les pasara a otros...

Mientras los aliados del Caballero Oscuro ayudan aportando su granito de arena, Batman gana terreno de forma considerable ayudado por una misteriosa y nueva Batgirl, además de por la Batgirl original que desde hace unos años permanecía en silla de ruedas por culpa del Joker, asumiendo la identidad y nombre en clave de Oráculo. Batman también es ayudado de una forma bastante indirecta por los hombres del departamento de policía de Gotham liderados por Gordon, que al igual que villanos como el Pingüino, Dos Caras o bandas como los Diablo o los Xhosa luchan por sus propios terrenos, los cuales amplian siempre que es posible. Otros como Hiedra Venenosa se mantienen en una posición de relativa neutralidad, ocupando determinadas zonas como el parque central que ésta ocupa, zonas en las que si uno entra, no sale con vida... A no ser que uno sea alguien como Cara de Barro.

El caso es que en Tierra de Nadie, y a diferencia de otros eventos de Batman en los 90, vemos a un Batman que no sólo se encuentra rodeado de una situación que se le escapa de las manos en donde prima la acción, y en la que los hechos se solucionan prácticamente solos con el único final posible (y previsible) como se vió en Contagio y Legado, no; en esta macro saga tenemos al Batman más típico y detectivesco que, sin perder su esencia como personaje de la misma forma que no pierde sus principios (tanto como de personaje como morales), demuestra con creces quién y cómo debe de ser Batman, el personaje de Batman, algo que se olvidó durante esta década con unos resultados algo o bastante cuestionables.

Los autores de Tierra de Nadie son tantos como los distintos grupos que invaden el terreno que antes ocupaba Gotham City... Desde veteranos relacionados con Batman como Chuck Dixon, hasta nuevos guionistas como Greg Rucka y dibujantes como un primerizo Alex Maleev, dibujante que aquí es sólo una sombra de lo que sería, y que ya apuntaba maneras de como acabaría siendo demostrando con muy buenos resultados sus dotes al dibujo en Marvel, concretamente en Daredevil. De todo el popurrí de guionistas que se suceden los unos con los otros durante el evento, he de destacar al recién llegado Greg Rucka, un escritor de novela negra que maneja a Batman de una forma más que notable, ofreciendonos una sucesión de historias que en la recta final de Tierra de Nadie alcanzan bajo su tutela su máximo esplendor, además de tratar e ir definiendo como nadie a lo largo de la historia a personajes como el comisario Gordon, Dos Caras, o el propio Batman, con los que parece estar bastante agusto a la hora de dictar sus acciones, puesto que les da un trato que les hace justicia, devolviéndoles de esta forma a todos ellos la esencia como personajes perdida durante los 90.

Pero no sólo en Tierra de Nade nos encontramos con historias que giran en torno a la figura de Batman u otros conocidos como Gordon, también nos encontramos de vez en cuando con historias autoconclusivas bastante buenas en las que la ausencia de estos personajes y, sobre todo la de Batman, brillan por su ausencia. A destacar aquella que tiene como protagonista a un anciano que reside en Gotham desde los tiempos inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial, y que ahora se siente como si volviese aquel terrible conflicto en el que participó hasta las puertas de su hogar. Sin duda, y a pesar de que se nos muestre a tanta escoria gothamita, en Gotham también existe la esperanza, sea en forma de los niños inocentes, o de la buena gente que no pudo abandonar Gotham o se sintió incapaz de hacerlo por cuestiones morales, como bien demuestra un hombre de raza negra que no duda en jugarse el pellejo a la hora de rescatar o incluso sacar de Gotham a los residentes inocentes que pueblan las manzanas de la parte de la ciudad en donde vive. En Tierra de Nadie también queda claro que una máscara no es sólo lo que hace a un héroe, como podemos ver gracias a estos ciudadanos de lo que quedó de Gotham, de la parte buena de Gotham, mejor dicho.

Puede que muchos se pregunten como es posible que un macro evento como este funcione, teniendo en cuenta que parte de una premisa tan absurda como la de un terremoto en la costa Este de Estados Unidos, y más que tenga lugar en un universo ficticio como es el de DC. Porque claro, no podemos olvidar que esta historia se desarrolla en un universo en el que Batman coexiste con otros superhéroes como Wonder Woman, Green Lantern o Superman, y el que no reciba ayuda de éstos es algo cuanto menos, cuestionable. La respuesta está en que Batman no necesita, es más, no precisa la ayuda de éstos superhéroes, como bien demuestra la visita no una, si no en dos ocasiones del Hombre de Acero (Superman) a Tierra de Nadie. Superman llega con la intención de ayudar, con la idea de que gracias a él la situación mejorará rápidamente. Sin embargo, Batman le pide que se largue de su ciudad. Superman queda tan atónito como el lector menos avispado, y es que al poco rato de estar en Gotham a Superman le queda claro que a pesar de todos sus superpoderes, lo único que lograría en Gotham con su ayuda sería desequilibrar la balanza entre el bien y el mal y arruinar todo el arduo trabajo de Batman. De esta forma, en Tierra de Nadie asistimos a dos historias en las que el lector puede ver de primera mano las diferencias y similitudes entre el poderoso visitante proveniente de Metrópolis y el defensor oscuro de Gotham o, mejor dicho, de Tierra de Nadie.

Que una premisa como un desastre de tal magnitud funcione es todo gracias a los guionistas, que en este macro evento se pusieron las pilas de buena manera, no sólo en la complicada sucesión de arcos argumentales que conformaban el evento, si no también en la evolución de ciertos personajes o incluso en la creación de otros nuevos, como la arlequín y amante del Joker Harley Quinn, terrible villana que llegaba no precisamente en el mejor momento de la vida de Batman. Siendo un personaje creado para la serie animada de Bruce Timm de Batman y cuya presencia en dicha serie tenía como objetivo contrarrestar la personaldad psicópata del Joker de cara a un público infantil, Harley Quinn debutó en el papel en un cómic ambientado en el universo animado de DC, cómic guionizado por su creador, Paul Dini. Este guionista, arropado por las peticiones por parte de los fans de que dicho personaje formara parte de la continuidad oficial de Batman, decide incluir a Harley en dicha continuidad justo cuando los eventos de Tierra de Nadie están llegando a su recta final en un especial guionizado por él mismo, especial en el que no sólo asistimos a la primera aparición oficial de Harley en el Universo DC, si no también a su origen y primeriza relación con Hiedra Venenosa, quien le otorga sus acrobáticas habilidades.

Y hablar de Harley Quinn y no hablar del Joker en este artículo sería un crimen, aunque no tan grande como el crimen que lleva a cabo el Príncipe Payaso del Crimen en este macro evento. En un principio, y desde su escape de Arkham junto con el resto de enfermos mentales, el Joker permanecía desaparecido, en paradero desconocido... Pero como se suele decir, las cosas buenas bienen al final, y es que gracias al citado guionista Greg Rucka asistimos a uno de los golpes más duros del Joker, su crimen más terrible desde el que cometió en La Broma Asesina, entre otros igual de importantes. Está claro que el Joker es el peor enemigo de Batman, y en esta historia, aunque en un principio uno no le tome muy en serio, acaba demostrando con creces que es, sin lugar a dudas, el peor enemigo de Batman y por lo tanto, un villano a tener muy en cuenta a pesar de su aparente desequilibrio mental.

En definitiva, Tierra de Nadie es equiparable a la situación en la que se encontraba DC a lo largo de los 90, concretamente al universo que rodeaba a Batman: en ruinas. Pero de la misma forma que una zona en ruinas es reconstruida con el tiempo, lo mismo ocurre en Tierra de Nadie y en el Universo de Batman, ya que tras el impactante y más que notable final, Batman vivió una de sus mejores etapas, con historias en donde la esencia ya recuperada del personaje brinda al lector unas historias tan entretenidas como buenas e interesantes. Y es que Tierra de Nadie era eso, un puente que unía lo flojas que habían sido las historias de Batman anteriores a Tierra de Nadie durante los 90, con las sobresalientes historias que estaban por venir con el nuevo siglo.

Por último, decir que todos aquellos que quieran leer Tierra de Nadie, pueden recurrir al volumen 1 de Batman publicado en su día por Norma Editorial, en el que a través de sus 25 números uno puede ver el evento al completo siempre, claro está, sin salirnos de la figura de Batman. Otra opción menos recomendable es recurrir a los 6 primeros números del segundo coleccionable de Batman publicado por Planeta DeAgostini. Y si digo menos recomendable es por lo que ya dije unos cuantos párrafos más atrás, y esto es la ausencia del prólogo "Ruta hacia Tierra de Nadie". Sea de un modo u otro, el caso es que Tierra de Nadie es de estas historias que uno disfruta, una de las que tras leerlas se comprende en mayor o menor medida el porqué Batman es uno de los mejores personajes de ficción que existen, y de la cultura popular en general.

4 comentarios:

El Tipo de la Brocha dijo...

Pues habrá que leérselos para entenderlo, pero de primeras siempre se plantea uno "¿Por qué no llama a Superman para que resuelva este lío en un par de minutos?".

Es como en el vídeo de ColleHumor: http://youtu.be/FywMOuMqNuI.

Keko dijo...

Gran artículo. Tengo toda la colección de la saga Tierra de Nadie y hay que decir que es una saga innovadora y realmente buena que pone patas arriba el mundo de Batman.

PakoSpeedy dijo...

Creo que con esta saga comencé a leer Batman, hará unos 10 años, ya era fan de las películas y las series animadas, pero desde entonces no me he perdido un solo cómic...en esta saga en concreto esta la verdadera esencia de Gotham City and company

Anónimo dijo...

La verdad es que nunca entendí como los del gobierno de los USA pudieron ser tan estúpidos como declarar a la ciudad una Tierra de Nadie.

Cuando leí el final me pregunté quien era el mayor monstruo ¿Joker con todas sus atrocidades o Batman por dejarle vivir aun sabiendo que eventualmente volverá estar libre para volver a matar? ¿Es muchos más importante el código de Batman que las vidas de las victimas potenciales de los villanos?